No hay dudas de que Juan Pablo Montoya es el piloto más importante de la historia de Colombia. Su lustroso palmarés cuenta con hitos enormes, entre ellos, dos memorables triunfos en las 500 Millas de Indianápolis que lo convirtieron hasta estos días en el único latinoamericano de habla hispana en vencer en el mítico óvalo.
Montoya tuvo su bautismo triunfal en la primera versión de las 500 del siglo XXI, la 84ª de la historia, con el equipo de Chip Ganassi, escuadra que disputaba el torneo CART, en épocas de disputas por la hegemonía de los autos de fórmula en Estados Unidos. Del otro lado estaba Indy Racing League, que tenía en su agenda a las 500 Millas. Ganassi decidió que su escuadra cruzara la frontera para participar de la cita en el óvalo con el colombiano, campeón de CART en 1999, y Jimmy Vasser. Montoya, como rookie en Indy 500 logró el segundo cajón de partida en la clasificación (Greg Ray logró la pole position).
Montoya tuvo mucho trabajo durante el fin de semana de Indy. Es que el 27 de mayo, un día antes de las 500, debió correr una competencia postergada de CART en Nazareth. Cumplido el compromiso, el bogotano se dedicó a Indianápolis. La carrera sufrió un largo retraso por la lluvia, hasta que finalmente se pudo disputar y el dominio del piloto de Chip Ganassi fue total para tomar la leche por primera vez.
En 2001, Montoya siguió su carrera en Fórmula 1. Su paso por la máxima categoría duró hasta 2006, período en el que logró siete triunfos, incluido el GP de Mónaco de 2003 para tildar el segundo casillero en la búsqueda por la Triple Corona que completan las 500 y las 24 Horas de Le Mans. Cerrada su etapa de Fórmula 1, el colombiano se fue al Nascar y en 2014 se sumó a IndyCar. Así, el óvalo de Indianápolis volvió a su radio de acción. Y volvió a ganar.
Fue en la edición de 2015 y nada tuvo que ver el trámite con aquel casi tranquilo éxito de 2000. Con un auto del Team Penske, Juan Pablo sufrió la rotura del alerón trasero y cayó al 27º puesto. Desde ahí, protagonizó una remontada brillante para llegar a la punta a cinco vueltas del final y abrazar el trofeo Borg-Warner por segunda vez. Esos 15 años de diferencia entre la primera y segunda victoria en las 500 Millas es la brecha más grande de tiempo entre aquellos pilotos que consiguieron al menos un doblete. El bogotano rompió la marca de Gordon Johncock, quien tardó nueve años en repetir (1973-1982).
Montoya, sin dudas, hizo historia y por ahora se mantiene como el único latino hispanohablante en vencer en el óvalo más famoso del planeta.