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La crisis está pegando fuerte

LISBOA -- Las deudas con los jugadores se han convertido en una plaga que afecta ya a la mitad de los clubes que participan en las ligas profesionales del fútbol portugués.

El pasado jueves, dos jugadores brasileños del Vitória de Setúbal, Danilo Portugal Bueno Ferreira y Mateus Garcia Borges, rescindieron su contrato con ese equipo de la Primera División porque llevaban cuatro meses sin cobrar sus salarios.

Pero el caso más dramático es el de los futbolistas del Estrella de Amadora, también de la Primera División, que llevan siete meses sin cobrar y han suspendido ya sus entrenamientos, aunque siguen disputando los partidos.

Lázaro Oliveira, entrenador del Estrella, dijo al diario A Bola que en estas circunstancias no puede "abandonar a los jugadores".

Al mencionar este caso, el diario luso utilizó una frase del dramaturgo español Jacinto Benavente, Premio Nobel de Literatura, quien dijo: "Esa historia de que el dinero no es la felicidad es un rumor que hacen correr los ricos, para que los pobres no tengan envidia de ellos".

En la Liga portuguesa de Primera División, los tres grandes (Oporto, Benfica y Sporting) tienen los salarios de sus jugadores al día.

Belenenses y Leixoes deben dos meses de sueldo a los jugadores, mientras que Nacional de Madeira, Marítimo y Académica adeudan un mes a sus futbolistas.

El presidente de la Liga Portuguesa del Fútbol Profesional (LPFP), Herminio Loureiro, ya avisó de que no permitiría la inscripción de los clubes para la próxima temporada, en el mes de mayo, si no tienen los salarios al día.

Loureiro se propone presentar esta propuesta en una asamblea general de la LPFP, prevista para principios del mes próximo.

Pero el presidente del Sindicato de los Jugadores, Joaquim Evangelista, duda de que la LPFP tenga "capacidad legal" para aplicar esa medida.