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¿Quién es Fabricio Domínguez, el uruguayo que le dio la clasificación a Racing en el Maracaná?

Fabricio Domínguez Huertas marcó este martes el quinto y definitivo penal para que Racing eliminara de la Copa CONMEBOL Libertadores 2020 al vigente campeón. La definición del uruguayo de 22 años significó el 5-3 en la serie de penales e implicó que Flamengo quedara afuera en el mismísimo Maracaná. El futbolista que tuvo su primer partido en la Academia el 20 de noviembre le agregó a su corta pero turbulenta carrera una imagen que ni él ni los hinchas racinguistas podrán olvidar.

Los obstáculos en la carrera de Fabricio parecen querer enmarcar su trayectoria en la de ‘los cracks que no llegaron’, esas que abundan en el fútbol mundial. Sin la participación deseada en las juveniles de Nacional se fue a probar en Independiente de Argentina, quedó en Racing pero el Rojo trancó su fichaje, luego el préstamo a Tigre y cuando crecía la posibilidad de jugar en el primer equipo de la Academia un DNI vencido y una pandemia surgían como férreos defensas para evitar el avance de Fabricio, quien con sus ganas de estar en la cancha y el apoyo de sus padres pudo cumplir su objetivo, incluso yendo más allá de lo que había imaginado.

Nacido el 24 de junio de 1998 en Montevideo, hizo fútbol infantil de Danubio y luego pasó a las divisiones inferiores de Nacional. Y después de algunas promesas que jamás se cumplieron de clubes de Europa, en el 2017 apareció el ex futbolista ‘Pico’ Umpiérrez que le ofreció una prueba en Independiente y los padres de Fabricio aceptaron la propuesta dado que el joven no era considerado en el equipo uruguayo como su entorno deseaba.

El jugador estuvo una semana entrenando en las juveniles del Rojo pero Umpiérrez le dijo que también podía ir a probarse al otro equipo de Avellaneda. Fabricio no dudó. ¿Por qué? “Decidí ir a Racing, siempre me gustó, incluso veía videos de su hinchada; cuando era chico un día en la playa me hice unos amigos que eran hinchas de Racing y me regalaron camisetas, me mostraban videos del Cilindro; todo eso me motivó”, relató el futbolista en abril de este año a ‘La Comu de Racing Club’.

“Cuando no era nadie en Racing me ficharon, siempre se portaron de diez conmigo”, destacó el futbolista cuya posición natural es enganche. Claro que su adaptación no fue sencilla y eso hizo que muchas veces quisiera volverse a Montevideo, y cuando podía ir a su ciudad natal no quería regresar a Buenos Aires: “Mis padres me insistieron en que tenía que seguir y gracias a ellos estoy donde estoy”, aseguró.

Domínguez estuvo entrenando en la Reserva de Racing de agosto hasta fines del 2017, luego pasó a la Cuarta del entrenador Pablo Gomis pero no pudo jugar hasta mayo siguiente porque Independiente protestaba su fichaje: “Estuve a punto de irme a Uruguay, mi vieja me llamaba para que siguiera, una semana la llamé y le dije que si no se resolvía me volvía porque la estaba pasando mal y estaba lejos de casa, dos días después me ficharon y comencé a jugar en la Academia”, sostuvo el futbolista al medio citado.

El 2 de julio del 2019 firmó su primer contrato profesional con el club por cuatro años mientras realizaba la pretemporada con el plantel principal dirigido por ‘Chacho’ Coudet en Orlando. Antes se había consagrado campeón de la Superliga 2019 (tiene la medalla en su casa de Montevideo) pero Fabricio confesó que siente que ese título es ‘de colado’ por lo que espera gritar campeón jugando. “En esos meses que entrené con el primer equipo aprendí demasiado, Coudet me pedía que llegara mucho al área e insistía en el control perfilado para ganar tiempo; él la tiene clara, te decía quédate acá y la pelota te llegaba”, dijo el futbolista que no llegó a debutar en Racing en ese año.

El 2 de agosto, y pese a algún interés de Estudiantes de La Plata, Domínguez se convirtió en el sexto refuerzo de Tigre para jugar la Primera Nacional y el 18 de ese mismo mes fue titular en la primera fecha del torneo de la Segunda División Argentina en la derrota ante Quilmes. Compartiendo equipo con su compatriota Gerardo Alcoba, Fabricio jugó diez partidos en el semestre ya habiendo abandonado definitivamente la posición de enganche. “Irme a Tigre fue la mejor decisión que tomé porque en Racing iba a jugar en Reserva, no me imaginaba jugar tanto en Tigre, hoy soy más maduro, soy otro jugador. Con ‘Pipo’ Gorosito jugué de todo, de 4, de 8, de doble cinco, de 10, eso está bueno porque me da muchas variantes; en mi edificio vivían integrantes de la Secretaría Técnica de Racing y ellos me ayudaban con los movimientos que debía hacer”, destacó en declaraciones a ‘La Comu de Racing Club’.

En el 2020 jugó dos partidos en Tigre, ambos por el grupo B de la CONMEBOL Libertadores: jugó casi veinte minutos en Victoria ante el Palmeiras del lateral izquierdo uruguayo Matías Viña y fue titular en la altura de La Paz frente a Bolívar.

Con el préstamo vencido a mediados de este 2020, el entrenador de Racing, Sebastián Beccacece, había decidido que Domínguez sería el único futbolista que debía regresar a su equipo que iba a ser evaluado.Quiero conocerlo, ver si puede estar un tiempo con nosotros”, había manifestado el entrenador. El lunes 10 de agosto lo esperaban en la vuelta a los entrenamientos del plantel principal luego de la cuarentena pero Fabricio no llegó: no pudo renovar su DNI hasta diez días después. Pero Beccacece lo esperó como el uruguayo aguardó y forzó nuevas oportunidades.

El 4 de setiembre por fin pudo entrenar ahora presentándose principalmente como volante interno, pero a la Academia no había llegado el lateral derecho solicitado por el entrenador. Por ello, el técnico lo comenzó a utilizar más por la banda en los amistosos. Su primer partido con Racing fue el 19 de noviembre ante Atlético Tucumán como mediocampista mixto (también fue el debut en la Academia del stopper uruguayo Fernando Prado); al minuto 29 le llegó a Fabricio la oportunidad que tanto quería: no obstante, su penal ejecutado fue tapado por Cristian Lucchetti y luego Tucumán convirtió dos goles para vencer por 2 a 0. El destino parecía ahora querer empecinarse en que la historia de Fabricio fuera la de aquel pibe que pintaba bien pero nunca pudo confirmar ni tener un momento inolvidable en Primera.

Al martes siguiente, y a pesar del superficial mal balance colectivo e individual que indicó el resultado ante Tucumán, Beccacece decidió que Domíguez fuera su carrilero por derecha en los Octavos de final de la Libertadores ante Flamengo, el vigente campeón. El de la casaca número 8 no solo colaboró en defensa sino que al minuto 13 realizó una enorme corrida por la banda derecha para superar rivales y asistir a Héctor Fértoli para el 1 a 0 (el partido terminaría 1 a 1).

Una semana después el uruguayo jugaría como volante por derecha en el 4-4-2 planteado por Beccacece para jugar en Maracaná. Quien en 2018 le confesaba al sitio web Racing del Alma que le costaba correr y que se presentaba como un ‘clásico enganche’, se puso el overol, algo que aprendió mucho con Coudet y Gorosito, y trabajó toda la banda para controlar a Bruno Henrique, ese al que 'le iba a ganar todas' según le aseguró a un incrédulo amigo un mes atrás.

Un nuevo 1-1 el primero de diciembre determinó que la serie se tenía que definir por penales y el uruguayo sería el quinto en patear para el equipo argentino. El fútbol profesional estaba ya casi vencido por la constante búsqueda de Fabricio y en vez de dificultades le ofreció una enorme posibilidad: Flamengo erró el cuarto remate y en los pies del uruguayo estaba la clasificación de su equipo para los Cuartos de final y la eliminación del campeón en el Maracaná. La gran pegada de Domínguez fue la habitual aún en semejante contexto y su sonrisa se contagió en todo el plantel e hinchas de la Academia.

“Desde que llegué siempre me nombran a Ruben Paz, me dicen que intente jugar como él; también me hablan de Carrasco. Todavía no tuve la chance de hablar con Ruben Paz pero seguro que en este tiempo nos vamos a cruzar”, relataba Fabricio hace más de dos años a Racing del Alma. En ese tiempo pasó a Tigre, se afirmó como polifuncional, aprehendió el sacrificio defensivo, debutó con un penal errado y ya convirtió uno que será recordado por mucho tiempo.

Consultado sobre su mayor ilusión, Fabricio respondía: “Mi mayor sueño es jugar la Copa del Mundo con Uruguay. Quedé como loco después de ver el Mundial de Rusia. Somos tres millones de habitantes pero nos las ingeniamos para dar pelea y me genera orgullo cómo juega la Selección. Mi mayor deseo es compartir un plantel con Suárez, Cavani, Godín. Ojalá algún día pueda vestir la Celeste”. Es bastante probable que en la carrera del futbolista de 22 años los obstáculos vuelvan a presentarse de maneras diversas, pero también es seguro que Fabricio intentará, ahora agregando trabajo al talento, seguir jugando con su habitual sonrisa y, con el apoyo de padre y madre afuera, cumplir sus metas y desafíos.