BARCELONA -- Era el contrincante que más opciones tenía de corresponderle al FC Barcelona… Y fue a tocarle en un sorteo envenenado de octavos de final, con un duelo en la cumbre entre Real Madrid y PSG y este reencuentro, ya clásico, para el equipo azulgrana, que volverá a visitar Stamford Bridge cinco años después de su último y aún recordado duelo.
El Chelsea conquistó la Champions de 2012, imponiéndose en la tanda de penalties al Bayern en Múnich y después de eliminar en la semifinales al Barça de Guardiola, en el hasta hoy último enfrentamiento de un duelo que no podría tener más igualdad.
Entre el desempate de la semifinal de la Copa Ferias de 1966 y el penalti fallado por Messi en 2012 se vivió de todo entre ambos equipos. La remontada, en prórroga en 2000, lo que se consideró robo de Collina en 2005, el ‘teatro del bueno’ que denunció Mourinho por las faltas sobre Messi un año después o el inolvidable zapatazo de Iniesta en 2009, que dio paso a la final de Roma, en una imagen icónica con Guardiola corriendo la banda de Stamford Bridge.
¿Favorito? Puede serlo el Barça, invicto en los últimos 23 partidos oficiales y que solventó con solvencia su clasificación en el grupo D, por encima de la Juventus, sin conocer la derrota y que ofrece al binomio Ter Stegen-Messi como sus grandes argumentos.
Enfrente, el Chelsea ya se olvidó de revalidar un título de la Premier del que se despidió después de perder 4 de 16 partidos del torneo… Lo que puede convertirle en un rival aún más peligroso, centrado como estará el equipo de Antonio Conte en un torneo para el que siendo aspirante no es, de entrada, candidato como el que más.
Cómo llegarán los equipos a la segunda parte del mes de febrero, cuando Stamford Bridge acoja el partido de ida, es una auténtica incógnita. Solo se sabe que no jugará Semedo, sancionado, y que tampoco lo hará, muy probablemente Mascherano, que habrá, se supone, conseguido su objetivo de abandonar el club en enero.
Para el Barça, ya se sabe, el camino de la Champions nunca fue fácil y enfrentado en Europa al Chelsea tiene tantas victorias como derrotas o empates, la señal inequívoca de lo que puede esperarse en una eliminatoria de octavos que se aventura explosiva.