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La Novena: De 'La Piña' fresca, pechos fríos e historias conmovedoras

1. TÍLDAME DE LOCO no me importa. En cualquier comparación objetiva sobre quién ha sido el mejor número 10 de la pelota cubana en los últimos 62 años hay que colocar en el tope de la lista al inicialista de los Houston Astros, Yuli Gurriel. Sí, sí, ya sé que existió un Omar Linares, por el cual los scouts de las Mayores salivaron en la década del 90 y es considerado el mejor pelotero cubano de 1959 a la fecha. Alguien dijo -y es mera suposición- que Linares es el mejor pelotero que nunca jugó en Grandes Ligas. Puede ser, pero eso nunca lo sabremos a ciencia cierta. Quizás yo hubiera sido el mejor cosmonauta del mundo si hubiera existido un programa espacial en mi país o fuera millonario si hubiera ganado la lotería. Para este análisis les imploro que dejar de lado los "si hubiera"...

2. CONCÉNTREMONOS en los hechos (facts como dirían los americanos). Más allá de las fronteras de la Isla, solo los especialistas conocen quién fue Linares, qué hizo en la liga cubana y eventos internacionales contra fundamentalmente peloteros amateurs y mayormente usando bate de aluminio. Su único episodio profesional, en la Nippon Professional Baseball (NPB) fue un fiasco. Sin embargo, Gurriel brilló en Series Nacionales, en torneos internacionales, la liga japonesa y en las Grandes Ligas. Ha jugado toda su carrera con bate de madera y enfrentado distintos niveles de béisbol, desde aficionado hasta el más alto nivel profesional. La última muestra de su grandeza ha sido el presente mes de abril, después de un desastroso 2020, cuando no le pegaba ni a una piña, ha roto las costuras de la pelota. Con 36 años -cumplirá 37 en junio- se sospechaba que comenzaba su etapa de declive, pero se ha encargado de negarlo con el madero, su línea ofensiva no deja dudas .356/.456/.575/.1.031. Además, es tercero en hits (31), cuarto en promedio (.356), séptimo en bases por bolas recibidas y porcentaje de embasamiento (.456). Respeto a los que escogen a Linares, pero yo juzgo por los hechos y coloco a Gurriel como el mejor número 10 de la pelota cubana.

3. FRANCISCO LINDOR está en el ojo del huracán. Para donde quiera que voltea la mirada una tempestad le acecha. Otra semana en la Gran Manzana y sus números no acaban de despegar -tiene una línea ofensiva de .203 AVE/.317 OBP/.261 SLUG/.578 OPS-, menos justifican el mega contrato que le brindó en la temporada baja Steve Cohen, mandamás de la franquicia, valorado en $341 millones por 10 años. Quizás en Cleveland, hogar de los Indians, esta situación hubiera sido intrascendente, allá son menos impacientes y no guillotinan a sus peloteros, pero en New York no es así. Ya fanáticos y medios comienzan a impacientarse y cuestionar en voz alta la validez de semejante despilfarro de dinero en medio de una pandemia, por un jugador que hasta ahora le ha pesado la camiseta de Queens más que el casco del malvado Lord Vader de Stars Wars (Guerra de las Galaxias).