En sus primeros ocho meses en las Grandes Ligas, Julio Rodriguez ha dejado bien establecido un patrón de comportamiento en el plato: El chico maravilla de los Seattle Mariners camina al ritmo de la temperatura.
En sus primeras dos temporadas, Rodríguez, de 22 años, ha tenido inicios extremadamente lentos en el frío abril, para luego sacar su casta superior, justo cuando el mercurio comienza a subir en el termómetro.
Esa fue la historia en el 2022, cuando el dominicano entró a mayo bateando .206 sin jonrón, 30 ponches y apenas siete boletos gratis, provocando que muchos se preguntaran si Seattle había tomado una buena decisión al entregar el jardín central a un chico con menos de mil apariciones al plato en su carrera y sin ninguna experiencia más arriba de Doble A.
Pero Rodríguez despejó las dudas, mejorando a tal punto en los próximos dos meses, que fue el único novato convocado al Juego de Estrellas de las ligas mayores, gracias a una sólida actuación, que incluyó 16 jonrones, 21 robos y 52 carreras impulsadas.
En el Clásico de Mitad de temporada en el Dodger Stadium de Los Angeles, además de integrar la escuadra de la Liga Americana, Rodríguez participó en el Derby de Jonrones, en el que montó un espectacular show de poder y solamente cedió en la final, ante su compatriota, otro chico maravilla del béisbol, Juan Soto.
Este año, "J-Rod" lo hizo un poco mejor en abril, bateando .239 con cinco cuadrangulares, 34 ponches y ocho boletos, pero en sus primeros 44 juegos tenía horribles promedios de bateo (.204) y OPS (.656).
Pero de nuevo, cuando la etapa más fría de la primavera comenzó a ser sustituida por la cercanía del ardiente verano, coincidiendo con una larga estadía en su estadio techado en Seattle, Rodríguez básicamente ha alejado los fantasmas del llamado "Maleficio del Segundo Año", que tradicionalmente acosa a los peloteros que impactaron en sus temporadas de debuts.
En 10 partidos en el T-Mobile Park contra los Oakland Athletics, Pittsburgh Pirates y New York Yankees, del 22 al 32 de mayo, Rodríguez bateó .471 (34-16) con tres jonrones, 10 impulsadas y siete anotadas.
Ahora en su carrera, Rodríguez batea .226 con cinco jonrones y OPS de .665 en 47 juegos en abril y .281 con 11 cuadrangulares y OPS de .811 en 55 encuentros en mayo. El año pasado tuvo OPS de .903 en junio, .884 en julio, cayó a .701 en agosto, pero rebotó a un espeluznante 1.202 en septiembre.
Entrando al tercer mes de la temporada del, aún exhibe relativamente bajos porcentajes de bateo/OBP/OPS (.246/.307/.749), pero tiene 12 dobles, 10 jonrones, 10 robos, 36 anotadas y 31 impulsadas. De mantener el ritmo de los meses calientes, Rodríguez podría terminar la temporada con o cerca de 30 dobles, 30 jonrones, 30 bases robadas, 100 anotadas y más de 90 empujadas.
Exactamente el tipo de desempeño que esperaban los Mariners cuando firmaron a Rodríguez en agosto pasado, en medio de su temporada de novato, en un contrato que garantiza al jardinero $210 millones de dólares por 12 años, pero que contiene opciones que podrían elevarlo a $470 millones por 18 años, que es lo mismo que decir, toda la carrera del pelotero.
Rodríguez respondió al colosal nivel de compromiso de su equipo, bateando .284 con 28 jonrones, 25 dobles, 25 robos, 84 anotadas y 75 remolques para ayudar a los Mariners a meterse en su primera postemporada desde el 2001 y conquistar de forma casi unánime (con 29 de 30 votos de primer lugar) el premio Novato del Año de la Liga Americana.
Ahora, con un poco más de experiencia, no sería descabellado esperar que Rodríguez iguale o supere las estadísticas que colocó en su primera temporada, especialmente después que pasó con mejores notas los fríos días de primavera y ya se comienza a sentir el calor del verano que se acerca.