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Argentina campeón Sub 20 en Qatar: a 25 años del 1° título de la era Pekerman

La experiencia argentina en los mundiales juveniles no había sido muy buena hasta la llegada de José Pekerman.

Lo más destacado se remontaba al título logrado en Japón en 1979, con César Luis Menotti como DT y Diego Armando Maradona en el campo. Luego, pasaron años que no dejaron mucho para destacar. Equipos sin brillo, pero sobre todo falta de planificación dirigencial fueron un combo letal para las aspiraciones de los combinados nacionales.

El arribo de Pekerman modificó todo. Con un proyecto a largo plazo que fue respetado, las selecciones juveniles del país cambiaron para siempre. Llegaron tres títulos con el nuevo DT (1995, 1997 y 2001), seguidos de otros dos (2005 y 2007) con Francisco Ferraro y Hugo Tocalli, respectivamente, siempre como parte del mismo proyecto.

Pero además, a partir de esas actuaciones Argentina volvió a convertirse en un exportador mundial de talento, como lo atestiguan algunos de los muchísimos nombres que se consagraron durante esos años y luego brillaron a nivel mundial: Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Esteban Cambiasso, Javier Saviola, Lionel Messi, Sergio Agüero, Angel Di María, entre otros.

El cambio de época comenzó en el Mundial Sub 20 ganado en Qatar 1995, 16 años después del logro de Menotti.

Pekerman venía trabajando en Inferiores (lo hizo en Argentinos Juniors y Colo Colo de Chile) y formó un plantel con nombres que serían muy recordados: Juan Pablo Sorin, Mariano Juan, Wálter Coyette, Ariel Ibagaza, Gustavo Lombardi, Leonardo Biagini, y Francisco Guerrero, entre otros.

El debut fue con triunfo: el equipo de José derrotó 1 a 0 a Holanda, luego de un comienzo difícil porque a Panchito Guerrero le atajaron dos penales en la misma acción. En el primero el árbitro anuló el remate porque el arquero se había adelantado; el penal volvió a ejecutarse, y otra vez el 1 sacó el disparo del argentino.

Pero el equipo se recuperó para vencer con gol de Andrés Garrone sobre la hora. Sin embargo, en la segunda presentación, Portugal se impuso por 1 a 0; los europeos serían finalmente ganadores del grupo con puntaje perfecto.

En la última fecha, Holanda y Argentina se jugaban la clasificación. La albiceleste aseguró el pasaje a cuartos de final al derrotar a Honduras 4 a 2, mientras que Holanda cayó con Portugal y quedó eliminada.

Lo mejor estaba por venir en la fase decisiva. El equipo fue tomando confianza y lo demostró en cada partido. Ganó todos los choques de mano a mano con claridad, venciendo a Camerún 2 a 0 por cuartos de final y a España, uno de los favoritos, por 3 a 0, en semifinales.

Llegaba el partido más importante, la final. Y nada menos que ante Brasil, el gran rival, el clásico sudamericano. Los brasileños venían invictos a este duelo (sólo habían empatado un partido), en una definición apasionante.

Argentina se puso en ventaja a los 26 del primer tiempo con una enorme jugada colectiva, que terminó en una gran definición de Biagini para el 1 a 0 inicial.

Y mientras Brasil buscaba de manera desesperada el empate, llegó una joya de contraataque: Arangio le dio un pase perfecto a Guerrero, quien definió por arriba del arquero para sellar la victoria sobre el final del partido

El festejo adentro de la cancha fue enorme, con todos los chicos abrazados, al igual que esa clásica postal de Pekerman celebrando cada gol con todo su cuerpo técnico: una imagen de unidad dentro del grupo que era más que una foto.

La selección marcó siete goles en la fase final del Mundial. Y no le hicieron ninguno. Terminó siendo un gran campeón, con solidez en defensa, efectividad en ataque y una idea de juego clara, definida, priorizando el buen manejo de balón.

Ese campeonato, muy celebrado, sería el pilar para lo que vendría después: dos títulos más de la mano de José, y una escuela que seguiría más allá de su presencia, con parte de su cuerpo técnico formando a las nuevas generaciones.