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Todos los Superclásicos que terminaron en goleada

Boca Juniors y River Plate se verán las caras el próximo sábado 21 de septiembre desde las 16 en La Bombonera por el Torneo de la Liga Profesional 2024 en una nueva edición del Superclásico, con transmisión de ESPN Premium en Argentina (Disney+ en Sudamérica).

En siete oportunidades, a lo largo de todo su historial, el Superclásico se ha resuelto por cuatro o más tantos de diferencia, cinco de ellas a favor de Boca y dos a favor de River.

Las goleadas de los Superclásicos

La mayor goleada tuvo lugar en la era amateur, el 23 de diciembre de 1928 en la vieja cancha de madera de Boca, cuando el equipo local se impuso por 6 a 0. A los 20 minutos el mediocampista de River Alejandro Giglio y su compañero centrodelantero Jerónimo Uriarte chocaron sus cabezas en un tiro de esquina, se lesionaron y dejaron a su equipo reducido a nueve jugadores.

Boca, que hasta ese momento ganaba 1-0, aprovechó para consumar la goleada con dos goles de Domingo Tarasconi, dos de Esteban Kuko y dos de Roberto Cherro. Faltando diez minutos se retiró insolado el puntero derecho de River Francisco Gondar y dos minutos más tarde, a pedido del capitán de River, Camilo Bonelli, el árbitro Eduardo Forte dio por finalizado el juego.

La siguiente goleada tuvo lugar el 19 de octubre de 1941 en el Monumental: La Máquina arrasó a Boca por 5 a 1. El implacable Angel Labruna, José Manuel Moreno, Aristóbulo Deambrossi (dos) y el maestro Adolfo Pedernera marcaron para el vencedor, en tanto que descontó Mario Boyé.

Pocos meses después, el 19 de julio de 1942, se escribió otra historia muy parecida en el mismo escenario: River 4-Boca 0, con anotaciones del Pollo Deambrossi, el Feo Labruna (dos) y el Charro Moreno.

El 17 de agosto de 1955, de mañana, en cancha de Racing (donde River actuó como local), fue Boca el que consiguió un celebrado 4-0, con tantos de Juan José Pizzuti, Juan Carlos Navarro (dos) y Ernesto Cucchiaroni.

El partido es especialmente recordado porque en la jugada previa al gol de Cucchiaroni, el goleador de Boca, José "Pepino" Borello, tomándose desquite de lo sucedido el año anterior, eludió al arquero Amadeo Carrizo, quien lo tacleó pero no pudo impedir la caída de su valla.

El 19 de mayo de 1959 La Bombonera fue escenario de un 5-1 para Boca, con goles de Angel Nardiello, José Yudica (dos), Juan José Rodríguez y Pedro Mansilla para el ganador, descuento a cargo de Domingo Rodríguez.

El director técnico de Boca en ese martes laborable por la tarde, ya que el domingo no había podido jugarse por lluvia, fue José Manuel Moreno, una leyenda que entre tantas hazañas cuenta la de haber sido el único que jugó y dirigió en los dos clubes.

La siguiente goleada, primera a favor del visitante en la cancha de su rival, fue el 4-0 conseguido por Boca en Núñez el 12 de marzo de 1972, con dos goles de Ramón "Mané" Ponce y dos del cordobés Hugo Curioni.

Finalmente, el 7 de marzo de 1982, Boca volvió a gozar en el Monumental, aprovechandose de un River debilitado por la ausencia de varios de sus principales jugadores, afectados a la Selección: 5-1, con goles de Oscar Ruggeri, Ricardo Gareca (dos) y Carlos Córdoba (dos), luego de que Jorge Tévez abriera el marcador.

La última no fue oficial, pero la más abultada de la historia profesional

El 31 de enero de 2015, Boca y River disputaron una nueva edición del Superclásico que pasó a la historia grande y moderna, pero en un torneo de verano en Mendoza. Aunque el encuentro fue un amistoso, significó una dura goleada por 5-0 que el Xeneize del Vasco Arruabarrena le propinó al equipo de Marcelo Gallardo.

Antes de aquel encuentro, Boca y River se habían enfrentado por Copa Sudamericana (mano a mano que ganó el equipo de Gallardo), y luego se cruzaron por Copa Libertadores que culminó con la suspensión del partido en La Bombonera por los incidentes con los jugadores de River Plate.

Pese a que aquella goleada de Boca sobre River por los tantos de Franco Cristaldo, Sebastián Palacios, Andrés Chávez, Jonathan Calleri y Rodrigo Bentancur, fue en el contexto de una pretemporada de verano, ese amistoso significó la mayor goleada de uno de los dos equipos al otro de la era profesional del Superclásico.