El 2023 de Kevin Benavides arrancó en la estratosfera, con su fantástico triunfo en el Dakar. Después de eso, fue una pesadilla tras otra. En febrero se fracturó el fémur derecho en Abu Dhabi, en agosto se rompió una muñeca antes de correr la Ruta 40 y en diciembre, cuando ya no quedaba nada para comenzar la defensa de su título en el raid, llegó la rotura del peroné izquierdo. Increíble, pero real. En un momento, el argentino temió lo peor: perderse el raid. Sin embargo, su recuperación en tiempo record le permitió estar en Arabia Saudita con su KTM. Su meta era día a día, probando su físico. Y llegó al final y con brillo, porque venció en la última etapa (Yanbu-Yanbu) y avanzó un lugar en la general para terminar cuarto, a 38m48s de Ricky Brabec, el ganador.
. “Terminar sanos y salvo otro Dakar. Fuimos consistentes, con buenos parciales y etapas. Vengo de un 2023 con muchas lesiones y un mes antes del Dakar no sabía si iba a poder competir. Estar acá es algo increíble”, confesó Kevin en Carburando, un rato después de quedarse con el último especial con un minuto de ventaja sobre su compañero Toby Price. El triunfo en el especial, sumado los problemas que vivió el chileno Ignacio Cornejo en su Honda en el cierre de la carrera (bomba de combustible, lo mismo que lo había complicado el jueves), le permitió al salteño avanzar un puesto en el total y quedar cuarto, el mejor sudamericano en competencia. Luciano Benavides (Husqvarna) fue tercero en la etapa final y séptimo en el total, justo detrás de Cornejo. “Es un momento increíble terminar otro Dakar, el más duro de todos. Estar en una pieza después de estas dos semanas que fueron muy duras. El resultado no muestra el trabajo que hicimos. A veces el resultado no sale”, dijo el hermano menor de los Benavides. Para el dúo argentino ahora llega el momento del descanso y las vacaciones antes de emprender un año de trabajo que desembocará en el Dakar 2025. El calendario de 2024 es una incógnita, porque KTM tendría decidido no participar del Mundial FIM y así ambos pilotos no podrán estar en competencia (Husqvarna pertenece a la casa austríaca). “Veremos, haremos Ruta 40 otras carreras”, dijo Luciano, actual campeón del mundo, quien no podría defender su cetro. En tanto, el estadounidense Ricky Brabec fue el ganador de la carrera. La última etapa fue un trámite, porque ya partía con 10m22s de ventaja sobre le botsuano Ross Branch, con 175 kilómetros por recorrer. Si no aparecía algún inconveniente en la Honda del californiano, todo estaba terminado. Y así fue. “Una victoria es una gran manera de empezar el año. No ha sido fácil, fue una carrera muy reñida. Conté con el apoyo de mi equipo frente a Ross, pero la competencia no se decidió hasta el final. Es una sensación diferente a mi primera victoria. En 2020 tuve una ventaja más cómoda, pero este año Ross y yo nos hemos mantenido a pocos segundos el uno del otro durante tres días. Hay algo así como 11 minutos entre el primero y el tercero, pero diez minutos en rally no es mucho. ¿Cuál es la diferencia? Tuve dos buenos días en los que conseguí atacar, pero la etapa 11 fue la más peligrosa para mí porque sabía que Ross salía detrás de mí. Me alcanzó a los 18 minutos y eso fue duro para mí, pero mantuve la concentración y conseguí cruzar la meta sin perder demasiado tiempo”, analizó Brabec, quien sumó su segundo Touareg.