LOS ÁNGELES -- Miguel Herrera tiene miedo. Le inquieta esa inminente e inmediata triple emboscada. Debe enfrentar a Chivas, Cruz Azul y Pumas, en ese orden. Tres rivalidades extremas. Cortesía, claro, de esa fanfarronería del #ÓdiameMás que el América cultiva como una vedette en “nanobikini” en redes sociales.
“No es caprichoso (el calendario) , está mal hecho, está mal diseñado. (…) Lo diseñaron mal para el América porque es el único equipo que tiene tres Clásicos”, se quejó El Piojo en declaraciones a Grupo Reforma.
Y esos estertores de temor los identifica con el pánico de vivir bajo el salario del miedo. Percibe que un saldo rojo, le endosaría un despido: “Esto (encarar consecutivamente a Chivas, Cruz Azul y Pumas) puede poner o quitar un técnico. Son cosas que te catapultan o te corren del equipo si pierdes los tres Clásicos”.
Miguel Herrera tiene toda la razón, pero se equivoca. Y no es un galimatías. Ciertamente, puntualmente, está en riesgo de perder los tres juegos inmediatos, pero lanza un mensaje equivocado. Vamos, de hecho, suena muy poco a El Piojo petulante, ese que de manera pedante ha proclamado que “cuando firmas un contrato con América sabes que debes ganar todos los Clásicos”.
1.- MOTIVOS SOBRAN…
Tiene razón. El América intimida siempre, pero éste, hoy, no espanta a nadie. Una defensa frágil y torpe, y una media cancha inconsistente. Ha perdido a Sebastián Córdova, seducido por el
hedonismo de los juniors televisivos que sonsacan a la figura americanista del momento. Nico Benedetti y Giovani dos Santos, siguen becados millonariamente en su cínico aburguesamiento. Al frente sobreviven Henry Martín y Federico Viñas, en excursiones solitarias, mientras Roger Martínez vive entre expulsiones bobaliconas y sus piernas de maltrecha porcelana.
La realidad golpetea. ¿Cuántos de estos jugadores que componen el once del América serían titulares en otros equipos o en sus selecciones nacionales? Ninguno, ¿cierto? Acaso Ochoa, pero por la crisis extrema de porteros jóvenes en México. Es un plantel parchadito, con aparente futuro, pero con anémico presente.
Por eso, las convulsiones de tripas de Miguel Herrera ante esta asechanza, son más que entendibles, pero no por ello justificables.
2.- PRETEXTOS SOBRAN…
Y este mensaje de Herrera, con este lamento mediático, poco le ayuda. Habida cuenta su poderoso impacto en el ánimo del equipo, cualquier futura arenga belicosa, comenzando con Chivas, ya la deterioró, al filtrar sus temores en el plantel, que empezará a afligirse y angustiarse por tres semanas consecutivas, en lugar de concentrarse en una sola.
Insisto: Miguel Herrera no sonó a El Piojo al hacer estas declaraciones. El otrora Herrera habría empezado con bravatas, con discursos como “que se vengan todos juntos”, y regocijarse incluso, regodearse incluso, por el tremendo reto de confrontar a cuatro de los cinco mejores equipos en la Tabla de Posiciones, porque Pachuca no cuenta, compite con asterisco incluido.
Porque, por si no se ha enterado, después de Chivas, Cruz Azul y Pumas, debe meterse a la guarida del León. Visto así, ya no es una triple emboscada para el América, sino una cuádruple emboscada contra El Nido. Que se les erice el plumaje a las Águilas.
América ha sido un reflejo de Miguel Herrera. Ha demostrado que con un plantel de medio pelo, la mitad lesionado, puede extraerle a sus jugadores las hormonas, la audacia y la temeridad para creer que son mejores que sus adversarios, y por eso despachan, aún con sobresaltos entre los cuatro mejores de la Tabla de Posiciones.
Imagínense el escenario si pierden con Chivas. Imagínese el efecto domino en las cabecitas alfeñiques de sus jugadores, que necesitan fortalecerse cada día de cada semana de cada juego, con semejante discurso mal puesto, mal dicho y mal entregado por Miguel Herrera.
Por eso, insisto: ¿qué mejor homenaje al paladín del #ÓdiameMás que fletarlo a que defienda su grandeza contra cuatro de los cinco mejores equipos de este #Guard1anes2020? ¿O de que grandeza está hecho el que se hace llamar el más grande si quiere una tregua entre un clásico y otro?
Hay una referencia de Miguel Herrera dirigiendo a la selección mexicana. Era un amistoso contra Estados Unidos, y era uno de esos sospechosos partidos que pactaban entre amigos Justino Compeán y Sunil Gulati.
Al medio tiempo, EEUU ganaba 2-0. Y podía haber sido peor. Para el segundo tiempo, un Tri desconocido empata a dos goles y podía haber revolcado el marcador de manera escandalosa.
--¿Qué les dijiste (en el medio tiempo) Miguel?, se le pregunta.
“Pues que le echaran ganas, que no podíamos perder este partido jugando así”, respondió El Piojo.
--¿Cómo se los dijiste, Miguel?
“Como había que decírselos. Que despertaran, que le echaran güevos, que ante Estados Unidos no se pierde ni en amistosos, que había que matarse en la cancha, que era la selección mexicana, y que el que no quisiera ganar esta noche que se regresara al hotel”.
Entre sus recursos como entrenador, El Piojo cuenta con esa habilidad de meterse en la cabecita y en las gónadas de sus jugadores, por eso extraña ese lamento que apesta a sumisión sobre la calendarización de juegos ante Chivas, Cruz Azul, Pumas y León. Ese Piojo no es El Piojo.
Ciertamente, pues, no es una triple sino una cuádruple emboscada para las Águilas. ¿Es el América el más grande en verdad? Que mejor oportunidad que esta para ratificarlo o ser desmentido. Que se agigante El Nido o que se empequeñezca, pero que no haya más dudas.