Malcolm Perry, de Navy, una vez pasó de comer Twizzlers en las gradas a jugar como mariscal de campo en una serie de 90 yardas. Así que pasar de romper récords como quarterback de ofensiva "option" al draft de la NFL como un receptor abierto podría no ser tan difícil.
En septiembre del 2016, Perry disfrutó de la fiesta previa al inicio de la temporada de los Midshipmen contra Fordham y marchó al estadio con uniforme blanco de la Marina. El joven (un estudiante de primer año en la Academia Naval de los Estados Unidos) seguramente no iba a jugar, dado que era tercero en el orden de profundidad de plantilla, y no recibió ninguna repetición en la práctica esa semana debido a una enfermedad que lo hizo estar postrado en la cama durante la mayor parte de la semana.
Luego, poco antes del medio tiempo, Perry oyó su nombre siendo gritado. ¿Dónde está Malcolm? "Oh, mierda", es lo que pasó por la cabeza de Perry, más tarde confesó a su madre.
El mariscal de campo titular de Navy, Tago Smith, sufrió una lesión de rodilla en el segundo cuarto que terminó con su temporada y que obligó al suplente Will Worth a entrar al juego, enviando al utilero del equipo a las gradas para llevar a Perry al vestidor. En los últimos segundos del tercer cuarto, Perry había dejado sus dulces rojos y estaba en el campo, liderando un avance a lo largo del campo que culminó en puntos, y terminando con 30 yardas por tierra y una victoria de 52-16.
"Así es él", dijo el head coach de Navy, Ken Niumatalolo. "Es un chico tan versátil".
Perry siempre ha prosperado sobre la marcha. Proviene de una mentalidad militar donde encuentra un nivel de confort en las situaciones más incómodas. Eso ciertamente se ajusta a su próxima misión: seguir a Antwaan Randle El y Julian Edelman, quienes con éxito hicieron la transición desde lanzar pases en la universidad a atraparlos en los profesionales.
Los oficiales de la NFL estaban lo suficientemente intrigados como para invitar a Perry al Combinado de Talento de la NFL en febrero, después de su notable temporada final en Navy, cuando mostró su dureza, inteligencia y naturaleza altamente competitiva. Guiando a los Midshipmen a imponer una nueva marca de la escuela con 11 victorias, corrió para 2,017 yardas, la mayor cantidad para un mariscal de campo en la historia de la FBS.
Aun así, hay algunas preocupaciones sobre su tamaño. Perry mide 5 pies con 9 pulgadas y pesa 190 libras. Donde realmente se queda corto son las recepciones. Tiene 22 atrapadas en su carrera, la mayoría de las cuales llegaron como un slotback de segundo año.
Pero Perry es uno de los jugadores más versátiles del draft. Niumatalolo lo llama el mejor corredor que ha entrenado en sus 13 años en Navy. El video muestra a Perry esquivando a defensivos, girando fuera del alcance de las tacleadas, y cortando hacia atrás a través del campo con el fin de llegar al touchdown.
El gerente general de los Baltimore Ravens, Eric DeCosta, no se sorprendería si Perry se convirtiera en el octavo jugador de Navy seleccionado en el draft de la NFL en la era del Super Bowl.
"Es un tipo que tiene un conjunto de habilidades único, y me encantaría verlo tener una oportunidad", dijo DeCosta. "Esperaría que llegara a un equipo y fuera un colaborador en algún momento. Creo que va a ser una gran historia".
Mucho antes de que Perry tuviera aspiraciones de la NFL, era un hijo del ejército. Sus padres, Malcolm y Bonny, fueron miembros de la 101ma División Aerotransportada. Sirvieron en la Guerra del Golfo, ascendieron a rango de sargento de primera clase y suman 40 años de servicio.
Perry creció en una base del ejército en Fort Campbell, Kentucky. Todas las mañanas, hacía su cama. Todos los días, limpiaba su habitación. Era una vida estricta y regulada, pero ha estado arraigada en él.
"De niño estaba bastante seguro de que iría al ejército", dijo Perry. "Incluso tengo algunas cosas viejas de la escuela primaria donde escribías lo que creías que ibas a ser cuando crecieras. Siempre ponía 'En el ejército'".
Fue alrededor de primer grado cuando Bonny se dio cuenta de que su hijo estaba lleno de sorpresas. Miró por la ventana para ver pintura negra en la casa del vecino. Para cuando salió corriendo, Malcolm ya había utilizado la lata encontrada de pintura de aerosol sobre el coche del vecino.
Para asegurarse de que se mantuviera ocupado, Malcolm pasó muchos fines de semana en la granja de sus abuelos. Andaba en cuatrimoto, pescaba y cazaba. Montó tractores y caballos. "Siempre he dicho, tiene un poco de campesino", dijo Bonny.
Un día, mientras Bonny lavaba platos en la cocina, Malcolm vino de jugar y le dijo que ahora era bueno en el fútbol americano.
"¿Cómo lo sabes?", preguntó.
“No pudieron atraparme”, respondió.
Perry fue repetidamente el jugador más rápido de su equipo, y pronto se convirtió en el mejor jugador de la zona. Un talentoso corredor que a veces alineaba como mariscal de campo, fue dos veces selección de All-State en Tennessee y fue nombrado dos veces Jugador Más Valioso en su condado.
Su corazón estaba encaminado a ser corredor de la Universidad de Tennessee. Pero las academias de servicio tomaron más interés.
El último giro de Perry: el hijo de dos veteranos del Ejército se dirigía a la Academia Naval de los Estados Unidos.
En sus primeros seis inicios como quarterback, Perry corrió para 250 yardas en la nieve contra Army, anotó dos touchdowns en una victoria del Military Bowl sobre Virginia y totalizó 289 yardas de ofensiva contra Lehigh.
Pero las derrotas consecutivas a mitad de su temporada junior en 2018, incluyendo un feo tropiezo por 35-7 ante Air Force, llevaron a Perry a pasar de quarterback titular a slotback.
Niumatalolo todavía se reprime a sí mismo por sucumbir a la presión tras ser aplastado por el segundo rival más grande de Navy.
La madre de Perry sabía dónde estaba el verdadero problema.
"Seguía diciéndole a mi esposo: no quiere ser quarterback porque no tenía la confianza en sí mismo", dijo Bonny.
Los entrenadores sabían que Perry tenía que estar cuestionándose a sí mismo. ¿Realmente confían en mí? ¿Creen que no puedo hacer el trabajo?
Perry nunca se quejó, aunque podría haberlo hecho fácilmente. Navy perdió siete de sus ocho partidos después del cambio de mariscal de campo.
Todo cambió para Perry y Navy después de perder ante Army por tercera temporada consecutiva.
"La cámara giró hacia su cara al final del partido, y supe exactamente lo que estaba sintiendo: 'Esto no va a volver a suceder'", dijo su madre.
Los fines de semana y después de clases, Perry estaba en el campo, lanzando pases y haciendo ejercicios. Durante las prácticas, los entrenadores tenían que decirle a Perry que se relajara y bajara el ritmo. Finalmente tuvieron que cortar algunas de sus repeticiones.
Como quarterback titular de su temporada senior, Perry estableció récords de Navy de yardas terrestres por partido (155.1), ofensiva total (238.5 yardas por partido) e índice de pasador (181.6). Sus 26 acarreos de 20 yardas o más lideraron la nación.
Navy terminó la temporada en el puesto N° 20 de la nación, marcando la segunda vez en los últimos 56 años que los Midshipmen terminaron la temporada en el Top-20 de acuerdo AP.
"Hizo que todos los demás mejoraran", dijo el coordinador ofensivo, Ivin Jasper. "Todas nuestras deficiencias que teníamos en ataque, lo compensó con sus piernas".
El momento de mayor redención para Perry fue llevar a Navy a una victoria sobre Army por primera vez en su carrera. Se convirtió en el cuarto mariscal de campo en la historia de la FBS en correr para 300 yardas, llevando a los Midshipmen a una victoria de 31-7.
"Siempre ha sido así", dijo Bonny. "Incluso en las ligas infantiles, si alguien en ese campo lo hace enojar, no va a gritar. No va a hablar basura. Te hará pagar. Lo ha hecho toda su vida".
Perry puede convertirse en el decimosegundo jugador de Navy en equiparse para un partido de temporada regular de la NFL. Pero tiene un ejemplo reciente que seguir.
Keenan Reynolds fue seleccionado en la sexta ronda del draft del 2016 por los Ravens, y jugó en dos partidos para los Seattle Seahawks en 2018. Para Reynolds, el cambio a receptor abierto fue más difícil, porque sólo jugó como mariscal de campo en la universidad. Perry tiene la ventaja de haberse movido a diferentes posiciones, lo que significa que jugar como receptor interno, especialista en devoluciones de patada y coberturas de equipos especiales, no debe ser un cambio radical.
"Si hay una comparación, es su competitividad", dijo Niumatalo sobre Perry y Reynolds. "Ambos son ganadores y harán lo que sea necesario para ganar".
Perry ciertamente ha mejorado sus posibilidades. Impresionó durante las prácticas para el East-West Shrine Game extendiendo sus manos y atrapando el balón lejos de su cuerpo, lo que no suele ser común para receptores convertidos. En el Combinado, Perry mostró manos suaves durante los ejercicios en el campo, pero atrajo algunas críticas por tener manos pequeñas (8 y media pulgadas).
Si Perry es reclutado, se graduaría de Navy a finales de mayo, pero no sería comisionado como oficial. Una nueva orden del Departamento de Defensa permite a los atletas aplazar sus obligaciones de servicio de cinco años hasta después de que se completen sus carreras profesionales.
Perry se convertiría en un teniente segundo para el Cuerpo de Marinos, después de graduarse como especialista en economía cuantitativa (está en la línea de resolver problemas analíticos en áreas como el análisis de armas y los estudios de mano de obra). Completó el curso de entrenamiento de verano Leatherneck, que involucra cuatro semanas de carreras de obstáculos, instrucción de combate y tácticas de infantería en caminatas de tres, seis y nueve millas. En otras palabras, es el campamento de entrenamiento de la NFL multiplicado por 10.
"Si el fútbol americano no funciona, una carrera militar definitivamente va a suceder", dijo Perry. "Quiero servir a mi país".
El enfoque inmediato de Perry es alcanzar su sueño de jugar en la NFL. Describió la transición a receptor abierto como "un trabajo en progreso". Ha ido mejorando gradualmente, y está decidido a afinar su forma de correr rutas.
Ha sido un quarterback universitario ganador. Ha sido un corredor prolífico. Ahora, en un lapso de cuatro meses, quiere establecerse como un receptor abierto en el nivel más alto del juego. Su madre una vez le preguntó cuál posición quería jugar más.
"No me importa si estoy jugando de centro, mientras esté en el campo", le dijo a su madre. "El fútbol americano está en su ADN".