Nota del editor: Esta es la primera parte del reportaje basado en la entrevista realizada a Ricardo Del Real; la segunda parte se publicó el 13 de junio de 2023.
PARTE 2: Ricardo del Real: Los derechos humanos no se someten a votación
Ricardo Del Real aprendió a cuestionar al mundo desde pequeño, cuando en su identidad oficial aparecía como Mónica. Nació en Aguascalientes, una zona donde nueve de cada diez habitantes son católicos y de ideales conservadores.
En ese mundo, en el centro de México, desafió a su entorno al practicar Taekwondo, un deporte de golpes. La disciplina le llevó a ser parte de la selección nacional, conocer el mundo y más tarde a iniciar una transición para convertirse en varón.
“Fue muy importante tener la valentía para salir y representar al país. Tenía apenas 15 años, fue todo un desafío al ser el mayor de cuatro hermanos, y entonces era una niña. ¿Qué papá o mamá van a dejar solita a su niña en un monstruo como la ciudad de México?”, comparte Ricardo para ESPN Digital.
“En Aguascalientes no salías de que le van a decir que es marimacha. Primero era la vergüenza, pero cuando empezaron los resultados ya era el orgullo de los que rodeaban a mi familia. Yo soy mucho de demostrar con hechos y no con palabras, eso me ayudó bastante a decir que todos tenemos derecho a practicar libremente el deporte que nos gusta, no importa si eres niño o niña”, añade.
Ricardo Del Real, de 48 años, salió, conoció el mundo, viajó gracias al deporte y el destino lo llevó a ser parte de esa primera generación de taekwondoínes, bajo el nombre de Mónica Del Real, que fueron seleccionados olímpicos en Sydney 2000, la edición en la que esta disciplina debutó en el programa oficial de competencias.
“Me ayudó a entender muchas cosas, siempre que tengas la voluntad de aprender y vivirlo, no pasaba nada. Me hubiera gustado tener a la mano toda la información que tuve en 2017 para poder haber hecho mi transición desde pequeño”, reconoce.
Tras Sydney 2000 decidió retirarse y poco después recibió la invitación a ser Miembro Permanente del Comité Olímpico México (COM), una posición que hoy mantiene. Fuera del deporte se dedicó a sí mismo, se informó y en 2017 decidió dejar atrás a Mónica y pasar a ser Ricardo. Cumplió con los procesos legales e inició la transición que compaginara con los deseos que tuvo desde pequeño.
“Esa sensación la tenía desde los cuatro años, yo sabía realmente qué era, pero no sabía cómo explicarlo. Después llegó a ser un tema de así naciste y ni modo, vas a darle así a la vida, vas a vivir y crecer así. Simplemente era cómo la puedo vivir de la forma más amable posible, pero ¿qué hay más allá? ¿No habrá más? La pregunta es por qué no preguntas, por qué no investigas y preguntando se llega a Roma. Ese cuestionamiento me llegó hasta 2017 y fue cuando tomé la decisión”, explica.
“Vi un video de un atleta alemán, Balian Buschbaum. Él compite en salto con garrocha en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, igual que yo, pero lo hace como Yvonne. Eso fue lo interesante; yo lo empecé a ver que inició su transición. Dije, ‘Sí, pero es Alemania. México es otra cosa’”, reconoce.
“Por eso es importante que la gente de cualquier colectivo, de cualquier índole, que hable porque le da voz a todas aquellas personas que pueden sentir lo mismo, pero por temor a represalias, a un rechazo, no se da a conocer y será siempre muy oculto”, lamenta.
Ricardo admite que por eso decidió hacer pública su decisión, sobre todo en un entorno de doble visión. “El mundo del deporte tiene una dualidad muy interesante porque puede ser muy libre, pero no te metas con quién me gusta. Dentro del deporte he conocido mucha gente de la comunidad LGBT, pero no se ha abierto a los medios, no se ha abierto al cien por ciento y se respeta porque dicen lo que importa son los resultados que doy para mi país, no quién me gusta”, explica.
“Los pocos que sí han tenido la valentía de hacerlo pues le dan esperanza a aquellas personas para que no sean recriminadas o discriminadas desde que empiezan a hacer deporte”, asegura.
Ricardo Del Real tiene su identidad legal, su proceso de transición y su reconocimiento OLY como participante olímpico en Sydney 2000. Otra decisión que tuvo que resolver fue qué iba a pasar con Mónica. La persona está en su corazón, afirma; la deportista, en los almanaques de resultados.
“Me dicen, ‘¿Oye y Mónica qué onda?' Mónica está acá". (Se toca el corazón.) "'¿Ya la mataste?' No, no, Mónica jamás se va a morir. Está en mi corazón, en mi mente y en mi carrera deportiva y eso no se va a cambiar. Eso yo lo determiné”, asegura antes de explicar por qué no evita su 'deadname' -- o sea, el nombre de nacimiento de una persona trans el cual ya no utiliza.
“Es por un honor a la carrera que tuvo Mónica Del Real en su momento, esos 10 años que le dio tanto orgullo a México, compitió en la rama femenil. Simplemente es que así se quede, sería algo ilógico que Ricardo Del Real sea campeón de la Copa del Mundo en la rama femenil de menos de 70kg en El Cairo, Egipto”.
Continuará…