Luis Miguel Rodríguez, más conocido como el Pulga, es sin dudas la figura de Colón de Santa Fe. Y de la Copa Liga Profesional.
Nacido en Simoca, Tucumán, el 1 de enero de 1985, el delantero de 36 años está pasando por un gran momento en su carrera.
Sin dudas, Rodríguez es uno de los máximos ídolos de la historia de Atlético Tucumán. Con el Decano, jugó 325 partidos y anotó 130 tantos. Tras un breve paso por Newell’s en 2010/2011, el otro club en el que jugó es Colón.
Al sabalero llegó para la temporada 2019, disputó 61 partidos y anotó 24 goles.
El Pulga mide 1,67 metro y pesa 75 kilos. Es puro talento. Un jugador cerebral y pensante que define con frialdad cuando está frente a frente ante el arquero; puede ejecutar a la perfección un tiro libre, o un remate desde el punto del penal.
Pero también brinda muchas soluciones tirado atrás, con visión de campo de juego, para habilitar a un compañero y dar una asistencia de gol.
Es un jugador determinante para Domínguez y el equipo. Su desfachatez la lleva también a otro ámbito: es conocida su picardía con los árbitros, para tirarles un “caño” tras el sorteo, en la previa al inicio del partido. Varios jueces lo han sufrido. ¿Lo intentará en la final ante Pitana?
Dentro del campo de juego es experiencia y talento. En esta campaña fue determinante, marcando ocho goles, dos de ellos de penal.
Ya es el goleador de la Copa, con ocho goles, puesto que comparte con el delantero de River, Santos Borré. Pero quiere más, y buscará quedar como máximo artillero en soledad.
“No sé si va a ser mi último partido, pero mi contrato termina el 30 de junio. Vamos a ver. Quiero pensar solo en la final, ojalá podamos salir campeones”, señaló el futbolista, resumiendo el sentimiento del pueblo sabalero.