Deportes Tolima enfrenta una misión compleja pero no imposible en Ibagué. El 3-0 recibido en Barranquilla obliga al equipo a un partido casi perfecto, donde el orden será tan importante como la ambición ofensiva. La remontada no pasa solo por atacar, sino por saber cuándo, cómo y desde dónde hacerlo.
El primer punto para Tolima será imponer condiciones desde la posesión. En casa, el equipo se siente cómodo con la pelota y necesita administrarla con criterio para evitar el apuro que lo puede condenar. El objetivo inicial debería ser instalarse en campo rival, mover a Junior de lado a lado y forzar desajustes defensivos en una zaga tiburona que ha mostrado vulnerabilidad a lo largo del campeonato, más allá del 3-0 del pasado viernes. La circulación rápida y los pases filtrados serán claves para romper un bloque que, con ventaja amplia, seguramente apostará por esperar y salir a sellar el título en un contraataque.
En ataque, Tolima no depende de un solo nombre, sino de su movilidad colectiva. Adrián Parra funciona como referencia por su capacidad para arrastrar marcas y atacar espacios, pero el verdadero peligro aparece cuando los extremos y volantes pisan el área. El equipo ha sido eficaz durante el torneo explotando las bandas, donde los desbordes y los cambios de orientación generan superioridad, especialmente cuando los laterales se suman para lanzar centros con intención o interiorizar.
Sin embargo, el aspecto más delicado del plan está en el equilibrio. Tolima necesita goles, pero no puede desprotegerse. Junior cuenta con futbolistas rápidos y talentosos para el contragolpe, por lo que el retroceso tras pérdida y la ocupación de los espacios centrales serán determinantes. Eso fue precisamente lo que falló en la ida, y el equipo de González no puede cometer el mismo error. Sobre todo, con un José Enamorado que llega con plena confianza y en estado de gracia tras su desempeño en la final del viernes en el Metropolitano. Por eso, el equipo deberá atacar con muchos hombres, pero defender con inteligencia posicional.
El ritmo del partido será otro factor decisivo. Tolima ha mostrado en el campeonato que suele golpear temprano, especialmente en los primeros tiempos. Encontrar un gol en el arranque puede cambiar el clima del estadio y la dinámica emocional de la serie. A partir de ahí, la clave será no desordenarse, sostener la paciencia y entender que la remontada no se construye en una sola jugada, sino en la suma de decisiones correctas a lo largo de los 90 minutos. Un dato refuerza la esperanza: en los cuadrangulares, Tolima marcó cinco goles, cuatro de ellos en el primer tiempo. A ese arranque agresivo se aferra el equipo si quiere lograr una remontada que le permita soñar con la estrella de Navidad en el fútbol colombiano.
"El mensaje ha sido claro: es difícil, pero no imposible. Los jugadores son conscientes de eso, sabemos que Junior es un gran equipo, con buenos jugadores y merece estar en la final. También lo merecemos nosotros. Si ellos lo hicieron en 45', nosotros tenemos 90' para igualarlos o superarlo", dijo su DT Lucas González.