Arthur Melo ya no es un cualquiera. Ni tampoco uno más. Cuando a los 78 minutos, Valverde solventó sustituirle para dar entrada a Vidal, la desaprobación generalizada de la afición dejó claro que el brasileño ya se ha ganado un lugar en el corazón de la gente. “Es un calco de Xavi” se escuchó decir en la tribuna. Probablemente, el mejor de los elogios.
Si le costó entrar en los planes del entrenador ahora se entiende imposible imaginar una alineación sin él. Clavado en el centro del campo su entendimiento con Busquets se comprueba magnífico, tanto como se contempla soberbia su adaptación, supersónica, a la personalidad futbolística de un Barça en el que este miércoles dio la sensación de jugar desde siempre.
Darse la vuelta, buscar el pase fácil, encontrar con la mirada allí donde lanzará el balón, asociarse con agilidad y rapidez y buscar siempre la solución más fácil para dar frescura y continuidad al juego son reglas básicas que se sobreentienden para un mediocampista de toque en este equipo. Es la personalidad con la que crecieron Xavi e Iniesta. Y Thiago, Rafinha o Cesc. Incluso Messi… Unas características demasiado concretas para pensar que pudiera ofrecerlas un jugador no ‘nacido’ futbolísticamente en el Barça.
Arthur, sin embargo, parece uno de ellos. Dijo Messi no hace muchas semanas que le había sorprendido por su adaptación a la personalidad que se le supone al Barça y lo dicho por el capitán se ha trasladado a todo el barcelonismo, que este miércoles le premió con una ovación reservada a los intocables.
“No es sólo lo que hace, sino lo que puede llegar a ofrecernos” argumentó en su día Roberto Fernández, el secretario técnico que se responsabilizó directamente de su fichaje tras quedarse enamorado de su juego en el Gremio. La apuesta del ex secretario técnico del Barça tuvo alguna contestación desde el club y llegó, incluso, a insinuarse que Arthur pudiera no llegar a fichar en verano. Pero su perseverancia y calidad convencieron a Valverde.
Y su futbol ha convenciendo, en un abrir y cerrar de ojos, a todo el Camp Nou. El barcelonismo que recibió sin alardes a Arthur ya le ha convertido en uno de los suyos, porque la hinchada azulgrana reconoce a esa clase de futbolistas especiales.
Hoy, parece, Xavi ha encontrado a su heredero…