Los Azulejos de Toronto fueron noticia recientemente al conseguir 11 victorias consecutivas para meterse de lleno en la lucha por el Este de la Liga Americana. Pero ellos son lo suficientemente realistas para saber que una buena racha aislada en el béisbol no es suficiente para borrar 22 años de decepciones sin llegar a la postemporada en Ontario.
Hace dos años, los Azulejos consiguieron 11 victorias en fila, solo para desvanecerse luego del receso del Juego de Estrellas y terminar con marca de 74-88, a 23 juegos del primer lugar. Hasta que corten esa mala racha y la sequía de la franquicia en postemporada, ellos están destinados a escuchar más sobre los logros de los grandes equipos de 1992-1993 y observar el cuadrangular de Joe Carter en el Juego 6 de la Serie Mundial en la pantalla de video del Rogers Centre.
Si los Azulejos necesitan un recordatorio de la importancia de mantenerse enfocados mientras persiguen una meta en común, no hay una mejor voz de la razón que el hombre detrás del plato. El receptor Russell Martin, en su primer año como un Azulejo, trae una nueva perspectiva bienvenida luego de dos temporadas en Pittsburgh. Cuando Martin se unió a los Piratas en 2013, ellos estaban en el medio de una racha de dos décadas con marcas perdedoras, que había provocado una mentalidad derrotista en la ciudad. Los jugadores estaban cansados de hablar sobre el peso histórico que cargaban en sus hombros, y los fanáticos añoraban los días de Jim Leyland, Barry Bonds, Bobby Bonilla y Mike "Spanky" LaValliere.
Finalmente los Piratas se quedaron con el comodín en el 2013, y lo hicieron de nuevo en el otoño pasado. En 10 temporadas en Grandes Ligas, Martin ha acumulado 161 apariciones en el plato en 40 partidos en octubre. El aura de ganador lo persigue a todas partes.
"Cuando uno ve un resugir de la base de fanáticos, es que existe un hambre que no ha sido satisfecha en buen tiempo", dijo Martin. "Eso fue lo que ocurrió en Pittsburgh. Estabamos jugando con mucha diversión en agosto y septiembre en camino hacia los playoffs, y la energía era increíble. Y puedo ver eso también en Toronto, cuando tienes este gran estadio repleto de gente. Vimos una muestra de ello en el Día Inaugural. Cuando esto se llena por completo, es algo asombroso".
Como los Azulejos se atreven a soñar en grande, ellos están aprendiendo que las voces externas respetadas pueden tener un impacto. Y el mensaje resuena aún más cuando se entrega en estereo.
El antesalista Josh Donaldson, adquirido desde Oakland en un canje en noviembre, ha traído una energía y un empuje similar a Toronto. Él es una rata de béisbol que suele jugar lesionado, que le gustan los escenarios grandes y que se ha mezclado bien con la dinámica en el camerino de los Azulejos. Le llevó apenas 48 horas en Dunedin, Florida al manager John Gibbons el darse cuenta que las nuevas adquisiciones tendrían un impacto profundo en la mentalidad colectiva en Toronto.
"Lo vi desde los primeros días de los entrenamientos primaverales -que había algo diferente en ellos dos", dijo Gibbons. "Habíamos escuchado que estos tipos eran unos ganadores. Pero uno lo quiere ver por si mismo, y lo pudimos ver bien temprano.
"Ambos son como unificadores. Hay muchas cosas ocurriendo en nuestro camerino ahora que solíamos ver cuando yo era jugador - que a los jugadores se les pegan las cosas buenas de los otros. No estoy seguro si habíamos tenido algo así aquí en el pasado. Quizás en una forma algo maliciosa, pero ahora es algo bueno. Estos chicos se han aflojado y han ayudado al equipo a enfocarse".
Poniendo los números
Por encima de todo esto, Martin y Donaldson han tenido un impacto positive en Toronto porque ellos proveen un calibre de Todos Estrellas entre las líneas.
Martin, quien firmó un contrato de cinco años y $82 millones como agente libre en noviembre, lidera a todos los receptores de Grandes Ligas con 40 carreras anotadas y está segundo en OPS con .864 y en victorias sobre reemplazo con 2.5. Además a sacado de circulación a 19 de 43 corredores que le salieron al robo, mientras ayuda a los lanzadores jóvenes a mejorar y ha aprendido a manejar las dificultades de recibirle al nudillista R.A. Dickey.
Donaldson, quien llegó desde Oakland en un cambio por Brett Lawrie y tres jugadores de liga menor, está jugando como un tipo con aspiraciones de ganar el JMV. Ha anotado 54 carreras, está cuarto en victorias sobre reemplazo con 3.9 y quinto en total de bases con 148. Luego de aparecer en 158 partidos con Oakland en cada una de las pasadas dos temporadas, en este año ha participado en todos los partidos al momento en Toronto.
Donaldson y Martin han contribuido a una ofensiva de Toronto que ha dominado a los lanzadores contrarios. Los Azulejos lideran las mayores con 369 carreras anotadas y un OPS de.781, y los equipos detrás de ellos no están ni cerca.
Los bateadores de Toronto pueden ser agresivos o pasivos dependiendo de la situación. Los Azulejos se ubican terceros en todo el béisbol con 219 boletos. Pero además tienen una tasa de jonrones de 5.1 por ciento - la séptima mejor entre los 30 equipos de MLB - cuando ponen en juego el primer lanzamiento.
"Esta no es la liga del strike gratis", dijo Donaldson. "Si tiras tu lanzamiento rompiente o tu recta humeante, por nuestros swings se puede saber que no va a salir volando. Una vez los lanzadores se dan cuenta de ello, saben que tienen que ser certeros en sus pitcheos. Mientras más sientan que tienen que ser certeros, más beneficioso es para nosotros".
Donaldson, de 29 años, se está ganando apenas $4.3 millones este año y no es elegible para la agencia libre hasta el 2018, así que el gerente de Toronto Alex Anthopoulos estuvo dispuesto a pagar una cantidad sustancial para conseguirlo. La adquisición de Martin requirió un poco de mayor pensamiento. A los 32 años, él está en una edad en la que los receptores comienzan a decaer. Pero alegadamente los Cachorros y los Dodgers habían hecho ofertas de cuatro años, así que los Azulejos tuvieron que salirse un poco de su zona de comodidad para traerlo a Toronto.
El historial de durabilidad de Martin le ayudó a hacer más fácil la decisión; desde 2011, se ubica cuarto entre los receptores de Grandes Ligas en partidos jugados detrás de Miguel Montero, Yadier Molina y Jonathan Lucroy.
"Yo pienso que Russ está en mejor condición ahora que lo que estuvo cuando estaba en sus medianos 20 años", dijo Anthopoulos. "Está bien al tanto de su acondicionamiento físico y su dieta. Me recuerda un poco a Roy Halladay. En mi mente, Roy estuvo en mejor condición en sus tempranos 30 años que en sus medianos 20. Estos tipos aprenden a conocer su cuerpo y se comprometen más con la forma física".
Anthopoulos es experto en sabermetría como cualquier gerente joven, pero también entiende la preparación de los jugadores y los intangibles. Él suele citar el mantra del ejecutivo del Salón de la Fama Pat Gillick, quien alguna vez decretó que sus evaluaciones de jugadores estaban basadas en un 70 por ciento en habilidad y 30 por ciento en carácter. Gillick luego cambió la proporción a 60-40. Anthopoulos sabía que Martin y Donaldson podrían mejorar a los Azulejos en dos posiciones, pero adenmás estaba convencido de que ellos podrían empujar a sus compañeros veteranos y ayudar al desarrollo de Devon Travis, Kevin Pillar y otros jugadores jóvenes en el roster.
"Ellos son grandes tipos en el camerino", dijo Anthopoulos. "Ellos son intensos, competitivos y les importa ganar y el equipo. Yo sé que esos son clichés y que los digo mucho, pero estos tipos son sinceros en cuanto a esto. Ellos no aceptan perder. Y si se van de 4-0 y ganamos, se sienten contentos.
"Primero que todo, siempre se trata del talento. Pero estoy comenzando a entender lo que Pat Gillick solía decir sobre esto, y puedo ver ese lado de ellos. Cuando uno tiene la oportunidad de conseguir tipo con gran carácter y que sean productivos, uno puede hacer lo que quiera con ellos".
Escogiendo sus puestos
El liderato viene en formas variadas. Uno de los tipos más obvios es el que usaba Kirk Gibson, que solía agarrar por el cuello a un compañero si era necesario. Entonces está el modelo utilizado por Derek Jeter de correr detrás de cada rodado como si una tropa entera de Niños Escuchas lo estuviese observando.
Donaldson recibió su preparación en el arte del liderato de parte de Jonny Gomes en Oakland, donde llegó a entender la manera correcta y la manera incorrecta de hacer las cosas. La forma incorrecta habría sido llegar a Toronto y tratar de imponerse en un equipo que ya tenía una superestrella residente en José Bautista.
"Desde temprano, la meta es dejar que todo el mundo se sienta cómodo contigo, y que tú te sientas cómodo con ellos", dijo Donaldson. "Si uno llega a tratar de ser 'el hombre', probablemente vas a molestar a algunas personas".
Como se evidencia en su apodo en su cuenta de Twitter, "Bringer of Rain (Hacedor de Lluvia)", Donaldson tiene un toque de entretenimiento de descaro en su juego. Luego de una ronda temprana de bateo en el Citi Field esta semana, entró al camerino con una camiseta recortada a la mitad con una bandana amarilla en su cabeza. Rapidamente salió de su casillero, con bate en mano, y comenzó a hablar con sus compañeros.
"Él es todo un carácter", dijo Martin. "Cuando juegas contra él, no te cae tan bien como cuando está en tu mismo equipo. Uno piensa que él es algo creído. Pero en realidad, es todo un profesional. Nunca se rinde en sus turnos y trabaja ambos lados de la pelota. Quiere ser especial con todo lo que hace".
Incluso si Martin, Donaldson & Co. siguen bateando, los Azulejos no van a ser capaces de poder abrirse paso hasta el banderín divisional a fuerza de batazos. La rotación de Toronto sufrió un rudo golpe en los entrenamientos primaverales cuando Marcus Stroman fue inactivado por una lesión de rodilla, y los abridores de los Azulejos se ubican en el puesto 14 en la Liga Americana con efectividad de 4.57. Además el bullpen es algo sospechoso, y Anthopoulos ha seguido con su ojo bien puesto en Jonathan Papelbon, Tyler Clippard y otras opciones disponibles en el mercado de cambios antes de la fecha límite del 31 de julio.
Pero los Azulejos han podido capear algunas lesiones y dolores de crecimiento entre los novatos en su roster, y se han puesto en posición de ser contendientes. Los Medias Rojas son un desastre, y Baltimore, Tampa Bay y los Yankees tienen sus defectos. No hay mejor momento que este para que los Azulejos den el paso en firme hacia su meta.
Si a alguien le importa liderar el camino, nadie va a ser una revisión de su historial. Donaldson, el ex receptor abierto de la secundaria de Alabama, solía hacer que el entrenador de béisbol se quedara hasta tarde con él para batearle rodados mientras el sol se ponía luego de las prácticas de football. Él siempre ha sido un gran motor. Y Martin trae algo de sabor local como native de Montreal que creció siendo fanático de los Expos pero que se deleitó con los logros de Cito Gaston con los equipos campeoniles de Toronto en 1992 y 1993.
"Ambos traen un nivel de consistencia que es un gran atributo para este equipo", dijo Dickey. "Ambos son pilares de consistencia, y cuando tienes tipos como estos en tu alineación, en los que puedes confiar plenamente, eso te da algo de alivio. Ambos son jugadores de béisbol grandiosos y apasionados".
¿Y qué tal la energía que traen al estadio cada día?
"Yo he jugado con mucha gente que tiene energía, pero estos tipos son talentosos", dijo Dickey. "He estado en equipos donde los chicos tenían mucha energía y nosotros no. No he estado en muchos equipos donde nosotros hayamos tenido mucho talento y que no hayamos jugado bien".
A pesar de sus fallos, los Azulejos tienen talento. Ellos solo andan en búsqueda del ingrediente secreto para llevarlo todo al siguiente nivel. Con la ayuda de sus dos nuevas caras, ellos están intentando sacar ventaja de su ventana de oportunidad - y de paso derribar un par de puertas en el proceso.