Históricamente, el Turismo Carretera se trató del duelo de marcas. No por nada, la enorme mayoría de los hinchas se embanderan detrás de los escudos que identifican a los autos. Y, claro, en medio de ese enfrentamiento aparecieron los ilustres y notables nombres de pilotos que quedaron en la historia y que protagonizaron batallas defendiendo a Chevrolet, Ford, Torino, Dodge… En estos tiempos de la octogenaria categoría, el reto principal pasa por dos integrantes del Óvalo: Mariano Werner y Julián Santero. Eso sí, con modelos distintos, porque el tricampeón estrenó este año el Mustang, mientras que el corredor del equipo de Laureano Camapanera sigue con el viejo Falcon.
El entrerriano y el mendocino batallaron por la corona en 2023, se repartieron triunfos y lucharon por la Copa de Oro, que quedó del lado del paranaense, quien así selló su tercer título teceísta. En el recuerdo quedarán las luchas a brazo partido que protagonizaron en San Luis y San Nicolás. Y este año repitieron la pelea en la serie de El Calafate, donde se disputó la primera fecha. Claro, no iban a ser menos en Viedma, el lugar elegido para la segunda cita del ejercicio 2024. Y fue Santero el vencedor.
El capítulo rionegrino del frente a frente sumó capítulos de todo tipo. Porque en la clasificación, Santero venció a Werner por poquito para quedarse con la pole position. Y llegaron las series del domingo a la mañana. Cada uno se quedó con la que le tocó: Santero, la primera y Werner, la segunda. Pero fue el entrerriano el más veloz para el total y se aseguró la cuerda para la largada. Ventaja para Werner y su Mustang. Pero Santero se tenía guardada una maniobra que pasará a integrar el top ten de la temporada, sin dudas.
“Tenemos que mejorar la tracción para mañana”, había avisado Werner el sábado, tras la clasificación. El campeón sabía dónde estaba uno de los puntos clave para el domingo. Y fue en la largada donde Santero construyó su octavo triunfo en TC. El mendocino, quien para este año decidió dedicarse de lleno a categorías ACTC (dejó TC 2000 y se sumó al TC Pick Up), largó perfecto y fue a la par de Werner en la curva 1, continuó en la 2 y cerró la maniobra en la 3.
La pelea fue a la milésima, porque Santero no logró escaparse de Werner, quien aguardaba cualquier puertita que pudiera abrirse. El tricampeón se esperanzó con los tres ingresos del auto de seguridad, que obligaron a barajar y dar de nuevo. Y en esos tres momentos clave, otra vez la tracción del Ford de vieja generación venció al moderno y el mendocino se anotó su octavo triunfo en TC y un éxito más en el duelo principal de estos tiempos.
“Julián me pasó muy bien en la primera vuelta. Queda trabajo en la confianza mía con el auto. Pero sé que estamos por buen camino, hay que seguir trabajando”, dijo Mariano Werner. “Fue una gran largada y Mariano me respetó mucho. Se me puso de costado, pero lo pude aguantar. Los tres relanzamientos fueron muy duros porque sabía que Mariano se iba a tirar. Es una de esas victorias que cuestan mucho y que se dio temprano”, dijo Santero, quien ya tiene el triunfo obligatorio que marca el reglamento para poder lograr el título. “Ya cumplí el objetivo principal de ganar para poder ser campeón. Ojalá pueda tener la regularidad que me faltó el año pasado”, agregó el vencedor.