TURÍN, Italia -- Manchester City se enfrenta a la eliminación y Pep Guardiola parece ahora tan vulnerable y atribulado como cualquier otro entrenador que ha sufrido su séptima derrota en 10 partidos. Ambas afirmaciones habrían parecido impensables hace apenas un mes, pero tras la derrota por 2-0 del martes en la UEFA Champions League contra la Juventus, las viejas certezas ya no son válidas.
Los goles de Dusan Vlahovic y Weston McKennie en el segundo tiempo encarrilaron la clasificación de la Juventus y dejaron al City en la 22ª posición de la Champions League, un punto arriba del 25º, París Saint-Germain, actualmente debajo del corte que supone la eliminación de los equipos de la competición. City se enfrentará al PSG en París en su próximo partido, y si pierde, quedará eliminado de la Champions League.
Pero, aunque esa posibilidad sería una humillación para un club de la talla y la ambición de City -ganador de la Champions League en 2023-, el mayor problema podría ser Guardiola, y si estamos ante el principio del fin de su increíble reinado de ocho años al frente del equipo.
¿Está en peligro el puesto de Guardiola como entrenador de City tras el desplome sin precedentes de su equipo? Es muy poco probable que la jerarquía del club (que estuvo en Turín) encabezada por el presidente Khaldoon al-Mubarak, sea tan visceral como para pensar en despedir al entrenador más exitoso en la historia de City, un hombre que ha entregado 18 trofeos desde 2016, pero la fe y el apoyo de sus jefes no es el problema.
Dado que Guardiola se mostró inusualmente comedido en el banco durante el partido en Turín -cuando no estaba desplomado en su asiento estaba parado con las manos en los bolsillos, apenas dando instrucciones a sus jugadores-, la verdadera pregunta es cuánto tiempo será capaz de mantenerse en un puesto cuando nada funciona.
Guardiola nunca ha sido un entrenador más, uno de esos que tienen días buenos y días malos, y que al final se quedan sin soluciones cuando los problemas empiezan a acumularse. Sí, ha tenido malos resultados al frente de Barcelona, Bayern Munich y City, pero Guardiola nunca ha pasado por el tipo de crisis que sufren el resto de los entrenadores. Hasta ahora.
La dorada carrera que ha sido una historia de éxito casi ininterrumpido desde que ganó el Triplete con Barcelona en su primera temporada en 2008-09 ha colocado al técnico de 53 años por encima de los sinsabores de sus contemporáneos, pero ahora que está teniendo que lidiar con ellos, Guardiola está fracasando por primera vez en su carrera.
En Turín, vio sufrir a su equipo para superar a una Juventus que había llegado a este partido con una sola victoria en sus últimos seis encuentros, y no hizo prácticamente nada al respecto. Vio cómo Kevin De Bruyne (33) e Ilkay Gündogan (34) se quedaban sin fuelle en el mediocampo, y esperó hasta el minuto 87 para hacer su primer cambio introduciendo a Matheus Nunes en lugar de Jack Grealish.
Erling Haaland, la máquina goleadora de City, una vez más no aportó nada en un partido en el que no convirtió: tocó la pelota 18 veces en toda la noche. Pero, una vez más, Guardiola fue incapaz de hacer el ajuste necesario en su selección o en su sistema para marcar la diferencia.
Cuando le preguntaron después del partido si estaba dudando de sí mismo, Guardiola reconoció que sí, pero con un aire de desafío en lugar de insinuar una falta de confianza en sí mismo.
"Por supuesto que me cuestiono y tengo mis pensamientos", dijo Guardiola. "Soy estable en los buenos y en los malos momentos. Intento encontrar la manera de hacerlo".
Cuando le preguntaron si estaba viviendo el desafío más difícil de su carrera, Guardiola aseguró que no.
"Mi mayor desafío es conseguir resultados para seguir trabajando en las primeras temporadas [en Barcelona]", dijo Guardiola. "Así es la vida, son cosas que pasan. A veces tienes una mala racha, pero voy a insistir hasta que lleguemos".
Cuando Guardiola firmó una renovación de contrato por dos años el mes pasado, dijo que había empezado a considerar esta temporada como su última en City.
"Estuve pensando mucho", comentó. "Para ser sincero, hubo algunos momentos en los que pensé que ésta debía ser la última. Pero al mismo tiempo, dada la situación y los problemas que tuvimos en el último mes, sentí que ahora no era el momento de irme, defraudaría al club y tuve la sensación de que tenía que hacerlo".
"No me preguntes la razón. Quizá las cuatro derrotas fueron la razón por la que sentí que no podía irme".
Esas cuatro derrotas consecutivas se han convertido ahora en siete derrotas en 10 partidos -una victoria en el mismo periodo-, por lo que la situación ha empeorado mucho. City no se recuperó tras el nuevo contrato de Guardiola, y ahora, además de sus problemas en la Champions League, está ocho puntos atrás en la Premier League.
Manchester City participará en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA en Estados Unidos el próximo verano, por lo que aún le quedan siete meses de temporada, y Guardiola y sus jugadores ya parecen carentes de energía e ideas.
Se han convertido en un equipo de viejos, sin la vitalidad y el brío ofensivo de los grandes equipos de Guardiola, y el propio entrenador está literalmente rascándose la cabeza en busca de respuestas.
Lo que nos queda es la posibilidad de que el City descienda de la Champions League y que el nuevo contrato de Guardiola acabe valiendo menos que el papel en el que está escrito.
¿Inconcebible? Ya no.