MÉXICO -- Señoras y Señores.
A Mario Carrillo lo corrieron por terco. No es posible que, teniendo la mesa puesta, pudiendo ser inteligente durante toda la semana, y cambiar su discurso y pensar: "me protestan por no poner a Romagnoli, Villa, Luis García y Lozano, pues los ocupo".
Son cuatro jugadores para reforzar a Pumas. Siempre se dice que no hay refuerzos en la UNAM, que los chicos jóvenes necesitan jugadores y ahora que se tienen no se usan.
Carrillo debió alinear a los cuatro, todos debían jugar contra el América, salvo que hubiera una lesión y él tuvo que motivarlos para que demostraran a la gente que le da su apoyo que son grandes jugadores, y pedirles "den todo y vamos a ganar".
Pero no, se quedó con la suya y esto fue un error de soberbia, un error de no conocer al equipo, de decir "yo mando".
Los chicos jóvenes necesitan gente experimentada que los ayuda a crecer, que los acoja y Pumas los tiene. Villa es un jugador que ha demostrado en México que sabe meter goles, Romagnoli es de los mejores contenciones del futbol nacional y en lugar de ocuparlos, debutó a un chamaquito de 19 años frente al América, que por cierto, no jugó un gran partido ni mucho menos. Las Águilas ganaron por culpa total de Mario Carrillo, que se le cerró la mente.
Fue terco. Los técnicos deben ser más inteligentes, no sólo ver el futbol, si no las relaciones humanas con los jugadores, no las tuvo, no hubo comunicación con ellos, con la prensa, con la directiva. No hizo nada, ¡fue un petardo!