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Barcelona sigue a la espera de su capitán Messi

BARCELONA -- Lionel Messi cumplió 150 partidos en Europa (146 de Champions) enfrentado al mismo entrenador ante el que se estrenó, un lejano siete de diciembre de 2004. En aquella ocasión, el Barcelona de Rijkaard fue batido sin contemplaciones por el Shakhtar (2-0) y esta vez Mircea Lucescu, dirigiendo al Dynamo Kiev, resultó perdedor. Pero, como entonces, provocó que el crack argentino acabase el partido con las peores sensaciones.

Muchas cosas, muchísimas, han cambiado en estos casi 16 años que lleva Messi en la élite del futbol mundial, pero si en 2004 se veía en él a una estrella en crecimiento, en esta parte final de 2020 su figura, indiscutible, provoca preocupación en el universo azulgrana.

Cuatro goles en nueve partidos suma Leo esta temporada, los cuatro de penalti y habiendo dejado al descubierto que no está en el momento más feliz, por considerarlo suavemente. Messi se entrega de principio a fin, combina, lidera y remata... Pero parece haberle abandonado la excelencia con que siempre sentenció. El joven Neshcheret le sacó dos remates de gol, uno de disparo cruzado y el otro de lanzamiento directo, que buscando la escuadra se encontró con la manopla milagrosa del meta ucraniano para evitar su primer gol lejos del punto de penalti desde que anotase en agosto contra el Napoli.

El Barcelona echa de menos la figura resolutiva de su capitán y el capitán, en primera persona, echa de menos esas sensaciones del pasado. Su prestancia en el terreno de juego ha descendido; obcecado en regates que no le salen como se esperaría, su figura se queda a medio camino de lo esperado mientras los jóvenes, cada vez más descarados y decisivos, van tomando un papel protagonista que siempre estuvo reservado para el 10.

El Barça, sin embargo, espera el regreso de Messi con paciencia. Nadie alrededor del Camp Nou duda de que su indiscutible calidad será definitiva para recuperar su mejor versión. "Queda mucha temporada" se avisa desde el vestuario. Y aunque la paciencia nunca es infinita... Nadie la pierde cuando de Leo Messi se trata.