El colombiano habló sobre el gran objetivo para su carrera, cómo es el trabajo con su papá Juan Pablo y los motivos por los que firmó con la empresa de representación de Fernando Alonso.
Decir que el objetivo de Sebastián Montoya es llegar a Fórmula 1 es una verdad de Perogrullo. Ese es, sin dudas, el objetivo de todos los pilotos que están en Fórmula 2. En algunos casos, ese anhelo se apoya en la realidad y, en otros, no es más que una mera ilusión que no tiene sustento deportivo. El piloto colombiano mostró velocidad y buenos resultados en su temporada de novato en el peldaño previo al Mundial, con tres podios en diez fechas y con un ritmo por momentos muy veloz. En 2026 volverá a correr en F2 con el plan de pelear bien arriba y comenzar a abrirse puertas en la máxima categoría. Su papá Juan Pablo (ganador de siete Grandes Premios y dos ediciones de las 500 Millas de Indianápolis) siempre fue su entrenador y quien manejaba la carrera del Sebas. Sin embargo, se buscó otra alternativa como mánager fuera de la familia: Fernando Alonso y su empresa A14 Management.
-Tu objetivo es llegar a F1, como la mayoría. Pero, ¿cómo está eso? ¿Hay alguna chance de entrar a alguna academia?
-Obviamente pienso en eso, soy piloto y quiero llegar a F1. Pero no es solo eso, quiero llegar a F1, ganar el campeonato y ser el mejor piloto del mundo. Yo me enfoco en lo mío, pero tengo a mi papá y a Fernando Alonso, con quien firmamos hace un par de meses para que maneje mi carrera. Estar con una academia en 2026 no sé, nos hablaron, yo estoy enfocado en lo mío. Pero esto es así, si ganás te llaman, si no ganás, no te van a llamar. Si estás en pista y les ganás a todos, te firmará cualquiera. Piastri estaba en la academia de Alpine, ganó todo y terminó en McLaren, Creo que está en mejor posición que si se hubiera quedado en Alpine.
-¿Por qué firmaste con Alonso y qué puede brindarte estar bajo el manejo de su empresa?
-Una razón muy grande es que Fernando conoce muy bien a mi papá y cuando mi papá hablaba con los equipos de F1 que lo llamaban y se reunía, era un papá hablando del hijo. Por más que nosotros lo separemos y nuestra relación sea entrenador-piloto, la gente lo ve como Juan Pablo padre y Sebastián el hijo. Fernando nos abrió una puerta muy buena, entiende bien la mentalidad que tiene mi papá, el trabajo que hicimos para llegar acá y las metas que tenemos. Este año cambió mucho el círculo alrededor mío, con entrenador, psicólogo, familia, todo eso lo cambiamos completamente desde el año pasado. Y cuando Fernando Alonso y Juan Pablo Montoya, que son dos de los mejores pilotos de la historia, no solo de F1, están hablando de alguien que creen que puede ser el futuro y que yo sea ese piloto, es muy bueno y tengo fe a full en ellos.