TEMPE-- Bruce Arians encajaría perfectamente en los palcos a nivel de campo del AT&T Stadium, con su ropa de diseñador, zapatos a la moda y esa gorra elegante-no olviden la gorra, por favor.
Pero Arians no irá al estadio a festejar, sino a trabajar. Aunque ser invitado de los Dallas Cowboys no es como cualquier otro viaje en la liga.
"Es diferente", dijo Arians. "Pienso que la mayor diferencia son todos esos aficionados que te ven cuando vas saliendo del vestuario. Es como salir de un club nocturno. Y te sientes como un gladiador, por todo lo que te gritan. Es diferente, realmente distinto".
Los Arizona Cardinals no han jugado en Dallas desde 2005, cuando el viejo Texas Stadium todavía era la casa del Equipo de América. El AT&T Stadium abrió sus puertas en 2009, y dos años después albergó el Super Bowl XLV entre los Pittsburgh Steelers y los Green Bay Packers. Esa fue la última ocasión que Arians estuvo ahí.
Aunque llegar al "Mundo de Jerry", como se le conoce al estadio en referencia a Jerry Jones, dueño de los Cowboys, será una experiencia, algunos de los Cardenales -incluyendo a algunos de los más jóvenes-no serán deslumbrados por la construcción que costó $1.2 billones, ni siquiera con la enorme pantalla en todo lo alto.
"Es enorme", dijo Kevin Minter, linebacker de segundo año.
Él dijo que jugó en el AT&T Stadium dos veces cuando militaba con LSU en el fútbol colegial, una vez en temporada regular y la otra en el Cotton Bowl. Mencionó que el head coach Les Miles hizo que LSU practicara mientras la pantalla mostraba un video con sus mejores jugadas, para ayudar a que el equipo se adaptara.
El safety Tyrann Mathieu dijo que él también había jugado un par de ocasiones en la universidad.
"Es fácil deslumbrarte con el 'Mundo de Jerry'", dijo. "Debemos mantenernos enfocados, entender que es un viaje de negocios. Si hacemos eso, el equipo que concrete la mayor cantidad de jugadas ganará el partido".