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Tras la convulsión, Boca quiere encontrar tranquilidad futbolística

Con la guía de Martínez, Boca pretende recuperar el terreno perdido. ESPN.com

Después de un 2023 en el que no tuvo respiro, Boca Juniors apuntará, entre otros objetivos, a encontrar la tranquilidad durante 2024, de la mano de un Diego Martínez que podría ser el indicado para alcanzar esa meta.

Las históricas elecciones de diciembre, con Juan Román Riquelme de un lado y Mauricio Macri del otro, marcaron el último año del Xeneize, que con Jorge Almirón como DT también alcanzó la final de la CONMEBOL Libertadores, torneo que no disputará esta temporada.

El flojo andar en el campeonato, tanto en el Torneo de la Liga como en la Copa de la Liga, dejó como saldo la salida del entrenador, apenas consumada la caída ante Fluminense en el Maracaná, y un año sin el máximo certamen continental, ergo sin la ilusión de conseguir la anhelada séptima estrella.

Pero salirse de los focos y la presión de la Libertadores, que Boca venía disputando ininterrumpidamente desde 2018, podría ser una 'ventaja'. Y que se entienda, entre comillas, porque el conjunto de la Ribera tiene la 'obligación' de jugarla cada año, siendo competitivo y apostando a llegar a las últimas instancias.

Ya con Diego Martínez, que en los amistosos de verano (victorias ante Gimnasia y Tiro en Salta y Talleres en Córdoba) pudo plasmar un poco de su impronta en la cancha, el Xeneize tendrá la posibilidad de encontrar una tranquilidad que los tiempos cortos y las obligaciones inmediatas a veces no permiten.

Si el DT, con paso por las inferiores del club y con trayectoria en todas las categorías del ascenso, puede replicar lo que hizo en Tigre y Huracán, pero con un plantel top para el fútbol argentino, el elenco azul y oro tendrá la posibilidad de dominar el medio local, como hasta 2022 (en 2023, solo festejó la Supercopa vs. Patronato el 1° de marzo), tratar de romper la sequía internacional en la CONMEBOL Sudamericana y, quizás lo más importante, desarrollar un proyecto con bases sólidas.

En el Globo duró poco, porque rescindió su contrato para llegar a Boca, pero lo salvó del descenso y lo hizo pelear la Copa de la Liga. Y a Tigre lo ascendió, saliendo campeón de la Primera Nacional, y lo convirtió en un equipo competitivo en la élite del fútbol argentino.

Con el Xeneize, quien se centra en que su equipo sea intenso, protagonista y agresivo tendrá otras facilidades, pero también responsabilidades más exigentes.

El 'nivel' de los equipos de la Sudamericana le dará mayor margen para maniobrar en las primeras etapas, sin sobrar la competencia, y centrarse en sacar puntos en el plano local, que fue el descuido que terminó pagando caro con Almirón, flamante DT del nuevo Colo Colo de Arturo Vidal.

Y en ese día a día, un poco más largo, a pesar de la competencia comprimida por la Copa América de Estados Unidos, Martínez tendrá que aprovechar las oportunidades y demostrar que está preparado para cumplir el sueño del que habló en su presentación.

De cara a este 2024, Boca como club también buscará la estabilidad que, en una institución de esta magnitud, cuesta encontrar en años de elecciones. Y, a partir de esa solidez, construir un equipo que vuelva a ilusionar al hincha.