Triunfo clave. Boca Juniors, con la puntería de Luis Advíncula y el oportunismo de Sebastián Villa, más la firmeza en el arco de Sergio Romero, fue pragmático y logró una victoria muy importante por 2-0 sobre Colo Colo, en Chile, por la tercera jornada del Grupo F de la CONMEBOL Libertadores, que ahora lidera en soledad. Otro envión anímico para el equipo de Jorge Almirón, en la antesala del Superclásico ante River Plate en el Torneo de la Liga.
El nuevo gol del lanzado Advíncula, el peruano que ahora festeja sus tantos en el Xeneize, fue determinante en la noche de Santiago, en la que Chiquito Romero se lució nuevamente, estuvo preciso y detuvo cada intento del Cacique.
En el Monumental, Colo Colo salió decidido a buscar el arco rival desde el inicio y ya a los 30 segundos de juego tuvo su primera chance, con un tiro fuerte y bajo de César Fuentes, que Romero sacó al córner. Primer llamado de atención para los conducidos por Almirón.
Un par de apariciones con audacia, gambetas y velocidad de Damián Pizarro, la nueva joya del fútbol chileno, de solo 18 años, volvieron a avisar en al área de Boca. Pero en minutos surgió Valentín Barco, le dio una gran asistencia a Luis Vázquez, quien definió bien, pero la toco levemente el arquero local, Fernando De Paul, y la pelota dio en el poste derecho.
En breve, en menos del primer cuarto de hora, Advíncula se anotó otra vez en el marcador con un golazo para el Xeneize en la mítica Copa Libertadores. La gran apuesta del entrenador, que puso el empate en la posterior victoria 2-1 sobre Deportivo Pereira en La Bombonera, esta vez metió otro zurdazo, pero más lejos, con un remate bajo y cruzado, desde afuera del área grande.
Al ratito, Villa, rápido en un contragolpe, habilitó con un pase en profundidad a Vázquez, quien se ganó un espacio entre los centrales de Colo Colo y encaró a De Paul, pero esta vez falló claramente. El arquero nuevamente se quedó con el duelo personal al taparle el tiro bajo, en el intento del delantero de definir ante la salida. Siguió el local con la tenencia de la pelota, siendo dueño de la mayor cantidad de llegadas y, de hecho, Romero lo salvó más de una vez.
Para la segunda parte, Almirón pateó el tablero. El DT incluyó a Nicolás Valentini para sacar a Marcelo Weigandt y retrasó a Advíncula a la banda derecha de la defensa, para volver a tenerlo como lateral y ya no como un hombre de peligro para los rivales siendo un volante agresivo por ese costado.
Otra llegada muy peligrosa de Pizarro preocupó a Boca, salvado (cuándo no) por Romero en última instancia. Y acto seguido Villa llegó al fondo y en el rebote fue Barco el que dispuso de una clara oportunidad para convertir, pero su tiro se fue pegado a un palo. Así, el conjunto argentino volvió a mostrarse poco firme en el mediocampo, aunque lo mejoró tras algunos cambios, y siguió apostando a rápidos contraataques, en especial a través de Villa.
Cuando restaba media hora, Vázquez le robó el balón al uruguayo Maximiliano Falcón, se la cedió a Villa y el colombiano se encargó de definir tranquilo, para aumentar la ventaja. Sin dudas, un baldazo de agua fría para el dueño de casa, que intentaba llegar a la igualdad, alentado por sus hinchas. En escasos minutos, Carlos Palacios, sin estar amonestado, le dio una terrible patada de atrás a Barco y recibió la tarjeta roja, dejando al Cacique con 10 jugadores. Fue la expulsión que terminó de sellar el duelo copero, con pasado con escándalo incluido.
El Xeneize, así, se llevó una victoria muy valiosa con goles extranjeros, en busca de definir con tranquilidad su clasificación en La Bombonera, donde en esta fase de grupos aún le quedan dos partidos. La Libertadores es el gran objetivo del año de Boca y esta dosis de confianza es fundamental, además de llegar en buena forma al duelo ante River, el puntero del Torneo de la Liga, en Núñez.
El equipo de Almirón ahora es el único líder del Grupo F, con siete puntos sobre nueve en disputa, ya que le ganó de forma agónica a Pereira en Buenos Aires, tras el debut ante Monagas, el rival venezolano al que le empató de visitante.
Lejos de la pelea en el ámbito local, Boca volvió a sacar su mejor actitud en la Copa y se potenció al ganarle muy bien el clásico a Racing, con muestras de buen juego y agresividad. Ahora se acomodó en la tabla pensando en los octavos de final de la Libertadores y a la vez llega fortalecido al domingo, ante un River que viene de sufrir su peor goleada en la historia en la Libertadores, al perder 5-1 con Fluminense en Río de Janeiro. Por eso mismo, su panorama es otro, mucho mejor.