El portero David Ospina estableció un registro histórico en la Selección Colombia. Llegó a 112 partidos y lo celebró con dos atajadas en la definición por penales ante Uruguay para la clasificación a las semifinales de Copa América.
Llegó lejos en un puesto por el que pasaron nombres de respeto. Cruzó amarguras, abrazó buenas noticas y acá sigue. Como el capitán de un proyecto de emergencia que se permite al fin un segundo de tranquilidad para descargar tanta tensión.
Ospina destapó su experiencia en los penales en el mismo estadio de Brasilia en que hace siete años besó el escudo tricolor por el paso a los octavos de final del Mundial Brasil 2014. David voló a los palos para atajar los cobros de José María Giménez y Matías Vina. Una versión actualizada de lo que hizo en 2016 en New Jersey frente a Perú por la Centenario.
“Esta Selección quiere hacer cosas importantes”, resaltó con la victoria aún fresca.
En cuatro Eliminatorias, dos Mundiales, tres Copa América movilizó la evolución de una de las mejores generaciones del conjunto nacional. Es el capitán de Reinaldo Rueda por su experiencia, credibilidad, amor por la camiseta.
“Los muchachos que han llegado quieren aportar. Hoy teníamos al frente un gran rival y al final seguimos en esta competencia que es bastante difícil. Luego pensaremos en lo que viene”, agregó.
Lo que sigue es exigencia para la Colombia. Semifinales de Copa América, más partidos en la ronda de clasificación a Qatar 2022 y cuidar el prestigio que construyó en 112 compromisos desde hace 14 años. David Ospina se graduó como ídolo. La historia de la Selección está en las mejores manos.