Quedaron a mano y realmente el empate no les sirvió a ninguno de los dos. San Lorenzo y Boca Juniors igualaron 1-1 en el Nuevo Gasómetro en un final polémico, para completar la duodécima fecha de la Copa de la Liga. Ambos, muy lejos en la tabla del Grupo B, buscaban el triunfo para escalar en la Tabla Anual.
El encuentro, arbitrado por Pablo Echavarría, contó con el inicio de otro interinato de Mariano Herrón en Boca. Esta vez fue confirmado hasta fin de año y el que gane las elecciones a presidente en el club decidirá a qué entrenador buscará contratar para 2024. Al Xeneize en general se lo complicó cuando visitó el Nuevo Gasómetro y a los últimos técnicos no les fue bien.
Este encuentro, además de ser un clásico, era clave para ambos equipos, ya que necesitaban sumar de a tres para afianzar su posición en la Tabla Anual y buscar la clasificación a la próxima edición de la CONMEBOL Libertadores.
Cuando llegaba el primer cuarto de hora del partido, Boca avisó en serio. Valentín Barco le metió un gran pase entre líneas Marcelo Saracchi, quien pateó desde la izquierda y su remate, salvado por Augusto Batalla, dio en el travesaño. Enseguida, el visitante preparó una jugada por la derecha tras el córner y Luis Advíncula probó con la zurda al segundo palo, pero no pudo convertir, como sí lo hizo el sábado último en la final de la CONMEBOL Libertadores que perdió con Fluminense, en Brasil.
En el primer tiempo, el Xeneize dominó el trámite y la pelota, con más del 70% de posesión, y fue el que pudo abrir el marcador, en especial gracias a la tarea de Barco generando fútbol sobre la izquierda. A los 32, hubo conexión uruguaya de peligro: Miguel Merentiel asistió a Edinson Cavani, pero le sacó el disparo Batalla. Ocho más tarde, tras un centro, Jorge Figal cabeceó y dio en un poste. Por su parte, el Ciclón apenas tuvo algún intento desde afuera por parte de su figura, el talentoso Nahuel Barrios, pero el equipo careció de profundidad.
La segunda mitad arrancó con grito de gol de Boca. Gran ataque y asistencia de Barco a los seis minutos para dejarle la pelota servida a Merentiel, quien entrando por la izquierda se acomodó y pateó perfecto abajo, al segundo palo de Batalla. Fue un gran desahogo para el delantero uruguayo y sus compañeros, tras el duro impacto sufrido en la Copa Libertadores.
A los 16 minutos recién el local tuvo la primera ocasión realmente clara, más allá de algunas llegadas aisladas, con un tiro bajo de su goleador, el paraguayo Adam Bareiro, pero que fue débil y lo atajó sin problemas Sergio Romero. Apenas dos minutos después, Figal se lució, estando adelantado tras un ataque, le hizo un sombrerito a un rival y le pegó fuerte, disparo que sacó Batalla y dio en el travesaño. Sin dudas, estuvo muy cerca de aumentar la ventaja.
Luego de esa maravilla de Figal, empezaron los cambios en el Xeneize, con jugadores cansados tras la final en Brasil. Y fue San Lorenzo el que avisó en serio y por triplicado, porque Romero lo privó de festejar a Bareiro, en el rebote el ingresado Federico Girotti cabeceó y pegó en el travesaño y después hubo un bombazo que se fue cerca. Allí, alentado por sus simpatizantes, el Ciclón atacó más y mejor y, tras una salida en falso de Romero, fue Bareiro el que aprovechó de cabeza un buen centro de Barrios y logró la igualdad a los 29 minutos.
Así siguió el tramo final del encuentro, con los dos equipos buscando el gol de la victoria. Se transformó en un ida y vuelta casi constante, con más acciones de riesgo ante los arcos, no decididamente muy claras, pero sí le dieron emoción. Y todo el estadio gritó el posible triunfo, por un gran gol de Barrios, pero el juez lo anuló por posición adelantada de Girotti, quien bajó la pelota de cabeza tras un largo pelotazo de Batalla. Protestó todo San Lorenzo y quedó mucha bronca. Por eso, por lo importante que era poder ganar, el empate les dejó gusto a poco.
Ahora San Lorenzo no gana desde hace 11 fechas en la Copa de la Liga, desde la primera jornada frente a Lanús. Desde allí acumula nueve empates y dos derrotas. En tanto, Boca, que había llegado golpeado por la caída ante Fluminense más la renuncia de Jorge Almirón, no pudo recuperar la sonrisa. El local había ganado los dos últimos duelos en el Nuevo Gasómetro, pero ahora quedaron a mano.