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Liga BetPlay: Alfredo Arias, el DT que "eligió la IA" y sacó campeón a Junior

Alfredo Arias, campeón con Atlético Junior - EFE

Alfredo Arias escribió su nombre en la historia de Atlético Junior. El entrenador uruguayo, que regresó al fútbol colombiano con la misión de devolverle protagonismo al equipo rojiblanco, logró el objetivo máximo: sacar campeón al Tiburón y cortar una sequía de dos años sin títulos de Liga. Con un proceso paciente, decisiones tácticas clave y una identidad clara, Arias condujo a equipo barranquillero a una nueva estrella, reafirmando su capacidad para competir al más alto nivel del FPC.

El título se encaminó con autoridad en el partido de ida de la final, donde Junior dio un golpe contundente al imponerse 3-0 sobre Deportes Tolima en el estadio Metropolitano de Barranquilla, una actuación que reflejó la solidez del plan del técnico uruguayo y la contundencia de su equipo en los momentos decisivos. A partir de ese resultado, el conjunto rojiblanco quedó bien posicionado para administrar la ventaja en la serie definitiva. En la vuelta disputada en el Manuel Murillo Toro mantuvo la compostura y venció al Pijao 1-0.

El regreso de Alfredo Arias al fútbol colombiano no estuvo rodeado de estridencias, pero sí de argumentos. El técnico uruguayo venía de dirigir al Independiente Medellín, equipo con el que alcanzó la final de la Liga colombiana, cayendo por penales tras una serie muy disputada. Además, su conocimiento del medio era amplio tras sus pasos por Deportivo Cali e Independiente Santa Fe, experiencia que le permitió entender la exigencia del torneo y el manejo de clubes grandes.

Su contratación por parte de Junior tuvo un trasfondo curioso y moderno: según explicó Fuad Char, “Prácticamente esperamos casi hasta la cuarta o quinta fecha que ya estábamos totalmente eliminados para pensar en alternativas. Nos reunimos con Antonio (Char), con Héctor Fabio (Báez) y con el doctor (Alejandro) Arteta y comenzamos a hablar de nombres. Héctor Fabio dijo el nombre de Alfredo Arias, un técnico reconocido por todos, no hubo ninguna discusión. Fue el candidato único, después le hicimos una consulta a la Inteligencia Artificial, sobre qué nos recomendaba y nos dijo que escogiéramos a Alfredo Arias”. Este curioso proceso refleja cómo la combinación de criterio humano y análisis tecnológico ayudó a Junior a elegir al técnico que finalmente los devolvería a la cima.

Desde el inicio del semestre, Arias mostró señales claras de su influencia. El arranque de Junior fue positivo, poniendo al equipo como líder del campeonato y sosteniéndolo con un invicto de nueve fechas, siete por Liga y dos por Copa BetPlay, racha que solo se cortó ante Millonarios en El Campín. Aunque posteriormente el equipo atravesó una serie de resultados irregulares, nunca salió del grupo de los ocho y logró la clasificación a los cuadrangulares semifinales en la quinta posición, con 35 puntos, demostrando regularidad en un torneo altamente competitivo.

Sin embargo, durante la fase regular quedó una deuda pendiente ante los equipos grandes del FPC. Junior solo logró imponerse frente a Deportivo Cali y Atlético Nacional, mientras que cayó ante Santa Fe, Millonarios, Deportes Tolima y América de Cali, y empató frente a Independiente Medellín. Un balance que generó dudas en algunos tramos del semestre y puso en discusión la capacidad del equipo para competir en instancias definitivas.

Esa deuda comenzó a saldarse en los cuadrangulares semifinales, donde el equipo rojiblanco expuso con claridad el sello uruguayo de su entrenador: ser fuerte en casa y competitivo fuera de ella. Junior consiguió tres triunfos en el estadio Metropolitano, ante Independiente Medellín, Atlético Nacional y América de Cali, y sumó empates valiosos como visitante frente a América y Nacional. Fue un equipo práctico, capaz de defender cuando el partido lo exigía y de golpear en los momentos justos, administrando ventajas y leyendo cada compromiso como una final.

En ese plan estratégico aparecieron los nombres propios que terminaron siendo determinantes. José Enamorado se consolidó como una de las grandes figuras del equipo, aprovechando los espacios por los costados y siendo clave en los contragolpes, mientras que Guillermo Paiva, más allá de convertir pocos goles, cumplió un rol fundamental como pivote ofensivo, facilitando el juego colectivo y potenciando a sus compañeros. A ellos se sumaron jugadores como Brayan Castrillón, decisivo en partidos clave, dentro de una estructura que priorizó el rendimiento colectivo.

Con esta consagración, Alfredo Arias no solo devolvió a Junior a lo más alto del fútbol colombiano, sino que también consiguió el primer título de su carrera como entrenador en Colombia, un logro que premia su perseverancia, su conocimiento del medio y su capacidad para adaptarse a la exigencia del FPC. El campeonato cortó una sequía de dos años para el club y consolidó al técnico uruguayo como el hombre que supo interpretar la identidad rojiblanca, gestionar la presión y conducir al Tiburón nuevamente a la gloria.