BRISTOL -- Vaya que fue cabalística la Semana 7. Hay mucha tela de donde cortar, muchos temas por comentar, poco tiempo y poco espacio.
Tengo que comenzar con Peyton Manning. Pocas veces tenemos la oportunidad de presenciar un momento histórico en el deporte, y eso fue lo que sucedió el domingo por la noche cuando San Francisco visitó Denver. Manning llegó al partido con 506 pases de touchdown en su carrera, a sólo dos de la marca de Brett Favre de 508. Al final del partido tuvo 510. Favre impuso su marca en 20 temporadas y 10,169 intentos, Manning la suya en 16 con 8,659 pases lanzados.
Para muchos fans lo que haga, o deje de hacer, Peyton Manning es irrelevante porque tiene "sólo" una victoria y dos derrotas en el Super Bowl. Esto es demeritar lo que significa jugar en la NFL con excelencia. No es fácil llegar, mucho menos ganar. Dan Marino, Dan Fouts, Warren Moon, Earl Campbell, Barry Sanders, Eric Dickerson, Chris Carter y muchos más (podría seguir pero me acabaría el espacio de la nota) darían con gusto los galardones que recibieron a lo largo de sus respectivas carreras por tener UN SOLO anillo de Super Bowl. Y pensar que hace dos años y medio Manning no sabía si podría volver a jugar debido a su lesión en el cuello. De vez en cuando hay sólo que disfrutar el presente sin prejuicios.
El partido entre Denver y San Francisco me recordó de cierta manera el pasado Super Bowl, pero ahora con situaciones diferentes. Los 49s tomarían el lugar de Denver, con una línea ofensiva parchada y una defensiva con cinco titulares importantes ausentes, y Denver asumiría el papel de Seattle, con un equipo completo y una defensiva en plenitud jugando a su mejor nivel. El resultado del domingo fue similar a lo que pasó en febrero. No sé cuál equipo ganaría si se Denver y San Francisco se llegaran a enfrentar en unas semanas cuando San Francisco tenga de regreso a Patrick Willis, Navorro Bowman, Aldon Smith, Chris Culliver, Glenn Dorsey y Mike Iupati, pero estoy seguro que la diferencia no sería de 25 puntos.
Otro tema que hizo ruido fue el canje de Percy Harvin a los Jets. El viernes por la tarde, poco después de grabar NFL Semanal, cuando llegué al aeropuerto de la ciudad de México leí el comunicado anunciando la noticia, y en un principio no daba cabida a lo que estaba leyendo. Fue apenas el año pasado que Seattle cedió selecciones de primera, tercera y séptima ronda del draft a Minnesota y firmaba a Harvin por seis años incluyendo 25.5 millones de dólares garantizados.
Poco después de la transacción empezaron a salir los trapitos al sol. Se mencionaron problemas en el vestidor incluyendo pleitos a golpes entre Harvin con Golden Tate y también con Doug Baldwin. Percy admitió el lunes haber tenido "problemas" con ambos jugadores pero después haberse reconciliado. ¿Qué declaraciones podíamos esperar de Seattle? Después de un traspaso de esta magnitud van a tratar de justificar la decisión.
¿Cuál es el impacto de este canje? Seattle se queda sin un arma ofensiva peligrosa. Cierto es que su producción fue limitada y que de hecho las estadísticas de Russell Wilson fueron mejores sin Harvin que con él en el terreno de juego. Cierto también es que en el 2013, no tuvo impacto en la temporada regular. La diferencia es que en el 2013, Seattle tenía a Golden Tate, a quien no pudieron retener precisamente por el impacto de 13.4 millones de Harvin en la nómina del 2014. Aunque no se puede cuantificar, quizás la mayor contribución de Harvin este año fue como señuelo, ya que como receptor tenía sólo 22 recepciones para 123 yardas, y sólo 98 como corredor. Declaró Baldwin que el "shock" de la noticia del traspaso afectó al equipo antes del partido contra San Luis. No considero esto una excusa.
Los equipos se preparan metódica e intensamente para enfrentar a un rival. Hasta el viernes por la mañana, Percy Harvin era parte del plan de juego ofensivo contra San Luis. Con la excepción del gerente general John Idzik, Pete Carroll, y posiblemente algunos asistentes, nadie sospechaba que esta maniobra se llevara a cabo. Como jugador nunca te enteras de este tipo de situación, y les puedo decir por experiencia, sí causa sorpresa y crea incertidumbre en el vestidor. Además, las jugadas que involucraban a Harvin que se practicaron el miércoles y jueves se fueron por la borda. Seattle luchó hasta el final, pero fueron sorprendidos por un equipo de San Luis que mejora poco a poco. Son ya tres las derrotas del campeón, el total que tuvieron en el 2013.
Después de la primera semana escribí estos renglones: "En la NFL ganan los equipos que cierran fuerte la temporada. El reto de Pete Carroll será saber manejar a su equipo para que no alcancen su máximo nivel temprano para luego desinflarse, algo que ha sucedido muchas veces en la NFL". Seattle está experimentando lo que han pasado otros campeones del Super Bowl, rivales que los enfrentan con gran intensidad. Siguen siendo un gran equipo y estoy seguro que van a repuntar. Como dije en septiembre, lo importante es cerrar fuerte la temporada. Van a tener problemas ofensivamente porque su grupo de receptores no es de primer nivel, pero tienen a un gran QB y a una defensiva que va a estar motivada el resto de la temporada.
En lo que corresponde a los Jets, tengo mis dudas de qué tanto les vaya a ayudar Percy Harvin. Su temporada con más recepciones fue en el 2011 con 87 para 967 yardas y 6 TDs, no exactamente los números de un receptor primario. Sus tres primeros años fueron los más productivos de su carrera. Sus QBs esos años fueron Brett Favre en el 2009 y 2010, y Donovan McNabb en el 2011, ambos veteranos que comandan respeto en el vestidor. Después jugó con varios QBs jóvenes (Christian Ponder, Russell Wilson) o de bajo nivel (Matt Cassel). Rusell Wilson es un gran jugador, pero no impone el respeto de veteranos como Favre o McNabb. Dudo que Harvin responda al liderazgo de Geno Smith y dudo que asuma las funciones, y dé los resultados, de un receptor primario al estilo Calvin Johnson, Reggie Wayne, o Antonio Brown por mencionar a algunos. El costo para los Jets no es alto. Cederán una sexta selección en el draft del 2015. Pagarán el resto del salario de Harvin este año que representa 6.5 millones. Después de eso, el resto de su acuerdo no es garantizado. Si no les parece el desempeño lo pueden dar de bajar o buscar renegociar.
Un equipo que va hacia arriba son los Potros de Indianápolis. Llegaron a la semana siete con la mejor ofensiva en yardas totales y puntos de la NFL, pero fue su defensiva la que robó cámara durante su partido contra Cincinnati. Abrieron con ocho series consecutivas forzando tres y fuera. En tercera oportunidad, limitaron a los Bengalíes a sólo una conversión en trece intentos. El promedio de yardas por jugada fue un paupérrimo 2.5. Y lo más importante, lograron algo que es muy difícil de lograr en la NFL, blanquear a un rival.
Tuve la oportunidad de moderar una plática de Joe Montana en noviembre del 2012, y comentaba que el verdadero éxito de la dinastía de los 49s se debió a su defensiva. Me dijo, "Cuando la defensiva se volvió buena, fue cuando empezamos a dominar. Cuando jugadores como Ronnie Lott, Eric Wright, Dwight Hicks y Keena Turner llegaron al Pro Bowl tuvimos el complemento de la defensiva. No se les da el reconocimiento que se merecen. Yo me paraba en la banca a verlos jugar".
Después del partido contra Cincinnati, Andrew Luck comentó algo similar a lo último que me dijo Montana, "Soy igual que un fan viendo el partido cuando nuestra defensiva está en el campo". Chuck Pagano es un entrenador en jefe con antecedentes defensivos, pero en sus primero dos años sus defensivas quedaron a deber. Firmaron a varios jugadores en la agencia libre que han marcado diferencia: D'Qwell Jackson, Greg Toler, Arthur Jones y Mike Adams, y un año antes a Erik Walden. A pesar de la ausencia de Robert Mathis, son el segundo equipo en la NFL con el mayor número de capturas con 21. Después del desempeño del fin de semana, pasaron de ser la defensiva N° 13 en yardas y la N° 16 en puntos, a ser la N° 3 y N° 4, respectivamente. Si mantienen este nivel, junto con la producción ofensiva de Luck y compañía, los Potros podrían convertirse en el mejor equipo de la liga.
Hablando de los Potros, es necesario mencionar a la Conferencia Americana. Al inicio de la presente campaña el dominio común era que los grandes equipos residían en la Conferencia Nacional: Seattle, San Francisco, Green Bay, Nueva Orleans y Filadelfia. Denver y Nueva Inglaterra eran mencionados en un segundo plano. Después de siete semanas, todo parece indicar que la conferencia con mejores equipos es la Americana, en particular con los mencionados Broncos y Potros. Baltimore viene repuntando, junto con Kansas City quien sorprendió al otrora equipo sorpresa que era San Diego. Nueva Inglaterra sigue ganando, y nunca hay que descartarlos, pero no parecen convencer. Por su parte, en la Nacional, los que están jugando mejor son Dallas, Arizona, Green Bay y Filadelfia. Asumo que Seattle y San Francisco cerrarán fuerte, pero, ¿Está alguno de estos seis al nivel de Denver o Indianápolis?
Finalmente, qué desastre es la división Sur de la Conferencia Nacional. Los cuatro equipos tienen ocho victorias en total. Ninguno tiene marca ganadora hasta el momento. Alguien va a tener que ganar esta división y avanzar a la postemporada. El candidato más viable es Nueva Orleans. Muchos fans me siguen recordando que mi "pick" para el Super Bowl en la conferencia Nacional fueron los Santos. Distan mucho todavía de ser un equipo de primer nivel, pero dieron señales de vida, sobre todo defensivamente, ante Detroit. Enfrentan a Green Bay y San Francisco en dos de las próximas tres semanas en casa y a Carolina fuera. Después tienen siete partidos relativamente accesibles por el nivel del rival, o porque reciben a Baltimore y Cincinnati en casa. El domingo contra Green Bay veremos qué tan buen entrenador en jefe es hoy en día Sean Payton. Es un partido que están obligados a ganar.
Mi dudosa reputación como pronosticador está de por medio.