En el 2016, los Tampa Bay Buccaneers consiguieron una marca de 9-7 y parecía que la flecha apuntaba hacia arriba. Habías jugadores jóvenes y prometedores en varias posiciones, incluyendo la de quarterback, receptor abierto, corredor y esquinero, junto con algunos líderes defensivos probados en la posición de tackle y linebacker.
Dos campañas de 5-11 después --que sirvieron para extender la sequía sin postemporada a 11 campañas y contando para los Bucs-- las cosas han cambiado dramáticamente.
En la primera temporada de Bruce Arians, como entrenador en jefe de Tampa Bay, existe una sensación de urgencia para muchos en plantilla, comenzando por el pasador que reclutó la organización primero global en el draft del 2015.
¿ULTIMA LLAMADA?
Jameis Winston arribó a Tampa Bay con un Heisman bajo el brazo, y una reputación como un gran líder dentro del campo, y un pasador supremamente talentoso.
En ambos casos, ha probado que lo es. El problema es que, después de cuatro temporadas en la liga, no lo hace con suficiente frecuencia como para poder hablar de confiabilidad. Al menos no de la confiabilidad que debes tener en un quarterback por el que pagaste la primera selección global del draft.
La llegada de Arians puede cambiar mucho de eso para Winston, de manera favorable. Su historial trabajando con quarterbacks es legendario, y por si fuera poco, conoce a Winston de hace tiempo. De hecho, la NFL todavía no está lista para renunciar a Winston, debido precisamente a ese talento descomunal que posee, y que no ha logrado pulir adecuadamente.
Winston tiene apenas 25 años de edad, ya fue elegido a un Pro Bowl, y sobre todo, tiene grandes herramientas para trabajar. Si lleva dos temporadas consecutivas lanzando solamente 19 pases de anotación en cada una, pero también ha mejorado su porcentaje de pases completos cada año desde que está en la liga, algo que no se puede decir de otros quarterbacks elegidos en la primera ronda del draft.
A Arians le gustan este tipo de retos, y posiblemente viene de su mayor logro: salvar la carrera de Carson Palmer en Arizona.
El nuevo coordinador ofensivo de los Bucs es Byron Leftwich, ex quarterback de la NFL y uno de los nombres considerados a la alza en el mundo de los asistentes de NFL. Leftwich también ha mostrado una gran disposición por trabajar con Winston. ¿Un tercer nombre a tomar en cuenta? Tom Moore, quien se hizo un nombre trabajando con Peyton Manning, es consultor especial para Tampa Bay. Con ese respaldo, sería una sorpresa absoluta si Winston no termina con su mejor campaña como profesional en el 2019, descontando, claro está, alguna lesión.
¿EL EQUIPO DE LAS ÚLTIMAS OPORTUNIDADES?
Dejando de lado a Winston, sí hay un número interesante de nombres en la plantilla de los Bucs que podrían estar enfrentando su última oportunidad de NFL. El receptor abierto Breshad Perriman, seleccionado en la primera ronda del 2016 por los Baltimore Ravens, es el candidato más claro. Perriman ha iniciado apenas en seis de 37 partidos de NFL en los que ha participado, y sus 59 recepciones con cinco touchdowns a lo largo de ese tiempo impresionan poco.
Por ahora, está anotado como tercero en el orden, detrás de los titulares Mike Evans y Chris Godwin.
Y, ¿qué se puede decir del colosalmente talentoso Ndamukong Suh, quien se integra a la línea defensiva de los Bucs durante su periodo de transición desde un frente 4-3 a un 3-4? No me voy a sentar aquí a decir que Suh es un fiasco de draft, ni a compararlo con Perriman. Tiene a su nombre tres selecciones All-Pro de primer equipo, cinco viajes al Pro Bowl, el título de Novato Defensivo del Año en el 2010, y un viaje al Super Bowl de la temporada pasada, en su única temporada con Los Angeles Rams.
Lo que sí diré es que la carrera de Suh podría haber sido mucho, mucho mejor. Podríamos estar mencionándolo entre los más dominantes en haber jugado en la línea defensiva, con nombres como los de Bruce Smith y Joe Greene. Al menos, podríamos estar debatiéndolo en el mismo rubro con Aaron Donald y J.J. Watt como los mejores de la actualidad. Pero, lastimosamente, Tampa Bay no sabe exactamente qué puede recibir de Suh a lo largo de los siguientes 16 partidos. No tuvo el mejor inicio de temporada el año pasado con los Rams, y aunque se encendió al final, se trata de un jugador del que seguimos creyendo que nos deja con ganas de ver algo más.
Finalmente, vale la pena mencionar a otro ex recluta de primera ronda, este de los propios Bucs. El esquinero Vernon Hargreaves fue elegido con el turno undécimo global del 2016, y a lo largo de tres campañas, ha entregado muy pocos dividendos.
Se perdió prácticamente la totalidad de la campaña pasada tras quedar lastimado del hombro en el juego de apertura, y en el 2017, solamente inició siete de los nueve partidos que jugó, gracias a un problema en el tendón de la corva. Los Buccaneers reclutaron dos esquineros en la segunda ronda del draft del año pasado, y dos más este año, uno en segunda ronda y otro en tercera. Eso significa que sobran candidatos que desean arrebatarle el puesto titular que, por ahora, conserva.
NUEVO SISTEMA DEFENSIVO
Luego de muchos, muchos empleando el esquema 4-3, Tampa Bay empleará un frente defensivo 3-4 a partir de la siguiente temporada, bajo las órdenes de su nuevo coordinador Todd Bowles. Del 2013 al 2014, Bowles hizo un gran trabajo en Arizona, también bajo las órdenes de Arians, con nombres como Dan Williams, Darnell Dockett, Calais Campbell, Karlos Dansby, y John Abraham entre los siete frontales de aquellos Cards.
En Tampa Bay, todo indica que, al menos sobre el papel, hay menos nombres reconocibles, particularmente al frente. Además de Suh, Bowles necesitará generar presión con los tackles Beau Allen y Vita Vea, y los alas Rakeem Nunes-Roches y William Gholston. Los apoyadores externos, encargados de presionar a los quarterbacks desde esta alineación, son Shaquil Barrett y Carl Nassib.
Para ser franco, no veo a Tampa Bay entre los líderes en capturas de la NFL para el 2019.
Lo mejor que tendrán los Bucs a la defensiva son sus apoyadores internos. El recluta de primera ronda, Devin White, se suma a Lavonte David y Deone Bucannon, contando además con Kevin Minter para aportar profundidad. Hay mucho talento en la posición, y será interesante ver quién de ellos puede hacer una transición exitosa al exterior para maximizarlo sobre el terreno de juego.
Sin mucha presión al frente, es de esperarse que la secundaria pague las consecuencias en situaciones de pase, más atrás. A eso hay que sumarle que ninguno de los restantes 31 equipos de la NFL enfrenta a un trío de quarterbacks tan bueno --dos veces al año-- como los Bucs con Matt Ryan, Cam Newton y Drew Brees. El panorama no es alentador para esta unidad.
PREDICCIÓN
La ofensiva dará un paso al frente, y mientras la defensiva no dé dos pasos hacia atrás, los Bucs recuperaran su camino hacia la relevancia. El problema es que no será suficiente para calificar en la reñida NFC Sur, donde creo que terminarán cuartos por novena ocasión en los últimos 11 años.