Ferran Torres entró al juego por la lesión de Lewandowski, respondió a la perfección y acabó por ser el elemento decisivo para una victoria de oro.

Ferran Torres, como Christiensen, se quedó fuera del 11 inicial en el primer partido grande de la temporada, pero dando la razón a Xavi Hernández cuando fue reclamado por la lesión de Lewandowski respondió a la perfección y acabó por ser el elemento decisivo para que el Barcelona lograse una victoria de oro, más sufrida que merecida.

Ante las bajas, la última de Raphinha, no tenía mucho dónde elegir el entrenador a la hora de confeccionar la alineación. Y solventó dar continuidad en el 11 al jovencísimo Lamine Yamal en ataque, además de confiar la defensa a la pareja Koundé-Araújo, que tanto sufrieron, y hasta siendo amonestados, como solucionaron. Pero fue Ferran, en un partido áspero, quien se ganó el elogio dando a la postre un triunfo de tanto prestigio como trascendental.

LEWANDOWSKI Se esperaba del delantero polaco un paso adelante en lo que era un partido de máxima exigencia. Y nada le salió bien en su regreso a Portugal. Bien marcado por zonas, tuvo que moverse entre líneas, esperar las combinaciones de sus compañeros y el desmarque, pero nunca encontró ni espacios ni pases hasta que Carmo le cazó de manera evidente, con una entrada durísima, y le lesionó.

La jugada, inaudito, no mereció ni ser sancionada con falta, pero Lewandowski deambuló a partir de ahí por el campo renqueante y sin apenas entrar en juego hasta ser sustituido. No se espera que sea más que un golpe, pero su noche no pudo ser más desoladora.

TER STEGEN La noche en que igualó al legendario Ramallets como tercer portero con más partidos, 387, jugados en el Barcelona el alemán respondió a la exigencia. Y lo hizo con una sobriedad y seguridad extraordinaria.

Atajó por arriba y por abajo, supo jugar el balón con criterio, tanto en corto como en más largo y no se agobió con los errores de sus compañeros, encontrando, también, el apoyo de Koundé y Araújo.