Crusaders se consagró campeón del Super Rugby Pacific tras un partidazo ante Blues por 21-7, que tuvo como protagonista a Pablo Matera convirtiéndose en el primer argentino en ganar este certamen.
Blues estuvo bloqueado todo el partido sin poder generar ningún tipo de peligro hacia Crusaders, que se dedicó a presionar, plantear el ritmo y ser ampliamente superiores en el line. A pesar que le costó incluso al conjunto de Christchurch llegar al ingoal, a Richie Mo’unga no le fue problema acertar las patadas a los palos con un drop, una conversión y dos penales.
Además, el equipo dirigido por Scott Robertson no permitió que los de Auckland pasen la mitad de cancha. La mayoría del duelo en Eden Park fue en territorio de Blues que defendió y sostuvo la línea defensiva con los tackles para que Crusaders no rompa para llegar al ingoal. Los únicos que lograron eso fueron: Bryn Hall, que cumplió la famosa ley del ex, y Sevu Reece sobre el final, tras un fenomenal kick de Pablo Matera con su zurda que se llevó todos los aplausos.
Por su parte, el conjunto de Auckland tuvo falencias en los lines, perdiendo un total de diez durante el juego. Incluso, no se mostró un cómodo Beauden Barrett, con poco protagonismo en el equipo. También, Rieko Ioane no pudo brillar en una noche que Blues lo necesitó con suma urgencia. Dalton Papalii ingresó sobre el final como “jugador de impacto”, pero no bastó. De esta manera, Crusaders levantó un nuevo trofeo de Super Rugby de visitante. Desde 2017 no perdió un encuentro de playoffs y sumó trece victorias al hilo. En total, llegó su final número 16 en este certamen con doce triunfos. Mientras que Blues, la sexta con cuatro ganadas