Por mucho tiempo, parecía que cada vez que un equipo viajaba a Toronto a enfrentar a los Raptors o recibía en su cancha al único equipo canadiense de la liga, la victoria ante ellos era un hecho.
Mucho ha cambiado para la franquicia que sufrió cinco decepcionantes temporadas consecutivas antes de haber sorprendido a la liga con su clasificación a los playoffs la campaña pasada.
Ahora son los Raptors los que intentarán superar a los favoritos de la Conferencia Este como Cleveland y Chicago con la esperanza de clasificar a la final de conferencia y apostarlo todo en las finales de la NBA.
Toronto logró colocarse como el tercer mejor equipo en el Este tras dar un exitoso giro la temporada pasada.
Los Raptors arrancaron con foja de 7-12, y se proyectaban fuera de la postemporada, cuando el gerente general Masai Ujiri hizo un crucial canje que envió al estelar Rudy Gay a los Sacramento Kings por un paquete de jugadores que incluyó al venezolano Greivis Vásquez, una pieza fundamental para el logro de esa transición.
De promediar 97.7 puntos y 17.4 asistencias por partido antes de deshacerse de Gay, los Raptors vivieron un incomparable auge, ganando 41 de sus últimos 63 encuentros a base de un promedio de 102.3 puntos y 22.3 asistencias por partido.
Los pupilos del entrenador Dwayne Casey disfrutaron de una excepcional acogida en Toronto tras clasificar a sus primeros playoffs desde la temporada 2007, a pesar de que fueron eliminados en siete partidos por los Brooklyn Nets.
Vásquez es consciente de que la buena vibra que existe sobre la duela y en el camerino puede desaparecer en cualquier momento si no se dedican a mejorar tanto en lo personal como en conjunto.
"En la NBA tú no te mereces nada. En la NBA te ganas las cosas", señaló el caraqueño. "Como siempre he dicho, aquí esto no es una relación amorosa, no hay 'qué bonito, qué lindo'. Tienes que hacer tu trabajo porque si no haces tu trabajo lo hace otro".
"Por eso tenemos que comprobar que somos un equipo élite. No somos un equipo cualquiera", continuó. "Antes los equipos iban a Toronto y pensaban que nos iban a ganar fácil. Ahora no. Ahora ellos saben que somos un equipo competitivo. Tenemos que seguir con la misma humildad y las mismas ganas".
El proceso de esta caminata hacia los elites de la Conferencia del Este fue reforzada con la extensión del contrato de cuatro años y $48 millones para el base Kyle Lowry, sin lugar a dudas un espaldarazo de popularidad por el hecho que muchos jugadores no han sido receptivos con la idea de jugar en Canadá.
Lowry tuvo su mejor temporada en sus nueve años como profesional, con altas marcas de promedio de 17.9 puntos, 7.4 asistencias, 4.7 rebotes y un 38 por ciento de triples encestados por partido, siendo el líder del increíble giro en la temporada de Toronto.
El martes los Raptors ejercieron las opciones de los contratos del centro lituano Jonas Valanciunas y el escolta Terrence Ross para garantizarle un cuarto año a ambos jugadores que forman parte del núcleo del elenco.
La derrota ante Brooklyn en la postemporada solo confirma lo que Lowry y compañía anhelan -- no quedaron conforme con solamente llegar a la primera ronda y desean estar en la cima de la NBA cuando concluya esta temporada que se aproxima.
"Creo que la experiencia de estar en la postemporada nos dio un entendimiento del tipo de baloncesto que es y lo que conlleva ganar en los playoffs", dijo Lowry.
Los defensores campeones de la División Atlantico tienen cuatro partidos restante en su calendario pretemporada antes de iniciar la temporada regular el próximo 29 de octubre cuando les den la bienvenida a los Atlanta Hawks. Cuatro días después estarán cerca de las playas de South Beach para una cita con el Miami Heat, quienes han ganado dos de los últimos tres títulos y unos de los equipos que se encuentran en el medio del camino de Toronto y que quieren emular.
"Todavía vamos por cazar a los otros equipos porque al final de día tenemos hambre y queremos ganarnos el respeto de los otros equipos", concluyó Lowry.