MÉXICO -- De cara al Draft 2014 de la NFL, las mayores discusiones parecen centrarse en el ala defensiva Jadeveon Clowney, en los mariscales de campo, y en la profundidad que ofrecen posiciones como tackle ofensivo y receptor abierto, sobre todo.
Nadie parece estar hablando de los corredores.
De hecho, todo indica que será el segundo año consecutivo --y apenas segunda vez en la historia del draft común, desde 1967 a la fecha-- en que no escuchemos a ningún corredor ser llamado desde el podio de Radio City Music Hall durante la primera vuelta del sorteo.
La razón es doble.
Por un lado, la liga cada vez cree menos en corredores de estilo 'caballo de batalla', aquellos jugadores que necesitaban muchos acarreos y pocas pausas para respirar mientras se echaban al hombro prácticamente la totalidad del ataque terrestre de los equipos. Adrian Peterson con los Minnesota Vikings y Marshawn Lynch de los Seattle Seahawks representan lo mejor de una especie el peligro de extinción.
Basta recordar que en los últimos cuatro años, solamente Peterson ha liderado a la liga en yardas terrestres en una temporada (2012), tras haber ingresado como recluta de primera ronda de draft. Los otros tres líderes durante este periodo fueron LeSean McCoy con los Philadelphia Eagles (2013, segunda ronda), Maurice Jones-Drew con los Jacksonville Jaguars (2011, segunda ronda), y Arian Foster con los Houston Texans (2010, no reclutado).
Eso supone un contraste dramático a los años previos. Desde 1970 --año de la fusión entre la NFL y la AFL-- al 2009, únicamente cuatro corredores no reclutados en la primera vuelta lideraron a la liga en yardas terrestres en una temporada sin haber llegado como reclutas de primera ronda: Larry Brown con los Washington Redskins (1970, octava ronda), Christian Okoye con los Kansas City Chiefs (1989, segunda ronda), Terrell Davis con los Denver Broncos (1998, sexta ronda), Priest Holmes con los Chiefs, (2001, no reclutado) y Curtis Martin con los New York Jets (2004, segunda ronda).
Las 35 temporadas restantes de los 40 años comprendidos en ese periodo pertenecieron, por tierra, a 19 reclutas de primera ronda que jugaron la posición de corredor: Floyd Little (1971), O. J. Simpson (1972, '73, '75, '76), Otis Armstrong (1974), Walter Payton (1977), Earl Campbell (1978, '79, '80), George Rogers (1981), Freeman McNeil (1982), Eric Dickerson (1983, '84, '86, '88), Marcus Allen (1985), Charles White (1987), Barry Sanders (1990, '94, '96, '97), Emmitt Smith (1991, '92, '93, '95), Edgerrin James (1999, 2000), Ricky Williams (2002), Jamal Lewis (2003), Shaun Alexander (2005), LaDanian Tomlinson (2006, '07), Adrian Peterson (2008) y Chris Johnson en el (2009).
¿Bastan las últimas cuatro temporadas como muestra suficiente para sentenciar una ruptura definitiva con la tendencia de las cuatro décadas previas? Probablemente no.
Sin embargo, el modelo de 'backfield por comité' se vuelve indiscutiblemente más prevalente entre los equipos de la NFL, aún a pesar de que ex reclutas de primera ronda puedan formar parte de esos comités. Los Detroit Lions con Reggie Bush y Joique Bell, y los Oakland Raiders con Darren McFadden y el recién contratado Jones-Drew sirven como ejemplos perfectos.
La otra razón por la que no se proyecta a un corredor de primera ronda en el próximo draft tiene que ver sencillamente con la clase de corredores disponibles. Simplemente no parece haber un talento disponible que comande una selección tan alta.
Pese a las tendencias de los equipos de emplear más formaciones de receptores múltiples con la idea de mover el ovoide por aire más que por tierra de los años recientes, los equipos en general no habían dudado de seguir pagando selecciones de primera vuelta por corredores. En el 2012, tres corredores escucharon su nombre en primera ronda: Trent Richardson seleccionado por los Cleveland Browns, Doug Martin por los Tampa Bay Buccaneers y David Wilson por los New York Giants. En el 2011 sólo fue uno, y en el 2010 también fueron tres.
Este año, la colección de corredores disponibles se parece un poco a la del año pasado. Hay muy buenos prospectos, pero ninguno que aparentemente reúna todas las características necesarias para irse en la primera ronda. En lugar de eso, se trata de corredores que destacan en alguna o algunas áreas más que otras.
Probablemente Bishop Sankey de Washington sea el más explosivo, y ya se ha ganado algunas comparaciones con Giovani Bernard, el primer corredor reclutado el año pasado (segunda ronda) y quien le diera una chispa al juego terrestre de los Cincinnati Bengals. Se me ocurren al menos siete equipos que pudieran verse beneficiados de inmediato por el aporte que podría tener Sankey, aunque no sé cuál de estos equipos estaría dispuesto a pagar una selección de segunda vuelta por él: Cowboys, Falcons, Giants, Jaguars, Rams, Titans y Vikings.
El caso de Tre Mason también merece mencionarse. Auburn obtuvo jugadas críticas a la defensiva y en equipos especiales para llegar al último Juego de Campeonato del BCS, pero ofensivamente nadie hizo más que Mason, quien estuvo a punto de coronar una temporada de destape con un potencial touchdown del triunfo de 37 yardas en el duelo ante los Florida State Seminoles, en los instantes finales. La comparación prevaleciente alrededor de la liga respecto a Mason es Ray Rice, y sin duda exhibe más fuerza al correr entre los tackles que Sankey. En mi opinión personal, Mason tiene las cualidades para convertirse en un corredor primario, eventualmente. Mason, como Sankey, vienen de quebrar las marcas de sus respectivos programas en yardas terrestres para una temporada, enviando a segundo término a corredores legendarios, al menos en cuanto al libro de récords: Bo Jackson en el caso de Auburn y Corey Dillon para Washington.
Pasando a los corredores más pesados, Carlos Hyde de Ohio State debe ser considerado la primera opción para los equipos que buscan más fuerza que elusividad. Eso no significa que Hyde no tenga la capacidad de hacer fallar a uno que otro defensivo en campo abierto, pero las escapadas de 40 yardas serán raras para él al siguiente nivel. Para algunos Hyde es el mejor corredor disponible este año, y en términos generales, también se le considera capaz de convertirse en un corredor titular en poco tiempo. A diferencia de Sankey, Hyde es capaz de obtener muchas yardas después del primer contacto, y en Ohio State, se habla de él a la altura de otros corredores memorables como Archie Griffin y Eddie George.
Siguiendo con los corredores de más fuerza, está Jeremy Hill de Louisiana State, un corredor que mide apenas una pulgada más y pesa alrededor de 3 pulgadas más que Hyde. A diferencia de los tres corredores mencionados anteriormente, Hill viene de una escuela donde se acostumbra más repartir acarreos entre varios elementos. Hill llevó el ovoide 203 veces el año pasado, comparado a los 208 de Hyde (con un juego menos), 327 acarreos de Sankey y 317 de Mason. De hecho, Sankey lidera a los cuatro corredores en cuanto a acarreos colegiales, con 644 en tres años, seguido por 523 en cuatro años de Hyde y 516 en tres años de Mason, comparado a los apenas 245 de Hill. Eso podría ser un plus a la larga, dado que sus piernas acarrean menos desgaste, pero Hill llega con algunas dudas fuera del campo, que no son menores: ha enfrentado al menos dos problemas legales graves en los últimos años, y el carácter fuera del campo es más importante que nunca para los equipos de la NFL. Eso podría hacer caer a Hill hasta la tercera vuelta, en mi opinión.
Andre Williams de Boston College parece ser un olvidado entre los olvidados. Después de todo, Williams se convirtió en apenas el decimoquinto corredor en la historia del fútbol americano colegial en su máximo nivel en acumular al menos 2,000 yardas terrestres en una campaña, impulsándolo a convertirse, junto a Mason, en uno de los finalistas al Trofeo Heisman. Otro corredor fuerte, capaz de ganar yardas por dentro y de quitarse los tacleadores, Williams pierde algo de eficiencia cuando debe correr hacia afuera.
Después vienen algunos comodines. Terrance West dominó a nivel FCS jugando para Towson, y ha llamado la atención de varios clubes, pero queda la duda de que pueda brillar ante una competencia de mayor nivel. Ka'Deem Carey de Arizona es un atleta explosivo, pero no destaca particularmente un área del juego. Marion Grice de Arizona State arriba con interrogantes de salud.
Finalmente, De'Anthony Thomas de Oregon es un corredor que genera opiniones encontradas. Eléctrico en campo abierto, hay quienes lo consideran un receptor de ranura al siguiente nivel, al estilo de Dexter McCluster, quien recién firmó como agente libre con los Tennessee Titans, y quien fuera recluta de segunda ronda para los Kansas Chiefs en el 2010. Thomas puede contribuir de inmediato en equipos especiales, pero me cuesta trabajo pensar en invertir una selección de ronda alta, incluso de ronda media, en un jugador de rol. Además, Thomas tuvo la mesa puesta para convertirse en el hombre importante del ataque de los Ducks cuando LaMichael James dio el salto a la NFL en el draft del 2012, sólo para quedar bajo la sombra de Kenjon Barner primero, y Byron Marshall el año pasado, probablemente reforzando la noción de que se trata de un jugador de rol.
La variedad entre los corredores de este año es amplia, y hay mucha calidad entre los prospectos. Quizás no la suficiente para merecer una selección de primera ronda --y menos en una liga que no quiere destinar demasiados recursos a la posición-- pero el año pasado Le'Veon Bell y Eddie Lacy llegaron en la segunda vuelta del año pasado para convertirse en titulares indiscutibles de los Pittsburgh Steelers y Green Bay Packers, respectivamente.
No se sorprendan si este año sucede lo mismo con Hyde, Sankey, Mason o alguno otro de los talentosos corredores disponibles en el sorteo universitario del 2014.