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Busquets y Pedri, dos generaciones de la mano que guían al Barcelona

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Los mejores goles de El Clásico, posiciones 19 a 25 (3:34)

Zidane, Luis Enrique y Santiago Solari entre los anotadores destacados. (3:34)

ESTAMBUL -- Busquets, imperial; Pedri, magnífico. El Barcelona que acabó enfriando el infierno turco sobrevivió y disfrutó al ritmo que los dos futbolistas claves de dos generaciones distintas impusieron a un partido que acabó convertido en una pesadilla para el Galatasaray.

Pedri no solo marcó un gol de veterano, de crack, de oro y en un momento determinante para apaciguar el ánimo local, sino que con su pausa, su toque, su combinación y su frialdad enloqueció los marcajes del equipo turco en tres cuartos de campo que evitaron que el amenazante 1-0 con que Marcao asustó fuera a más.

Busquets... Dio, simplemente, una clase maestra de liderazgo en el centro del campo. Ya fuera en el momento de distribuir juego, ya fuera a la hora de cortar los avances locales, tanto en el pase corto como en el desplazamiento lateral abriendo juego a las bandas y llegando a las cercanías del área rival, el capitán volvió a demostrar que su presencia en partidos de alta exigencia sigue siendo fundamental.

Sufrió, claro, el Barça porque no se podía sospechar un partido cómodo ante el empuje de un Galatasaray que no se arrugó en ningún momento, pero sí supo como salir del atolladero el equipo de Xavi gracias a una pareja de futbolistas que marcan lo que fue, y sigue siendo, el alma del equipo y lo que ya es, y será, el futuro inmediato, ya presente.

El Barcelona de Xavi tiene una idea preconcebida muy clara de lo que quiere y cómo lo quiere. No se arruga ante la urgencia del momento y trabaja en el futuro con un presente muy determinado. No cabe en este equipo el fútbol brusco y sin pausa porque sus jugadores están llamados por el entrenador a darle lo que se espera de ellos. Y a la muestra de Busquets y Xavi suma otros protagonistas que saben qué hacer en cada momento.

Lo va demostrando, con altibajos pero indiscutible calidad, Frenkie de Jong y lo va enseñando Gavi, suplente de entrada y clave en la segunda mitad para dar piernas, refresco e ideas en un momento que se entendía determinante del partido.

Acompaña la veteranía de Piqué atrás, la frescura recuperada de Jordi Alba y la movilidad de un Aubameyang que responde con goles, siempre, a la exigencia. El que marcó en Estambul acabó por recolocar al Barça en la senda de la victoria y fue el acompañamiento definitivo de un equipo que sigue creciendo, enlazando resultados positivos y mostrando sus cartas de cara a un futuro cada vez más inmediato.

No es la Champions, cierto, pero Europa vuelve a mirar con respeto a este Barça que crece en el juego, el marcador... Y el optimismo.