El argentino marchaba quinto en la última vuelta de la carrera corta, intentó resistir el ataque de Dennis Hauger y terminó en despiste para caer al puesto 11º. Joshua Duerksen fue octavo.
Reconocer el error es el gran punto a favor que se llevó Franco Colapinto de su error en el final del sprint de Austria, séptima fecha de Fórmula 2. La materia pendiente que se llevó el argentino es manejar los impulsos y entender los momentos de las carreras. Porque su trompo y despiste en el cierre de la carrera corta de Spielberg era evitable.
El piloto que pertenece al programa de talentos de Williams estaba a punto de cerrar una competencia correcta. Hasta el giro final, había batallado por mantenerse en una buena posición dentro de la suma de puntos. Se había defendido y había atacado. El quinto puesto era el colofón de un trabajo que viajaba directo a una nota de aprobado. Pero en el final, todo se fue al retrete. Y para colmo, en una pelea casi fratricida con su compañero Dennis Hauger.
El Dallara del equipo MP del argentino ya no tenía más neumáticos, producto del gran desgaste de toda la competencia. Y debía defenderse del ataque del noruego. Colapinto fue más allá de lo ideal por el momento de su máquina. Dejó sin pista a Hauger en una curva, intentó hacerlo de nuevo en la siguiente, forzando al noruego a ir por afuera, y al momento de acelerar patinó, entró en trompo y se despistó. Volvió a pista, pero el quinto lugar se convirtió en el 11º final y sin puntos. Si hubiera tenido la cabeza más fría, lo ideal era que Hauger lo pasara y llegar sexto para, al menos, llevarse tres unidades (el quinto otorga tan solo uno más).
A Colapinto le ganó su espíritu combativo y competitivo, y está bien. Pero en este caso le salió caro. De todo se aprende. Y, volviendo al principio, no buscó el manual de las excusas que muchos de sus colegas suelen usar cuando se enfrentó al micrófono de ESPN: “Venía patinado mucho y en la última vuelta aceleré un poco de más y se me giró. Mala mía, lamentablemente perdimos bastantes puntos. Al final no tenía ritmo, me quedé sin gomas”, dijo. Nada de tratar de esconder su error echando culpas al ataque de Hauger. Ahí, súper aprobado. El resto, materia pendiente.
El argentino reconoció su error en el final del sprint de Austria.
Parte de la carrera de Colapinto fue en gran batalla con Joshua Duerksen. El paraguayo también sufrió con los neumáticos, por el calor de la pista y al girar muchas vueltas con DRS, pero rescató finalmente un octavo lugar que le otorgó el último punto en disputa. El piloto del equipo AIX giró en gran ritmo en buena parte de la carrera, tanto que Hauger dijo por radio, al ir detrás del asunceño: “Duerksen tiene un cohete”.
“Fue una carrera bastante complicada, estando en el tren de DRS todo el tiempo se afectaron los neumáticos. Al final, solo traté de sobrevivir. Sabemos qué mejorar para mañana (por el domingo), que es la carrera que cuenta”, dijo Joshua, quien estará, largando segundo, ante la gran chance de conseguir su primer éxito en F2.
Oliver Bearman fue el ganador (primer éxito del año para el inglés que este año debutó de apuro en F1 en el GP de Australia). El estonio Paul Aron, piloto de Mercedes, fue tercero, sumó su séptimo podio en el año, y continúa al frente de la tabla.
El paraguayo analizó su octavo lugar en el sprint de Austria.