Las manos de los Eagles parecen estar atadas financieramente a su actual quarterback titular
Los Philadelphia Eagles tienen motivos suficientes para enviar a la banca al mariscal de campo Carson Wentz.
Llegó a la Semana 11 en el puesto 32 en porcentaje de pases completos (58.2) y en el puesto 31 en yardas por intento (6.1), con la mayor cantidad de intercepciones (12) y capturas (35) en la NFL. Wentz sumó a esos números un par de intercepciones, una de las cuales fue devuelta para anotación, y sufrió cinco capturas, incluida una en la zona de anotación por un profundo en la derrota 22-17 ante los Cleveland Browns el domingo.
El entrenador Doug Pederson dijo que se mantendrá con Wentz para el partido del lunes contra los Seattle Seahawks porque ir con el novato Jalen Hurts sería “enviar el mensaje incorrecto al equipo de que la temporada ha terminado”.
“Cuando los tiempos se ponen difíciles, a veces eso puede ser lo más fácil de hacer”, explicó Pederson acerca de cambiar al mariscal de campo. “Este deporte es más grande que un solo hombre. Todos tenemos algo que ver y todos tenemos que arreglarlo”.
Pasar a Hurts no es “la cosa fácil de hacer”, cuando se mira el panorama general, y en realidad sería extremadamente complicado.
Principalmente se debe a que los Eagles están vinculados a Wentz financieramente en el futuro inmediato. Firmó una extensión de contrato por cuatro años y 128 millones de dólares el verano pasado que se extiende hasta 2024 y pagan un salario promedio de 32 millones al año. Acarrea un impacto por dinero muerto contra el tope salarial de 60 millones en 2021, según Spotrac, una cifra que cae a 39.5 millones en la temporada baja de 2022. Eso hace que sea bastante difícil cortarlo. Y dada la forma en que está jugando, pocos equipos estarían dispuestos a absorber tal contrato en un intercambio.
Los Eagles están casados con él por el momento, en otras palabras, tienen que pensar y actuar en consecuencia. Podrían sentar a Wentz durante un partido o medio para intentar encender un fuego competitivo con la intención de devolverle su trabajo, pero ¿y si Hurts juega bien? Eso podría llevar a la división de lealtades en el vestuario y provocar un retroceso si el control vuelve a Wentz. Si decidieran quedarse con Hurts en ese escenario, ¿convertirían a Wentz en el suplente más caro en la historia de la liga, potencialmente durante varios años?
Si Hurts vacila, entonces, naturalmente, volvería Wentz. Pero, ¿y si lo pierden en el ínterin? Entonces han agriado su relación con su mariscal de campo franquicia y al mismo tiempo dañado el valor comercial de Hurts.
No hay un camino claro hacia un resultado positivo, y que se remonta a la decisión de usar una selección de segunda ronda en Hurts en primer lugar. ¿Cuál fue el mejor escenario para llevar a Hurts a Philadelphia? ¿Que Wentz se lesionará y él mantuviese a flote la ofensiva? ¿Que brillara en un juego limitado y los Eagles lo cambiasen por algo más grande que la selección de segunda ronda que invirtieron?
Y, ¿vale la pena la desventaja? Las peticiones de llevar a Wentz a la banca crecen y se hacen más fuertes en Philadelphia, sobre todo por el mal juego de Wentz pero también por la intriga que presenta Hurts. Tal vez las mismas peticiones estarían allí si Nate Sudfeld o Josh McCown fueran los suplentes, pero no serían tan fuertes y vendrían con el entendimiento de que sería una degradación temporal para darle una sacudida a Wentz. Con Hurts, algunos lo percibirían como un cambio de guardia, aunque eso no es del todo posible en este momento.
La elección de Hurts siempre corrió el riesgo de enturbiar las aguas y trabajar en contra de los mejores intereses de Wentz. El hecho de que llevemos 11 partidos en la temporada y Pederson ya esté siendo asediado por preguntas sobre hacer un cambio de quarterback apoya esa teoría.
Lo que es peor es que las manos de Pederson están bastante atadas. No podía pasar de Wentz a Hurts, sin crear una situación aún más complicada que en la que se encuentra ahora. Lo que plantea la pregunta: ¿cuál fue el punto?