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El estilo del River campeón de Demichelis, un equipo en constante evolución

Demichelis siguió la línea de Gallardo, le sumó sus ideas y fue adaptando todo a los rendimientos Fotobaires.com

Martín Demichelis aceptó la enorme responsabilidad de suceder a Marcelo Gallardo, entrenador del ciclo más exitoso de la historia de River Plate.

Como era lógico, no hizo borrón y cuenta nueva, sino que retomó la idea y continuó desde allí.

El exdefensor formado en la cuna riverplatense y perfeccionado en Europa llegó con su proyecto propio, que no dista mucho de lo visto en el ciclo anterior, pero con matices y abierto a incoporar otras mejoras.

En una entrevista en una de sus primeras conferencias de prensa y en una con ESPN Fútbol 90, el técnico sentó algunas bases que hoy, con el primer título bajo el brazo, las cumplió al pie de la letra.

"La idea es muy sencilla: yo propongo, entrenamos, intentamos buscar una evolución, que las cosas salgan y después los jugadores deciden adentro de la campo".

"Me gusta mucho el 4-3-3 porque podés mutar muchas cosas".

En su inicio en River, a comienzos de este 2023, Demichelis se inclinó por un esquema 4-2-3-1, que fue mutando o, más bien, evolucionando, a 4-1-2-1-2, a 4-1-3-2, 4-3-2-1, 4-3-1-2 al 4-2-3-1, hasta ahora ideal. Todas variaciones de ese 4-3-3 que prefiere el cordobés. Las transformaciones se explican en lesiones, rendimientos y resultados.

Cuando arrancó tuvo bajas importantes como Paulo Díaz, Robert Rojas, Héctor Martínez, por lo que tardó en encontrar su defensa titular, después de probar todas las combinaciones posibles. Pero la línea de cuatro, la ha tocados muy pocas veces. Y, en general, cuando la cambió, no le fue bien. Sus laterales se proyectan, pero como pasadores que asistentes. El protagonismo se lo lleva todo el mediocampo.

Su mediocampo -respecto del de Gallardo- tuvo la ausencia de Nicolás De la Cruz, pero la llegada de Nacho Fernández, quien se convirtió en su enganche inamovible. Y José Paradela ocupó el lugar del uruguayo con un muy buen nivel.

A Esequiel Barco le tocó ser pieza de recambio, pero con cada ingreso fue convenciendo al técnico de que merecía más minutos hasta convertirse en titular.

La fractura de Matías Kranevitter en su debut en un amistoso (en diciembre), le cambió los planes. Y la rotura de ligamentos cruzados de Bruno Zuculini (en febrero) decantaron en que Rodrigo Aliendro fuera el ayudante de Enzo Pérez en la contención.

Miguel Borja fue su nueve "fijo" en el arranque. Lo acompañó con Pablo Solari, por derecha, izquierda más y menos adelantado. Probó con Salomón Rondón. Pero al fin de cuentas, el que más juego y goles aportaba fue Lucas Beltrán, su tercera opción. Para este técnico no hubo descartados. Algunos como Leandro González Pirez y Solari jugaron, salieron y volvieron a tener otra oportunidad.

La recuperación de Nico De la Cruz empezó a darle forma al "equipo de memoria". Demichelis, que como buen exdefensor quiso armar su XI de atrás para adelante, terminó sacrificando a Aliendro y un delantero para dejar en cancha una línea de cinco volantes versátiles, con muy buen pie, explosión, llegada y gol.

Demichelis se fue enamorando de este River súperofensivo.

"Hay que ser protagonistas y dominantes, a través de la posesión, siendo lo más vertical posible".

"El don del pase es una de las cosas más importantes dentro de mi metodología", le decía ESPN Fútbol 90.

Su River campeón del Torneo de la Liga es el equipo con más remates (393), el más goleador (42) y que más pases dio, con Enzo Pérez liderando ese ránking dentro del plantel millonario.

Pero, a la vez, dejar solo al mendocino en la contención tuvo un costo: la pérdida del equilibrio. River padeció en el retroceso contra rivales que salieron a presionarlo y/o a quitarle espacios. La vuelta de Aliendro lo compensó un poco. No obstante, a Demichelis le queda por resolver cómo contrarrestar cuando el de enfrente le juega de igual a igual o se plantea exclusivamente incomodarlo.

El técnico no tuvo prejuicios en modificar su planteamiento original, cuando el partido así se lo demandó, y hacer todos los cambios necesarios. Lo que a veces le salió bien y otras no tanto.

Este River de Demichelis ya tiene un estilo definido, pero sus formas seguramente seguirán mutando. Todavía tiene mucho margen para evolucionar y su entrenador está dispuesto a aceptar todo lo que haga avanzar a su equipo.