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Falcons están listos para retomar el vuelo tras un año de hospital

Pareciera que todo ha sido una espiral descendiente para los Atlanta Falcons desde el momento en que se pusieron arriba por 28-3 sobre los New England Patriots en el Super Bowl LI.

No volvieron a anotar un punto en ese encuentro, perdiendo finalmente la oportunidad de llevarse su primer Trofeo Lombardi en la prórroga ante los Pats; cayeron en la Ronda Divisional ante los eventuales campeones Philadelphia Eagles al año siguiente; y el año pasado ni siquiera lograron meterse a la postemporada gracias a su marca de 7-9.

No obstante, sería un error descartar a los Falcons ahora.

Se trata de un equipo cargado de talento a ambos lados del ovoide con suficiente experiencia en postemporada para poner en aprietos a cualquiera.

EN PLENA RECUPERACIÓN

El regreso al campo de titulares lesionados del año pasado es suficiente motivo para sentir optimismo en Atlanta. En el 2018, se perdieron porciones significativas de la campaña el corredor Devonta Freeman, el linebacker Deion Jones, los linieros ofensivos Brandon Fusco y Andy Levitre, y los safeties Keanu Neal y Ricardo Allen, entre otros. Es difícil pensar en un equipo que haya sufrido mayor número de bajas entre sus contribuyentes más importantes.

El caso de Freeman es importante, porque su suplente, Ito Smith, también culminó la campaña pasada en la lista de reservas lesionados. Ambos necesitan demostrar que pueden mantenerse sanos, porque el club ya no cuenta con Tevin Coleman, quien era capaz de hacer muchas de las cosas que Freeman hace para la ofensiva.

Defensivamente, los Falcons terminaron como el quinto peor equipo de la NFL en yardas permitidas por juego (384.5), sexto peor en yardas permitidas por jugada (4.89), octavo peor en yardas terrestres permitidas por juego (124.9), sexto peor en yardas aéreas permitidas por juego (259.6), y octavo peor en puntos permitidos por juego (26.44), la estadística más importante de todas.

Ningún jugador de Atlanta contribuirá más a bajar esas cifras que Jones, quien recientemente firmó una extensión de contrato por cuatro años y 57 millones de dólares, que lo mantendrá vinculado al club hasta el 2023. Jones es uno de los linebackers jóvenes más talentosos en la NFL, especialmente en situaciones de pase, y amarrarlo a sus 24 años de edad por el todavía razonable precio de 14.25 millones de dólares anuales es una buena decisión.

NEGOCIOS PENDIENTES

Nadie puede dudar de la calidad o el valor de Julio Jones, tanto en la ofensiva de los Falcons como entre los receptores abiertos de la NFL. Se trata de un jugador de élite cuyo contrato pasado se ha quedado corto en términos de la producción recibida, si se compara con algunos otros de los contratos alrededor de la NFL.

El año pasado, Atlanta apaciguó las pretensiones económicas de Jones con una reestructuración de contrato y la promesa de que este año, recibiría una extensión acorde a sus habilidades. Jones no había recibido esa nueva extensión, porque las reglas de la liga prohíben a un equipo trabajar en el mismo contrato más de una vez antes de que se transcurran al menos 12 meses. ese plazo se cumplió el pasado 26 de julio.

Jones ha manifestado que recibió la promesa del propietario del club, Arthur Blank, de que su extensión sería finalizada pronto. El receptor abierto ha evitado convertirse en una distracción para el equipo, confirmado su fe en la palabra de Blank, y todo indica que solamente sea una cuestión de tiempo para que llegue el nuevo pacto.

Además, Jones no es el único receptor abierto de élite que esperaba un nuevo convenio, y es común que un jugador desee esperar a ver el contrato de otro para usarlo como base en sus propias negociaciones. El modelo para Jones ha llegado. El pasado 31 de julio, Michael Thomas acordó una extensión de contrato por cinco años y 96.25 millones de dólares con los New Orleans Saints, convirtiéndolo en el receptor abierto mejor pagado en la NFL.

Jones puede esperar, al menos, lo mismo que Thomas, si no es que un poco más. Las cifras finales estarán muy cerca de lo que muchos han anticipado desde hace meses; un convenio que promedie alrededor de 20 millones de dólares. Esta clase de números serán cada vez más comunes para los receptores abiertos en una liga donde, antes, solamente los quarterbacks aspiraban a tales sueldos.

REFUERZOS PARA LA LÍNEA

El objetivo de Atlanta fue diáfano al inicio del draft de este año: hay que brindar mejor protección al quarterback Matt Ryan. Los Falcons eligieron en la primera ronda a dos linieros ofensivos. Con el turno n° 14, se inclinaron por el guardia de Boston College, Chris Lindstrom, mientras que el tackle ofensivo de Washington, Kaleb McGary, fue seleccionado en el turno N° 31.

De ambos se espera que, tarde o temprano, jueguen con la línea titular desde el 2019.

Por el momento, Lindstrom ha participado con el primer equipo, alineando por el lado derecho del centro estelar Alex Mack. McGary, por su lado, se ha visto confinado primordialmente al segundo equipo como tackle derecho, detrás del veterano Ty Sambrailo, en la competencia por el puesto que dejó vacante la salida de Ryan Schraeder.

No obstante, la competencia de Sambrailo no es lo único a lo que se ha enfrentado McGary este año. Hace unos días, se sometió a una cirugía "mínimamente invasiva", según el equipo, al corazón. El novato reveló vía redes sociales que la intervención había sido exitosa, pero ésta, la tercera a la que se ha sometido, no deja de ser una preocupación, más allá de que personal médico de la liga le concedió el alta para participar en el Combinado de Talento de la NFL a principios de año, y que el equipo de Atlanta haya confiado lo suficiente en su salud para invertir una selección tan alta en él.

Por lo pronto, se está perdiendo tiempo valioso en el campamento de entrenamiento, situación que no le ayuda en su batalla posicional con Sambrailo.

Los novatos de primera ronda no son los únicos refuerzos de notoriedad para la unidad. Se espera que el guardia veterano James Carpenter juegue como titular por izquierda, luego de firmar procedente de los New York Jets. Carpenter no es mejor que Levitre en su mejor nivel, pero es un sustituto más que capaz para el ahora retirado liniero ofensivo interior.

PREDICCIÓN

La tendencia a la baja de los Falcons, del último par de años, se acabará en el 2019. Se trata de una de las plantillas más talentosas a ambos lados del ovoide, y un equipo con pocos distractores. Ryan comanda a una ofensiva con suficientes armas para hacer sudar a cualquier coordinador ofensivo, y la línea ofensiva, talón de Aquiles del equipo en años recientes, deberá mostrar mejoría.

Defensivamente,debe haber mejoría visible, y ofensivamente serán difíciles de parar. Les pronostico 10 o nueve triunfos en la división más peleada de la NFL.