Independiente logró este martes un triunfo vibrante por 2-1 ante Boston River en el Estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini, por la segunda fecha del Grupo A de la CONMEBOL Sudamericana 2025.
El Rojo, de buen andar en el campeonato argentino, llegaba necesitado de un triunfo en la Copa. Y eso se notó en su desempeño: con vocación ofensiva desde el comienzo pero algo nervioso, como contracturado.
Boston River, por su lado, le entregó la posesión de la pelota y se paró para intentar lastimar de contraataque.
Con el paraguayo Gabriel Ávalos como abanderado, Independiente logró -aunque a los ponchazos- llevar peligro al arco rival. La más clara fue a los 29. Una buena jugada por la derecha y, tras un rebote, le quedó arriba al propio Ávalos quien, con oficio, definió sutil por encima del cuerpo del arquero. La pelota cayó llovida, pegó en el travesaño y salió.
Con el paso de los minutos, el equipo dirigido por Julio Vaccari se fue tranquilizando y empezó a elaborar juego. Sin embargo, llegó al entretiempo sin poder abrir el marcador.
En el segundo tiempo se mantuvo la misma tónica, con la diferencia de que a los 62 minutos, el Rojo llegó al ansiado 1-0. Y Ávalos fue otra vez protagonista, porque recibió un centro frontal y, con gran sapiencia, se la bajó al chileno Galdames, que aprovechó la asistencia para poner en ventaja al local.
Roto el 0-0, Independiente tenía el escenario ideal para soltarse y sellar el triunfo. Pero nunca lo pudo conseguir, se fue diluyendo y, cuando el partido entró en la recta final, buscó 'cerrarlo' solamente manteniendo a Boston River lejos de su arco.
La apuesta le salió mal, porque a los 88 minutos el equipo uruguayo empató el partido con un buen tiro desde afuera del área de Facundo Muñoa.
Todo parecía perdido. Pero Galdames tenía algo más para decir en el encuentro.
El Rojo se fue con todo en búsqueda del triunfo y, tras elaborar una buena jugada, de izquierda a derecha, llegó la combinación chilena: centro de Felipe Loyola y Galdames, con una tranquilidad asombrosa, la paró a la altura del punto penal y definió bárbaro para que las tribunas explotaran de alegría en Avellaneda.