El japonés protagonizó un espeluznante accidente durante los entrenamientos para las 500 Millas de Indianápolis, apenas 21 días después del que sufrió el australiano con su Alpine de F1 en Japón.
Takuma Sato tuvo un discreto paso por la Fórmula 1 entre 2002 y 2008. Cosechó apenas un podio en 90 Grandes Premios y 31 abandonos, varios por accidentes. Su vehemencia muchas veces lo traicionó. Una vez afuera del Mundial, y tal vez cuando muchos no lo esperaban, llegaron sus mejores años como piloto y su cenit fue ganar dos veces las 500 Millas de Indianápolis (2017 y 2020), nada menos que una de las carreras que integran la Triple Corona (GP de Mónaco y 24 Horas de Le Mans completan el trío). El japonés, aún sin ser piloto a tiempo completo de IndyCar, siempre se anota para correr la fecha del mítico óvalo. Pero la edición de 2025 no arrancó para nada bien después de sufrir un espeluznante accidente durante una de las sesiones de práctica.
Sato, quien busca largar las 500 Millas por 16ª vez, se inscribió con uno de los Dallara del equipo Rahal Letterman Lanigan Racing. El arranque fue bueno, porque quedó tercero en el primer día de pruebas y hasta había marcado la velocidad más alta sin succión en la sesión de boost (374,277 km/h). Pero todo se torció al perder el control de su auto en la curva 2 y estrellarse contra las barreras SAFER. El auto quedó destruido. Inmediatamente llegaron a la mente de los fanáticos del automovilismo en durísimo choque que protagonizara Jack Doohan en la segunda práctica del GP de Japón son su Alpine. Entonces, ¿cuál fue más violento?
Si de espectacularidad a la vista se tratara, el del australiano de Fórmula 1 fue más bestial. El compañero de Pierre Gasly intentó hacer la primera curva de Suzuka sin cerrar el DRS, como le había salido en el simulador, pero en la realidad la cuestión fue diferente. Doohan perdió el control de su A525 a 300 km/h, la leca lo frenó un poco, finalmente, terminó impactando contra las barreras de contención. El cuerpo del hijo del pentacampeón mundial de motociclismo en 500 cc (Mick Doohan) sufrió un impacto de 50G. El piloto se bajó del auto con algunos magullones, pero bien. Es más, completó el fin de semana, pero con muchos dolores.
El de Sato, no tan espectacular en la imagen, fue infinitamente más fuerte. El gran Takuma entró en trompo a 375 km/h y el golpe fue de ¡94G! El poco público presente en las tribunas aplaudió al ver que el piloto se bajaba del auto. Más tarde, Sato posteó en sus redes sociales un mensaje: “Muchas gracias a IndyCar, Dallara, e IMS por crear un entorno tan seguro. Perdí la parte trasera a 233mph (375km/h). Los datos registraron un impacto de 94G. Sólo magulladuras leves y estoy bien. Estoy muy agradecido a mi equipo, lamento el trabajo extra. Volveremos más fuertes para la Indy 500".
El australiano perdió el control de su Alpine en la primera curva de Suzuka y lo destruyó.
