Comenzando con la aclaración de rutina sobre como recién ha pasado “apenas una décima parte de la temporada”, una de las cosas más interesantes para resaltar sobre los Indios ha sido la cantidad de veces que Carlos Santana ha sido insertado en la alineación como titular en la esquina caliente. Eso se debe a que el gran experimento de esta pretemporada que intentó asimilar a Santana como su respuesta interna en tercera base era una de esas historias que realmente perdurarían.
Hasta el momento, los Indios solamente lo han puesto allí el 50 por ciento de las veces, y él fue titular en las ocho de ellas. Cinco juegos como bateador designado titular y tres detrás del plato como catcher suplente lo han mantenido como fija en la alineación todos los días.
¿Cómo es que sucede algo así? El lograr que cada lugar en el plantel te funcione aun durante esta época con una abundancia de relevistas hoy en día. El resto de las entradas en tercera base se ha repartido entre Lonnie Chisenhall (cuando él no es el bateador designado) y el súper suplente Mike Avilés (cuando él no está jugando como titular en segunda base, como campocorto o en el jardín izquierdo). Existen muchas partes en movimiento constante además de la necesidad de incluir a alguien que castiga duramente a lanzadores zurdos como Ryan Raburn donde sea que él encaje durante cualquier día (cualquiera de las esquinas en el jardín, como bateador designado o quizás como segunda base en una situación que los vea en aprietos).
Ese es el crecimiento externo natural de una rotación generada por Terry Francona que mantiene a sus mejores 11 bateadores rotando en su alineación en vez de nombrar a un solo jugador como bateador designado permanente y que cuenta con Elliot Johnson, quien sabe jugar en siete posiciones distintas, como el único suplente verdadero. Eso va a cambiar cuando Jason Giambi regrese como la eminencia gris que es una vez que él sea reactivado de la lista de lesionados (se supone que eso ocurrirá el lunes) pero el Hombre G no contará con más de 200 turnos al bate este año.
Santana no ha decepcionado en tercera base ahora que los partidos cuentan. Un solo error cometido y un promedio de jugadas ejecutadas que está al nivel promedio del resto de la liga, o sea nada demasiado espantoso en términos de productividad tempranera según el +/- de Baseball Info Solutions, la Zona Total de Baseball-Reference.com o el Rating Zonal Final de FanGraphs. Sí, es verdad, son solamente ocho juegos, pero ninguna de las estadísticas interpretativas se ha convertido en un juez ruso cuando se trata de evaluar el rendimiento de Santana.
Así que por ahora todo va bien. Tal y como alguien que forma parte de la Liga Americana me dijo esta primavera “¿Será posible que él sea peor que [Miguel Cabrera]?” Aun sí Santana termina siendo así de malo jugando apenas la mitad de las veces, lo más probable es que él termine siendo lo suficientemente productivo con el bate en sus manos para compensar por ello. Su cuadrangular del viernes ayudó a acabar con la mala racha en ese aspecto de su juego, y el experimento luce bien por ahora.
Hacer la comparación con Miggy tiene sentido porque la mudanza de Cabrera a tercera base en el 2012 se debió a la necesidad de incluir a Prince Fielder en la alineación de los Tigres, y la decisión de los Indios de darle la oportunidad a Santana en tercera base se trata de poder contar con sus mejores bates. Uno también podría llegar a considerar a compararlo con la decisión sobre adonde encajaría Bobby Bonilla en la alineación durante la década del 90: No, él no era un gran tercera base, pero sí encontrabas a un jardinero derecho que pudiera batear mejor que tus alternativas en tercera base entonces tú todavía podías pelear por el título con Bobby Bo en la esquina caliente -- tal y como lo hicieron los Piratas – o salir campeón como los Marlins.
Hacer un sacrificio defensivo en una de las esquinas es más conveniente que nunca hoy en día gracias al panorama ofensivo del béisbol: Que haya más ponches que nunca significa que las posiciones que no se involucran tanto cuentan con todavía menos posibilidades de afectar al resultado del juego en el diamante. Los Gigantes salieron campeones en el 2010 con un bateador designado (Aubrey Huff) en las esquinas, los Cardinals salieron campeones en el 2011 con un bateador designado en los jardines (Lance Berkman), y los Gigantes volvieron a consagrarse en el 2012 a pesar de la falta total de movilidad de Pablo Sandoval en tercera base. ¿Santana? Él es apenas el ejemplo más reciente de una estrategia que se adapta a la realidad de que tu alineación te puede conseguir más carreras cuando estas se están volviendo cada vez menos abundantes.
La otra mitad de la propuesta es que Yan Gomes debía demostrar que podía rendir como el cátcher titular del club. La respuesta en este caso también es positiva, ya que le hace eco al gran rendimiento de Gomes con los Indios en la segunda mitad del año pasado. Él posee el mismo tipo de poder en el plato, con un promedio de Poder Aislado que oscila en los .180s. Él es digno de confianza detrás del plato según las nuevas estadísticas que distinguen la capacidad de un catcher para generar strikes. Además, él está conteniendo a los corredores con menos de un intento de base robada cada nueve entradas mientras que él ha extinguido a 4 de los 11 intentos con él detrás del plato hasta ahora.
Los Indios podrían tener que lidiar con otros problemas para repetir el éxito que tuvieron la temporada pasada, ¿Pero Carlos Santana en tercera base? Por ahora, ese no es uno de ellos.