DUNEDIN, Fla. -- El venezolano Dioner Navarro logró su sueño de ser receptor titular de Grandes Ligas la temporada pasada y por ahora no está dispuesto a empacar su guante y limitarse a ser el suplente de Russell Martin con los Azulejos de Toronto.
Navarro ha declarado abiertamente que pidió un canje a otro equipo, lo cual le expresó a la directiva de los Azulejos una vez surgió el fichaje de Martin a un jugoso contrato de cinco años y $82 millones.
"Yo expresé mi interés de ser cambiado, de tener la oportunidad de jugar con un equipo a tiempo completo y lamentablemente aquí no se dará la oportunidad", dijo Navarro a ESPNDeportes.com la tarde del miércoles desde las instalaciones del campamento primaveral de los Azulejos en Dunedin.
"Por supuesto que hay decepción porque hice un buen trabajo el año pasado, creo que asombré a mucha gente, incluyéndome a mí mismo, después de haber estado tanto tiempo como suplente", continuó Navarro, quien a sus 31 años jugó por primera vez en139 partidos en una sola temporada.
"Me siento muy agradecido con los Blue Jays por la oportunidad que me dieron de cachar todos los días y creo que hice buen trabajo, así que al ver que ellos hacen ese movimiento pues lamentablemente me afecta a mí. Pero, yo soy un buen compañero y voy a estar listo para lo que venga, ya sea aquí o donde sea".
El veterano receptor, quien ha jugado con seis equipos en sus 11 años en la gran carpa, afirmó que ha sido precisamente esa experiencia la cual ha hecho más llevadera una situación que podría ser difícil, en particular por el hecho que tendrá que enfrentar la agencia libre a fin de temporada.
"Yo no soy un muchachito", declaró. "He estado alrededor del béisbol por mucho tiempo y trato de dejar que esas cosas no me afecten. Yo me concentro en jugar pelota, estoy aquí todos los días trabajando fuerte y estoy buscando un cambio... si no se da no se da y seguiré con los Blue Jays, porque mi carrera está en juego también".
Navarro también entiende que todavía le queda mucho por probar en Grandes Ligas, aunque lo tenga que hacer lejos de una organización que le dio una espléndida acogida y que le permitió acumular un sólido promedio de bateo de .274 con 12 jonrones y 59 carreras impulsadas en el 2014.
"Habían muchas dudas sobre mi labor el año pasado y me ayudó mucho la recepción que dieron mis compañeros, los coaches y trainers y será un poco difícil [si tengo que irme]", señaló evidente conmovido el receptor. "Pero todo el mundo entiende que esto es un negocio y hay que buscar lo mejor para el bienestar de la familia de uno. Todo pasa por un propósito y Dios sabe lo que hace".