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A 20 años del debut de D'Alessandro en la Primera de River

Cuando se habla de los grandes talentos surgidos de las Inferiores de River Plate, el nombre de Andrés D’Alessandro siempre está presente. Sin dudas, el Cabezón es uno de los mejores futbolistas que surgieron en los últimos tiempos del club de Núñez.

D’Alessandro debutó hace 20 años, un día como hoy. El 28 de mayo de 2000, por la fecha 13 del torneo Clausura, el enganche dio los primeros pasos con los Millonarios, en la derrota por 2 a 1 contra Unión de Santa Fe.

Américo Rubén Gallego fue el técnico que lo hizo jugar en Primera División, con 19 años. Hábil, encarador, dueño de una zurda exquisita y de excelente pegada, se ganó en poco tiempo un lugar en el primer equipo. Y también conquistó el cariño de la gente.

El primer gol oficial lo anotó el 2 de septiembre de 2001 frente a Estudiantes, en la victoria de River por 3 a 0. Poco a poco se fue afianzando en el primer equipo, y empezaron a llegar los títulos: el Clausura 2002 y el Clausura 2003, que a diferencia del logrado en el 2000 ya lo tenían como protagonista.

Los buenos rendimientos lo pusieron enseguida en el radar de los grandes de Europa. Se hablaba del interés del Barcelona, del Manchester United, pero fue finalmente el Wolfsburgo de Alemania el que lo terminó contratando en la temporada 2003/2004.

Su estadía en Europa siguió con un paso por la Premier League (estuvo en el Portsmouth, donde disputó apenas una temporada) y luego en el Zaragoza de España, en el que jugó dos temporadas.

Parecía que el paso por el Viejo Continente ya estaba agotado a pesar de su juventud, y tomó la decisión de regresar a la Argentina. No fue River, pese a lo que muchos suponían, el club que lo recibió. San Lorenzo de Almagro, dirigido por un viejo conocido como Ramón Díaz, quien ya lo había dirigido en el club de Núñez, lo tuvo en sus filas.

UN PARTIDO ESPECIAL
Ese paso por el Ciclón le costó un enfrentamiento con la parcialidad millonaria. Más todavía cuando en un partido clave por octavos de final de la Copa Libertadores de 2008, River enfrentó a San Lorenzo en una llave histórica y dramática.

En la ida, había ganado el Ciclón 1 a 0. La vuelta se jugó en el Monumental, y San Lorenzo, que perdía 2 a 0 y tenía dos hombres menos, le terminó empatando a los Millonarios un partido increíble para dejarlos afuera de la Copa.

La gente silbó a D’Alessandro cada vez que tocó la pelota. Hubo insultos también para el enganche en ese partido, no sólo por la dura derrota, también porque el hincha entendió que a la hora de volver de Europa el jugador eligió la casaca de otro club. Para colmo de males, la hazaña de San Lorenzo esa noche generó que el Cabezón, y Ramón Díaz, otro hombre de las entrañas de River, celebraran al máximo el pasaje a cuartos en el mismísimo Monumental.

“En 2008, cuando tuve la oportunidad de volver al club, los dirigentes no me quisieron (José María Aguilar era el presidente en ese entonces). No hicieron nada para que volviera. Sé que al hincha de River no le gustó que jugara para otro equipo… Siempre pedí disculpas y dije que nada de lo que pasó era contra los hinchas”, señaló un tiempo después.

Pasaron unos años y el Cabezón pudo recuperar el cariño de la gente. En 2016, llegó a préstamo por un año y se dio el gusto de volver a festejar en el conjunto de Marcelo Gallardo, donde ganó la Recopa Sudamericana y la Copa Argentina.

INTER, EL OTRO AMOR
River fue sin dudas su primer amor, pero el club donde más partidos jugó, donde se destacó a pleno y donde se convirtió en ídolo absoluto fue el Inter de Porto Alegre. En Brasil, D’Alessandro encontró su lugar en el mundo.

Allí ganó 17 campeonatos estatales y cuatro internacionales, donde se destacan la Copa Sudamericana de 2008 y la Copa Libertadores de 2010. En la Libertadores, además, hizo historia hace pocos meses: en febrero alcanzó los 86 encuentros en once ediciones, y se convirtió en el jugador argentino con más presencias en el certamen, por encima de Agustín Orion, quien acumula 85.

En el Inter jugó nada menos que 442 partidos oficiales, y anotó 87 goles. Es el tercer futbolista con más presencias en el club de Porto Alegre.

En toda su carrera suma 735 encuentros. Y todavía está dispuesto a dar más. Lejos de pensar en el retiro, sobre todo por la pandemia que tiene paralizado al fútbol en gran parte del mundo, el volante aseguró: “En ningún momento pensé en largar por el coronavirus. Sigo mi rutina normal, aunque no es lo mismo entrenar en casa que con mis compañeros. A los 39 años no puedo parar ni un día. Hay que ser responsable y meterle duro”.

LA HISTORIA DE “LA BOBA”
Su enorme trayectoria, además de goles, asistencias, caños y jugadas de lujo, dejará una marca registrada: “La Boba”.

Se trata de una jugada que D’Alessandro hacía desde chico, cuando jugaba futsal, y que siguió perfeccionando en el fútbol profesional.

Lo curioso es que el Cabezón declaró que el nombre de La Boba se lo puso Eduardo Coudet, el entrenador que en la actualidad lo dirige en Inter. Chacho, con quien compartió plantel en sus comienzos en River, fascinado por ese amague con pisada que dejaba a los rivales sin reacción, decidió bautizar esa jugada con el particular nombre.

“Me sale de manera automática, es algo que hacía de chico, de adolescente, y siempre lo hago para el bien del equipo, pensando en que sea productiva para todos más allá de lo individual. Es una buena salida para pasar a un adversario”, declaró el Cabezón.

Con la Selección argentina fue campeón del mundo Sub 20 en 2001, en el torneo que se hizo en la Argentina y donde por su actuación ganó el Balón de Plata. Unos años más tarde, integraría el plantel que obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 2004. Con la albiceleste suma 13 partidos entre ambas competiciones, con tres goles.

Hoy, a los 39, todavía se ilusiona con seguir jugando. El físico se lo permite y las ganas están. Como dice el tango, 20 años no es nada.