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Así fue la campaña de Atlético Junior para conquistar su estrella 11 en el FPC

Junior volvió a hacer historia y se consagró campeón del fútbol profesional colombiano, alcanzando su estrella número 11 en sus 101 años de fundación. El Tiburón superó a Deportes Tolima en la gran final y celebró el título con la vuelta olímpica, cerrando una campaña que fue de menos a más y terminó con una consagración merecida.

El camino al título comenzó en la fase de todos contra todos, una etapa en la que el conjunto rojiblanco mostró un rendimiento irregular, pero suficiente para mantenerse siempre en la zona de clasificación. A lo largo del torneo, Junior alternó buenos pasajes de juego con momentos de ajuste, en un proceso que le permitió sumar los puntos necesarios para avanzar a las instancias decisivas.

Tuvo un arranque prometedor en el inicio de la temporada. En sus primeros nueve partidos oficiales se mantuvo invicto, con un balance de cinco triunfos y cuatro empates. De esa racha, siete encuentros correspondieron a la Liga BetPlay y dos a la Copa BetPlay. En el torneo de Liga, el equipo rojiblanco fue líder durante varias jornadas, hasta que Millonarios le puso fin al invicto en la fecha 10 del todos contra todos.

Los dirigidos por Alfredo Arias finalizaron la fase regular en la quinta posición con 35 puntos, resultado que reflejó una campaña equilibrada tanto en condición de local como de visitante. Sin ser dominador absoluto del campeonato, Junior supo responder en los compromisos clave y aseguró su lugar entre los ocho mejores del fútbol colombiano.

Un dato llamativo del todos contra todos fue su desempeño frente a los equipos considerados grandes del FPC. Junior solo logró vencer a Deportivo Cali y Atlético Nacional, mientras que cayó ante Millonarios, América de Cali, Deportes Tolima —su rival en la final— y Santa Fe, y empató frente a Independiente Medellín. Aun así, el equipo rojiblanco capitalizó otros resultados que le permitieron sostenerse en la tabla y clasificar.

Con la clasificación asegurada desde la quinta posición, Atlético Junior dejó atrás la fase regular y afrontó los cuadrangulares semifinales con la necesidad de elevar su rendimiento y corregir los altibajos mostrados en el todos contra todos. El equipo rojiblanco asumió esta instancia con mayor solidez competitiva, consciente de que los márgenes de error se reducían y que cada partido sería determinante en la lucha por un cupo en la gran final.

En los cuadrangulares semifinales, Junior integró el Grupo A, una zona exigente en la que debió medirse ante Atlético Nacional, América de Cali e Independiente Medellín. En esta fase, el equipo rojiblanco mostró su mejor versión del semestre y construyó su clasificación a partir del orden táctico, la eficacia en los momentos clave y la fortaleza como local.

El conjunto barranquillero debutó con un triunfo 1-0 frente a Independiente Medellín. Posteriormente, rescató un empate 1-1 como visitante ante América de Cali y volvió a sumar fuera de casa con otro empate 1-1 frente a Atlético Nacional. El punto de quiebre del cuadrangular llegó en la cuarta jornada, cuando Junior se impuso 2-1 a Nacional en el estadio Metropolitano, resultado que lo posicionó como principal candidato a la clasificación.

En la quinta fecha, Junior ratificó su fortaleza en Barranquilla al vencer 2-1 a América de Cali, triunfo que prácticamente aseguró su presencia en la final. Aunque cerró su participación con una derrota 2-1 ante Independiente Medellín, el balance fue altamente positivo: 11 puntos, el liderato del Grupo A y el boleto a la serie definitiva.

Ya en la gran final, Atlético Junior dio un golpe de autoridad en el partido de ida disputado en Barranquilla. El conjunto rojiblanco se impuso con claridad 3-0 frente a Deportes Tolima, en una noche que tuvo como gran figura a José Enamorado, autor de dos goles. Brayan Castrillón completó el marcador y selló una victoria contundente que dejó al Tiburón con una ventaja amplia en la serie.

En el partido de vuelta, disputado en el estadio Manuel Murillo Toro, Junior mostró carácter y oficio para gestionar la ventaja obtenida en la ida. El equipo rojiblanco se apoyó en el orden táctico, la solidez defensiva y la inteligencia para manejar los tiempos del partido, en un encuentro que terminó por confirmar la consagración y el título número 11 en la historia del club. [Párrafo ajustable según resultado final].

Las estadísticas respaldaron la campaña del campeón. Atlético Junior disputó 28 partidos, con un balance de 15 triunfos, 7 empates y 6 derrotas, para un total de 52 puntos. En el aspecto ofensivo marcó 47 goles y recibió 28. En condición de local sumó 11 victorias, un empate y tres derrotas, mientras que como visitante registró cuatro triunfos, tres empates y cuatro caídas, números que reflejaron un equipo competitivo, sólido en casa y efectivo en los momentos decisivos, clave para la conquista de la estrella 11.