La gente ya piensa en la revancha y en el debut de Edinson Cavani el próximo miércoles en La Bombonera. Muchas veces el morbo moviliza. Lo que pasó en la cancha del Gran Parque Central y lo que pasará en la cancha de Boca Juniors.
Eso, además, se suma a las preguntas tras los incidentes producidos en Montevideo. Hay que dejar claro que siempre repudiamos todo acto de violencia en todo el sentido de la palabra y sobre todo en una cancha de fútbol. Más allá de tomar partido en esto, creo que si el límite de entradas fueron 2.000 otorgadas a los visitantes, es inadmisible que hayan tratado de ingresar más del doble. Nacional dice que pidió 4.000 para el miércoles próximo en La Bombonera y le dijeron que no. Que sólo otorgaban 2.000. De ahí la respuesta de los tricolores que otorgaron la misma cantidad para el partido de Montevideo.
Todo muy triste. Aquellos que vivimos las viejas Copas Libertadores, nos hicieron retrotraer en el tiempo y nos pareció vivir aquellas "guerras" que muy flaco favor le hicieron al fútbol sudamericano.
Ojalá el miércoles la fiesta sea en paz, aunque dudo que eso suceda. En la cancha, la llave está abierta. Nacional prepara cambios y calculo que Boca también, además del debut de Cavani, sea titular o venga desde el banco. Y aquí me quiero detener. He escuchado y leído las barbaridades más increíbles, sobre la transferencia del salteño a Boca. Me pregunto por qué. No se entiende. Cavani de niño salió como mascota del Nacional de Salto, en donde jugaba su padre, y no tuvo ningún acercamiento ni compromiso con el Club Nacional de Football.
Nada tienen que ver las comparaciones que hacen con la vuelta de Suárez, quien sí fue y es ídolo absoluto de los tricolores. Cavani no y creo que se está queriendo ensuciar una carrera enorme de un terrible jugador, goleador y flor de tipo.
Pregunto qué se gana con eso. ¿Ensuciar la cancha y la trayectoria de uno de los máximos goleadores con la camiseta de Uruguay? ¿Con qué intención? Estoy plenamente convencido de que Edi va a andar muy bien en Boca. Un equipo mucho más parecido al Nápoles, en donde su brillo y recuerdo lo pude palpar personalmente y el fanatismo se deja notar a cada minuto.
La ida demostró que la llave está abierta. Boca no es imbatible y a pesar del poder de la billetera mostrado por los argentinos en fútbol siempre serán 11 contra 11 y una pelota en el medio. No me olvido la última vez que jugaron, también por Libertadores, cuando recién en los penales pudo explotar La Bombonera gracias a las manos de Orión.