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Ter Stegen: "Hay que hablar algunas cosas"

El arquero blaugrana regaló una exhibición y fue el artífice del triunfo ante el Slavia Prague. AFP

PRAGA -- Marc-André Ter Stegen regaló una exhibición. Solo a partir del portero alemán se entendió la victoria de un Barcelona sobrepasado en tres cuartas partes del partido, que se defendió como un equipo pequeño, agarrotado y superado en todo momento por el empuje de un Slavia que no mereciendo perder hizo méritos sobrados para, incluso, ganar.

“No hemos jugado al nivel que debíamos estar. Menos mal que hemos sacado los tres puntos pero creo que es necesario hablar de algunas cosas. Hay cosas que mejorar, unas cuantas…”, sorprendió al terminar el partido el meta alemán en los micrófonos de Movistar TV, reafirmando que “tendré que hablar con los que estaban en el campo”.

Hasta 22 remates a puerta sumó el campeón checo, que dominó con base en intensidad, esfuerzo, profundidad y atrevimiento. Piqué, Semedo, Lenglet y hasta Dembélé cortaron por arriba y por abajo disparos envenenados que cuando superaban las piernas o cuerpos de los jugadores del Barça iban a estrellarse ante la magnificencia de Ter Stegen.

Colosal en toda la extensión de la palabra, Ter Stegen ocupó la portada eterna de Messi, el argentino de los records, que ya suma 15 temporadas consecutivas marcando en Europa y que le cedió a su compañero todo el protagonismo de una noche nefasta en el aspecto colectivo pero mayúscula en el individual.

Zeleny, Masopust y Olayinka (quien se acabaría marcando en propia puerta el 1-2) le examinaron en la primera mitad, con disparos a un lado, al otro y por arriba, encontrando siempre la pierna o la manopla del meta germano, desesperado por la poca consistencia de un centro del campo que obligaba a retrasarse la carrera y desordenadamente a la zaga, llegando tarde a no pocas oportunidades que dejaban a los delanteros checos prestos al remate.

No pudo ya con Boril, al comienzo de la segunda mitad, pero no por ello se rebajó, volviendo a ser un gigante al que se agarró el Barça más vulgar de toda la temporada y que a partir de la imagen mostrada en Praga dejó claro que el sueño de la Champions amenaza con convertirse, una temporada más, en pesadilla.

El equipo de Valverde se disparó como líder de grupo en la peor noche que pudo imaginar. Achicando balones de cualquier manera, suplicando el final a gritos superado por un rival crecido y que puso en cuestión la jerarquía que se le suponía después de la excelente imagen que mostró cuatro días antes en Eibar.

El Barça resistió como buenamente pudo apoyado en un Ter Stegen descomunal y gigantesco, que hasta el gol de Boril llevaba atajados 12 de los 13 remates que le han realizado los rivales en Champions y que en Praga alcanzó la consideración de número uno que alguien habría podido llegar a poner en duda.

“Es el mejor fichaje del Barça de la última década” se escuchó decir en la tribuna de prensa del Eden Arena. Y no es una frase exagerada, más bien parece certera a la vista de haberse convertido en el mejor heredero de Víctor Valdés, acaso hasta mejorándolo para que el Barça pueda pensar que en noches tan horribles como ésta de Praga siempre puede agarrarse al Messi de la portería.