La Selección Colombia se clasificó a semifinales de Copa América con su victoria en penales frente a Uruguay. Disminuida en ataque por las ausencias de Matheus Uribe y Juan Guillermo Cuadrado, sacó adelante el partido por el aporte de Gustavo Cuéllar y Rafael Borré.
Por quinta vez consecutiva en este torneo continental, Reinaldo Rueda salió con una formación diferente. Para estos cuartos de final ante los celestes mantuvo el 4-4-2 con un mensaje claro ante la falta del juego ofensivo en la mitad de la cancha: presión, fútbol largo y solidaridad en defensa. La tricolor dejó en el camino a un rival histórico sin Cuadrado y Uribe, los mejores del esta nueva era.
BORRÉ RINDE DONDE LO PONGAN
El equipo que eligió el DT despertó sospechas por la inclusión de Rafael Borré como mediocampista por derecha. El atacante batalló contra el lateral Matías Viña, dio una mano a Daniel Muñoz para hacer doblaje a Edinson Cavani y cuando tuvo la pelota, dio profundidad.
Intercambió con Luis Muriel para acompañar a Duván Zapata en el área. Por momentos falló pases de salida cerca del círculo central que le dieron más trabajo a los volantes y centrales. El ingreso de Yimmi Chará a 25 minutos del final, lo acercó más al área como segunda punta. Lanzó centros para “El Toro” en una de las opciones más claras, despejada por el arquero Fernando Muslera.
A los 86’ le dio paso a Miguel Borja.
CUÉLLAR, SIEMPRE LISTO PARA AUXILIAR
Con él, Colombia fortaleció la zona de Wilmar Barrios. Su aplicación lo encontró bien ubicado por la izquierda. Incomodó a Federico Valverde y raspó a Nahitan Nández. Además de ayudar en la recuperación al cartagenero, cubrió los huecos que dejó William Tesillo en sus esporádicas salidas.
Gustavo es intenso para recuperar. Sin embargo, no le dio a la Selección el respaldo como interior que identifica a Matheus Uribe. En un partido de roce como este contra Uruguay, tuvo puntos altos.