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Messi, goleador y desesperado

BARCELONA -- Messi marcó un gol. Messi ya ascendió, en solitario, a la tercera posición histórica de los goleadores de la Liga española. Solamente le superan Zarra y Hugo Sánchez. Messi marcó, pero el Barça perdió y su semblante invitó a los peores augurios.

El '10' pareció comenzar en punta apoyado en las bandas por Pedro y Neymar, pero la ausencia de los peloteros le obligó a reubicarse en el terreno de juego. Y con el Barça partido en dos, se recuperó aquella imagen de un Messi en ocasiones descolocado y casi siempre desesperado.

El falso '9' paso a ser '10' y acabó arrancando desde el '6'. Iniciador y definidor, la 'Pulga' recordó en demasiadas ocasiones a aquel futbolista que el curso pasado acabó por mantener a flote a un Barça que llegó a ir a la deriva. Sus goles ocultaron durante no pocos partidos la mediocridad general. Algo que parecía superado esta temporada.

Esa fue una imagen. La otra, la preocupante, se contempló tras el gol de Griezmann. Después del 2-1 se vio a Leo perdido, desenchufado y en ocasiones ausente, dando la sensación de que aquello no iba con él y con la mirada entre triste y perdida en un campo y un partido que no parecía ir con él.

De depender, en exceso, del crack, se pasó de sopetón a verle en estado depresivo. El momento ideal para despertarle a él y a todos a base de un golpe de genio. Lo que no ocurrió.

SIN LIDERAZGO Y SIN NEYMAR

Faltó en el campo liderazgo. Aquellos gritos y empuje del mejor Carles Puyol para hacer entender al equipo su capacidad, calidad y orgullo. Alguien que al lado de Cesc enchufase a Neymar. Porque el brasileño pareció aplastado por la presión.

El brasileño, quien hasta hoy ha dado más que hablar por aspectos extradeportivos que por su rendimiento en el terreno de juego, pasó de puntillas por Anoeta. Intentó un desborde, no le salió y directamente cambió el chip.

A partir de ahí cada balón que recibió lo combinó sin más, ya fuera atrás o al lado buscando alguna pared pero perdiendo ese vértigo que tanto se esperaba de su juego. Diagonales sin resultado y poco más.