El ganador del Heisman requirió apenas dos periodos para dejar una huella imborrable entre los Juegos por el Campeonato del fútbol americano colegial
El mejor escenario posible para una final de campeonato, para cualquier deporte, es un partido de ida y vuelta con final dramático en los instantes finales, donde uno de los estelares se consagra como leyenda.
El segundo mejor escenario, a mi juicio, es que, en un partido cualquiera --aunque no esté muy competido-- un jugador nos regale una de esas actuaciones que nunca se olvidan.
Eso fue lo que nos obsequió el ganador del Trofeo Heisman 2020, DeVonta Smith.
El receptor abierto de Alabama se despachó con 12 recepciones para 215 yardas y tres atrapadas de touchdown, todo en la primera mitad del partido. A mi juicio, eso es lo que vamos a recordar más conforme este partido se vaya alejando de nosotros en la línea temporal.
Al medio tiempo, Smith ya nos tenía buscando las marcas históricas de la FBS para un solo partido en recepciones (23, conseguida dos veces: Tyler Jones para Eastern Michigan vs. Central Michigan, el 28 de noviembre del 2008; y Randy Gatewood para UNLV vs. Idaho, el 17 de septiembre de 1994); en recepciones de touchdown (siete, de Rashaun Woods para Oklahoma State vs. SMU, el 20 de septiembre del 2003); y yardas en recepciones (405, de Troy Edwards para Louisiana Tech vs. Nebraska, el 29 de agosto de 1998).
Desafortunadamente, una lesión en un dedo de la mano derecha nos robó la oportunidad de ver qué más podía hacer Smith en la segunda mitad. El receptor fue llevado al vestidor después de la lesión, para someterse a rayos-X, y regresó al campo a mediados del cuarto periodo, con el partido prácticamente ya ganado, y desequipado.
Por supuesto, Smith no es ningún extraño a las jugadas grandes, en los momentos más grandes, bajo las luces más brillantes. Después de todo, es el mismo jugador que atrapó el pase de touchdown de Tua Tagovailoa para que Alabama se coronara sobre Georgia en el Juego de Campeonato Nacional del 2017.
Pero, este fue su día, con todo y que su producción se limitó a apenas dos cuartos. Ningún otro jugador sobre el terreno de juego nos asombró más que Smith, quien se abrió camino entre los defensivos de los Buckeyes con la fluidez y velocidad que un esquiador va dejando atrás las puertas en el slalom.
¿Cuán buena fue la actuación de Smith, que los 22 acarreos para 79 yardas y dos touchdowns, y siete recepciones para 79 yardas con un tercer touchdown del corredor Najee Harris, pasaron a segundo plano? Lo mismo podría decirse de los 36 completos de 45 intentos para 464 yardas con cinco touchdowns sin intercepción de Mac Jones.
Incluso, el séptimo título nacional del head coach Nick Saban, con el que rompe un empate histórico con el legendario Bear Bryant, pareció quedar como nota al pie de página.
La noche en Miami perteneció a Smith, quien culminó de la manera más brillante posible, en términos de desempeño, una carrera colegial repleta de hazañas. A su vez, termina por justificar plenamente la decisión de Smith de no saltar al draft de la NFL del año pasado, cuando los entonces también receptores abiertos del Crimson Tide, Jerry Jeudy y Henry Ruggs III, sí volaron hacia las filas profesionales.
Smith tenía, todavía, asuntos pendientes. Vaya que si los resolvió, con el título nacional N° 13 para 'Bama. Encima de todo, la noche inolvidable llegó ante un candidato real, genuino, al título en Ohio State. No era competencia de FCS. Pero por momentos, Alabama hizo ver a los Buckeyes como de división inferior. Esta noche, vimos a la ofensiva más letal que haya tenido Saban frente al Tide, y Smith fue el jugador más peligroso del ataque.
"Voy a estar bien", respondió Smith en la entrevista posterior al juego, sobre el terreno, cuando se le preguntó por el status de su mano, revelando una pequeña cuota de esa personalidad introvertida.
Lo que sigue para Smith es la preparación para el Draft 2021 de la NFL, donde hoy despejó cualquier duda respecto a si escuchará su nombre entre los primeros turnos de la primera ronda. Smith es un arma inusual, rara, pero probada. Seguir su carrera al siguiente nivel será, sin duda, una delicia.