El piloto paraguayo habló con ESPN.com sobre su gran presente en la telonera de la F1, sus objetivos para las dos fechas que faltan, el 2025 y cómo pasa el receso actual en compañía de su familia.
“Asado de mi papá”. Joshua Duerksen aprovechó los dos meses y medio de parón de la Fórmula 2 para volver a Paraguay a estar con su familia y sumar un capítulo más a la tradición de cada retorno en los últimos seis años. “Siempre llego entre las cinco y las nueve de la mañana porque es el vuelo que me toca y el almuerzo es directo asado. No hay asado como el de Paraguay, es demasiado rico. En Europa hay mucha comida rica, pero la carne es diferente y cara. No te podés dar el lujo de comer una carne buena porque no llegás a fin de mes, ja”, le cuenta el piloto del equipo AIX a ESPN.com en un jugoso mano a mano.
Su llegada a Asunción no fue con las manos vacías y nada tiene que ver con algún paso por el freeshop. En su bolso cargó con el trofeo más grande que se entregó en la carrera sprint de Bakú, donde consiguió su primera victoria en Fórmula 2, un salto enorme en su campaña, porque se trata apenas de su primera temporada en la categoría. “No hubo muy poco tiempo para festejar allá porque la victoria fue el sábado y el domingo era la siguiente carrera. Eso fue triste porque se trató de un hito muy grande para mí y no poder celebrarlo bien fue una pena. Después, cuando llegué a casa, se festejó, pero ya no es lo mismo que en el momento. Pero me recibieron súper bien en Paraguay, se celebró de manera distinta”, asegura.
-Ya tenías dos podios y sumaste un triunfo en Bakú, ¿los objetivos de 2024 están superados?
-Estos resultados no los esperaba en mi primer año en F2. Para mí hubiera sido genial estar en top 10 a fin de temporada. Venir con dos podios y una victoria, realmente no me lo esperaba. Primero, no me esperaba el podio en la cuarta fecha, después esta victoria en Bakú, circuito en el que no tenía expectativa de ganar. Fue mi primera vez en Azerbaiyán, en un circuito callejero donde la experiencia le gana al talento. Así que sí, expectativa superada.
-¿Cómo tomás el hacer historia para Paraguay en cada paso? Porque nunca había llegado un paraguayo a la F2, un país más cercano al rally y que ahora tiene a Diego Domínguez campeón del mundo WRC3.
-Para mí es un privilegio representar a Paraguay. Y en F2 cada cosa que logro es para la historia porque soy el primero en esta categoría y es algo grande. Lo estoy disfrutando mucho. Y ahora con Diego Domínguez campeón mundial de rally es impresionante. Paraguay está creciendo mucho en el deporte, especialmente en el automovilismo. Con Diego y yo, buscando el sueño de llegar a la Fórmula 1, me siento honrado.
-¿Este largo período de receso lo vas a usar para preparar tu 2025?
-Es el mejor momento para preparar todo para 2025. Hay un descanso más largo, podemos pensar con tranquilidad, tiempo y paciencia. Vamos a dejar todo preparado para el próximo año. Porque la temporada se termina en diciembre y no hay un parón tan largo hasta la próxima actividad. Se termina la carrera de Abu Dhabi, después están los tests de postemporada y enseguida llegan las fiestas de fin de año. Hasta la mitad de enero no arranca todo de nuevo. La parte operativa es difícil en esas tres semanas después de la carrera, así que vamos a aprovechar para dejar todo listo para el año que viene.
-De continuar con AIX en 2025 y con el rendimiento actual, ¿el objetivo sería pelear el título?
-Estamos trabajando muy bien juntos, estamos teniendo resultados muy buenos y el plan es hacer otro año de F2 en 2025 y está la idea y la opción de hacerlo con el equipo. Nos entendemos muy bien con AIX y hay una posibilidad de seguir.
Con chasis y motores iguales, ¿cómo se hace la diferencia? El piloto paraguayo lo explicó en charla con ESPN.com.
-¿De dónde se saca el rendimiento del auto, teniendo en cuenta que son los mismos chasis y motores para todos?
-No hay un secreto específico. Es más bien el combo del piloto, el ingeniero y tener suerte con el motor porque ahí puede variar. Es igual para todos, pero fabricar 22 con el mismo rendimiento y potencia es imposible y al pelear por milésimas se nota. Puede haber cuatro décimas entre el mejor y el peor impulsor. El mío es bastante decente, no es excusa. Pero para mí todo se trata del combo y obviamente en la puesta a punto, porque, así como la F1 se ve, si ponés a Verstappen en un Red Bull te gana, pero en un Haas no va a dominar porque el auto no le va a permitir ir así de rápido. Lo mismo pasa en F2. Los chasis son iguales, pero la puesta a punto define hasta qué punto se puede empujar. Ahí está el piloto y el ingeniero. Si yo doy el feedback correcto, el ingeniero interpreta lo que necesito y hace el cambio correcto, va a mejorar. Pero si el trabajo entre el piloto y el ingeniero no es el mejor o no se entienden, no se llega a la solución correcta. Tiene que haber mucha comunicación. También depende de la sabiduría y la inteligencia del ingeniero para saber qué cambio necesita el auto. La parte fundamental del piloto es la de sentir bien el auto para saber qué se necesita para la qualy. Suponiendo también, por ejemplo, que en la práctica el auto no se siente bien porque la pista está sucia por lo general y tenemos una goma dura. Y llegás a clasificación y te encontrás con asfalto limpio y cubierta blanda. Entonces, el piloto tiene que tener en cuenta eso para darle al ingeniero el feedback para la clasificación.
-¿Cuáles son los objetivos para Qatar y Abu Dhabi, las dos fechas que quedan?
-Mantener la competitividad de Monza y Bakú, pelear el top 5 y se puede lograr si seguimos trabajando bien como hasta ahora. Obviamente como todo piloto quiero ganar todas las carreras, es lo ideal. Pero no es así, siempre que no seas Verstappen y ganes 22 de 23 carreras. Pero quiero mantener el ritmo.